coffee fifteen

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Ya era lunes, y estaba completamente aburrida en la clase de Geografía garabateando margaritas en una esquina de mi carpeta. La profesora hablaba de los relieves y el clima de nuestra ciudad, pero yo no le prestaba la más mínima atención. Seguía garabateando flores y pensando en el beso que le había dado a Niall en su comisura izquierda. Y en su sonrisa. Y en sus ojos. Y también un poco en su voz.. O en la forma en que ríe cuando algo le resulta gracioso, o el brillo en sus ojos cuando me mira, o la sensación que produce en mí cuando me toca o me abraza...

El timbre para el receso sonó y me sacó de mi ensoñación. Dí un pequeño salto del susto en la silla y observé que todos ya habían juntado sus cosas y se estaban largando del salón hacia la cafetería. Metí las cosas en mi mochila y también me dirijí hacia allí. Había pizza, lo cual era una bendición pero también la peor cosa del mundo, tenías que hacer una fila tan larga que luego procurabas tener tiempo para comer antes de que las clases comenzaran de nuevo.
Entré al lugar y miré a un lado y a otro, no divisé a Gwen, ni tampoco a Tone. Así que seguí haciendo la cola. Luego ya de tener mi comida en la bandeja, salva y sana, comencé a buscar una mesa que esté deshabitada cuando siento que una mano tira de mi antebrazo. Casi se me cae toda la comida arriba de la camisa. Maldito idiota el que me había agarrado de aquella forma. Me dí la vuelta y estaba por comenzar a insultar a quien me había tirado del brazo cuando veo que se trata de mi amiga.

-Hey- me dijo Gwen con una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja-, ¿por qué esa cara?

-¡Casi me haces caer la comida encima!- exclamo y ella ríe.

Miro más allá de la mesa y veo con quien está sentada. Tone, Scarlett, Ashleyperra, Justin, Joshua y un chico al que todavía no conocía estaban parloteando alegremente.

-¿Aquí?- susurro de tal forma que solo mi amiga me pueda escuchar.

Ella asiente y tomo asiento en uno de los lugares que había desocupados, al frente del chico al que nunca en mi vida dentro del instituto había visto.

-Hey Cam- dijo Tony, que estaba sentado al lado de Gwen, con un brazo cruzado por su espalda, cuando me vió.

-Hola- dije vergonzosa. Nunca me había gustado almorzar con tanta gente a mi alrededor.

-Tenemos un nuevo integrante- dice Justin codeando al chico nuevo.

Lo miré fijamente, analizándolo. Era castaño, y tenía su cabeza llena de rulos, llevaba un gorro que lo hacía parecer bastante niño. Sus ojos eran verdes, tenía los labios finos, y cuando sonreía se le formaban pequeños hoyuelos en sus mejillas. Llevaba una remera mangas cortas, así que pude notar que uno de sus brazos estaba repleto de tatuajes variados. Era lindo, para qué negarlo.

-Soy Harry Styles- me dice, estirando su mano por arriba de la mesa para así poder estrecharlas.

La tomé mientras sonreía y me fijé que tenía unas manos gigantes, y sus dedos estaban cubiertos por algún que otro anillo. Tenía los nudillos muy grandes, y parecía como si trabajase duro, pero sin embargo, sus manos eran tan suaves como si de una pluma se tratase.

-Soy Cam Blumer- dije todavía sonriendo y estrechándo mis manos con las suyas.

-¿Cam por Camille?- preguntó con una mueca. Separamos nuestras manos y yo tomé un poco de mi gaseosa light.

-Ojalá- dije soltando una risa-. Es por Cameron. Sí lo sé, es un nombre de chico.

Harry sonrió y juro por dios que esos fueron los dientes más blancos que había visto en mi corta vida.

-Te queda bonito, de todas formas- dijo. Y su acento grueso y lento se me hizo extraño.

-¿No eres de aquí?- le pregunté.

El negó con la cabeza.- No, soy de Holmes Chapel, Cheshire, Inglaterra. Estoy de intercambio.

-Oh- susurré-. Tu acento es lindo, no como el común estadounidense.

-Bueno, a mi me gusta tu acento- dijo casi susurrando y luego Tone le preguntó sobre la práctica de fútbol, si formaría el equipo o no, que sería una buena oportunidad, que tendría popularidad, que las chicas y bla bla bla...

Durante todo el almuerzo nos la pasamos hablando del equipo de porristas junto a Gwen, sobre lo buena que estaba la pizza, y organizamos una fiesta para el sábado en casa de Anthony, ya que su madre se iría de viaje junto con su nuevo novio.
Luego de que tocara el timbre, me fui corriendo hacia la clase de español conTone ya que esa nos tocaba juntos. Llegamos justo cuando el profesor estaba por entrar y nos sentamos uno al lado del otro.

-Buenas tardes alumnos- dijo el viejo Gayle, digo profesor, mientras entraba.

-Buenas tardes, profesor- contestamos todos a coro en español.

-Bueno, hoy daremos algo muy importante, el verbo ser. Y luego de habérselo explicado, quiero que en grupo de a dos personas, hagan unas actividades que les traje para mañana. Pueden agruparse como les guste, mientras que hagan el ejercicio.

Tony y yo nos miramos mutuamente y sonreímos.

-Vamos a casa, después de clase- dijo Tone y yo solo asentí.

(...)

-Pasa- me dijo Anthony luego de haber abierto la puerta de su casa.

Entré a la mini mansión que tenía por hogar. Siempre había admirado ésta casa, era hermosa por dentro y fuera. Sofisticada, moderna, tecnológica, pero con un toque colonial. Al estilo de Adeline, la madre de Tone.

-Sube a mi cuarto si quieres, voy a prepararte un té y traigo algo para comer- dijo Tone mientras cerraba la puerta delantera y luego se iba hacia la cocina.

-Está bien- grité para que me escuche y subí los escalones de dos en dos hasta llegar al pasillo que conducía a los cuartos.

Ya sabía de memoria por dónde ir, conocía a Tone desde hace como unos cinco años, y siempre estábamos el uno en la casa del otro, así que me dirigí con paso tranquilo hacia su habitación.

La primera puerta a la izquieda era el baño. La primera de la derecha era el cuarto de su madre, luego seguías unos pasos más y te encontrabas con otro pasillo que doblaba hacia la derecha. Había dos puertas más, una a cada lado. La de la derecha era el cuarto de Anthony y la de la izquierda era el cuarto de invitados. Probé la cerradura de la habitación de mi amigo y como siempre, estaba abierta. Me metí dentro y cerré la puerta de nuevo. Tiré el bolso arriba de la cama de Tone y me senté en su puff azul en forma de pelota de football que yo le había regalado en una época. Me estiré, me puse cómoda y saqué mi celular del bolsillo de mi chaqueta. Me puse a revisar mi whatsapp y mandé un mensaje a Dakota diciéndole dónde estaba.

Escuché la puerta abrirse y sin levantar la vista dije:

-Espero que el té sea de manzanilla.

Al no recibir respuesta, levanté la mirada y me dí cuenta de que había cometido un error. No era Anthony el que estaba parado en el umbral de la puerta de su habitación, ni mucho menos. Era Niall, que me miraba confundido con sus cejas enarcadas y su boca en una mueca que no podía decifrar.

-¿¡Qué haces tú aquí!?- dijimos los dos a la vez.

Starbucks girl  ||n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora