Yuri vio a Evans detrás de la mesa caliente, bañando un sandwich de Jamón con un cucharón. La Joven rodeo la mesa y alzó la voz para llamar su atención. Evans la miró con cara de fastidio
—Ya esta -anuncio Yuri, devolviéndole el ceño-. Tienes que firmarme la bitácora de entrega.
Evans descargó una ración de patatas fritas junto al sandwich y empujó el plato hacia ella sobre la superficie de acero inoxidable.
—Lleva esto enseguida al primer reservado y lo tendrás listo cuando vuelvas.
Yuri torció el gesto.
—No trabajo para ti Evans
—Y puedes dar las gracias, sino ya estarías afuera con el cepillo -contestó él, dándole la espalda con aquella camisa blanca que el sudor había acabado amarillentandola con el pasar de los años.
Yuri contrajo los dedos al imaginarse lanzándole el sándwich a la cara para ver como se despachurraba en comparación con los tomates, pero el semblante severo de su abuelo no tardó en interrumpir sus fantasías. No quería ni pensar lo decepcionado que se sentiría si al volver a casa descubriera que Yuri había perdido a uno de sus clientes más fieles por su mal genio.
Cogió el plato echando chispas y entró decididamente en el comedor, donde estuvo a punto de acabar derribada por un camarero en cuanto la puerta se cerró detrás de ella. La taberna Rieux no era un sitio acogedor, los suelos estaban pegajosos, el mobiliario era un revoltijo de mesas y sillas baratas, y el olor a fritanga impregnaba el aire. Sin embargo, en una ciudad donde beber y cotillear eran los pasatiempos preferidos de la población, siempre estaba atestada de gente, sobre todo los domingos, cuando los jornaleros del lugar olvidaban el campo veinticuatro horas.
Mientras Yuri esperaba que el camino se despejara un poco para poder avanzar entre la clientela, las telerredes instaladas detrás de la barra llamaron su atención. Las tres emitían los nuevos avances de la noticia que había acaparado los titulares desde la noche anterior. Todo el mundo hablaba sobre el baile anual de la Comunidad Oriental al que la reina lunar había asistido en calidad de invitado de honor y en el que se había colado una joven ciborg que había derramado varias arañas de luces a tiros y había intentado asesinar al recién coronado emperador y a la reina lunar. Circulaban teorías para todos los gustos. La imagen congelada que aparecía en las pantallas mostraba un primer plano de la chica con la cara sucia y un moño medio desecho donde se le escapaban varios mechones mojados. Para empezar, nadie se explicaba cómo había sido admitida al Baile Real.
—Tendrían que haber acabado con su sufrimiento cuando cayo por esas escaleras -Comento Ronald, un cliente habitual, con pinta de haber estado pegado a la silla desde el medio día. Apunto hacia la pantalla con un dedo y fingió disparar-. Yo le habría metido una bala en la cabeza y hasta luego.
Al oír el murmullo en aprobación que suscitó el comentario a su alrededor, Yuri puso los ojos en blanco y se abrió paso a empujones hasta el primer reservado.
Supo que se trataba del luchador que hacía suspirar a Georgia de inmediato, en parte a la colección de cicatrices y magulladuras que lucía su piel trigueña, pero sobre todo porque no era uno de los habituales de la taberna. Tenia un aspecto más serio y desastroso de lo que se imaginaba, después del éxtasis de Georgia al describírselo. Llevaba el pelo con un corte estilo Undercut, con la parte de arriba despeinado donde apuntaba en varias direcciones, y un moretón reciente le hinchaba un ojo. Bajo la mesa, pareciera que tuviera un tic nervioso en las piernas, como un juguete al que le hubieran dado cuerda.
Tenía tres platos delante, en los que apenas quedaban restos de aceite, huevo duro y trozos intactos de tomate y lechuga.
Yuri no advirtió que lo había estado observando fijamente hasta que el chico se volvió hacia ella y sus miradas se encontraron. Un escalofrío le recorrió toda la piel. Tenía los ojos de un color marrón claro extraño, con un tono amarillo que los hacia resaltar, le recordaban la época de caza en Rusia, cuando su abuelo lo llevaba de campamento y a veces podían ver algunos lobos. Yuri sujetó el plató con fuerza y de pronto comprendió el sofoco de Georgia "Tiene unos ojos..."
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Escarlta (II Parte Vicder)
FanfictionEn esta segunda Parte conoceremos nuevos personajes los cuales misteriosamente se van enlazando a nuestra Ciborg y al Emperador Yuuri. Veremos el avance, las decisiones y sacrificios que nuestros amados personajes tomaran para proteger a aquellos qu...