*Capitulo 42: Sacrificios

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Yuuri estaba sudando a causa del esfuerzo para no vomitar. 




Le escocían los ojos, pero no podía apartar la vista de la telerred.




 Era como ver una producción de Horror terrible, demasiado espantosa y sanguínea para ser real. El enlace de vídeo estaba siendo retransmitido desde la plaza del centro dela ciudad, donde se habían celebrado el mercado semanal y el festival anual tan solo unos días antes, el día de su coronación. El suelo de la plaza se hallaba cubierto de cuerpos; la sangre derramada era negra bajo las parpadeantes vallas publicitarias.




 La mayoría de los cadáveres se concentraban cerca de la entrada de un restaurante, uno de los pocos negocios que había abiertos y llenos de gente a medianoche, cuando había comenzado el ataque. Le habían dicho que no había habido más que un asaltante en el restaurante, pero con esa carnicería estaba seguro de que serían más de uno. 






¿Cómo iba a causar tanto daño un solo hombre? La imagen pasó a un hotel de Tokio justo cuando un hombre de mirada enloquecida arrojaba un cuerpo sin vida contra una columna. Yuuri se encogió al ver el impacto y se volvió.





—Apágalo -no puedo seguir viéndolo-¿Dónde está la policía?







—Están haciendo todo lo que pueden para detener los ataques, Majestad -respondió Takeshi, que se encontraba detrás de él-, pero se tarda tiempo en movilizar a la policía y efectuar un intento organizado de respuesta. Ha sido un ataque sin precedentes. Muy... anómalo. Esos hombres se mueven rápido, rara vez se quedan en el mismo lugar más de unos minutos; únicamente lo suficiente para matar a cualquiera que tengan al alcance antes de trasladarse a otra zona de la ciudad... -Takeshi  fue bajando el tono, como si percibiera el pánico que se alzaba en su propia voz y tuviera que dejar de hablar antes de verse abrumado. Se aclaró la garganta- Pantalla, muestra las noticias globales más importantes. 






Se oyó un zumbido en la habitación, seis presentadores de noticias informaban de las mismas historias: ataque repentino, psicópatas asesinos, monstruos, víctimas mortales desconocidas, caos a escala planetaria... Dentro de la Comunidad habían sufrido ataques cuatro ciudades: Nueva Pekín, Mumbái, Tokio y Manila. Diez más habían caído víctimas en los otros cinco continentes terrestres: Ciudad de México, Nueva York, São Paulo, El Cairo, Lagos, Londres, Moscú, París, Estambul y Sidney. Catorce ciudades en total y, aunque era imposible calcular el número exacto de atacantes, según las declaraciones de los testigos no parecía haber más de veinte o treinta hombres tras cada ataque. 

Escarlta (II Parte Vicder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora