*Capítulo 15: Trayecto

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Yuri llamo a Georgia para pedirle el favor que pasara a echarle un ojo a la Granja y a cuidar a Pottya, y ella encantada con pasar tiempo con el animal acepto enseguida. Mantuvo el contenedor de alimento y agua limpia para su mascota lo suficientemente limpio hasta que llegara su amiga, arreglo su mochila, se despidió de su mejor amiga gatuna y cerro la puerta de su hogar con seguro.

Llamo a un Levitador para que los llevara a la estación más cercana de la ciudad, que pagó con el último depósito que Evans había hecho a su cuenta. Se sentó frente a Otabek todo el viaje, sin quitarle el ojo de encima, mientras la pistola se le clavaba en la espalda.

Sabia que el arma no le serviría de nada en distancias tan cortas; después de todo, había visto lo rápido que podía ser Volk. La habría inmovilizado y medio asfixiado antes de que ella reaccionara y pudiera recordar una técnica de defensa o desfundara el arma de la cinturilla.

Sin embargo, le resultaba casi imposible sentirse amenazada por el extraño que tenía adelante. Otabek parecía hipnotizado por los campos interminables que pasaban ante la ventanilla y miraba boquiabierto los tractores, el ganado y los establos decrépitos y medio desmoronados que salpicaban el paisaje. Se maravillaba como un niño al descubrir cosas nuevas y aún mantenía aquel extraño tic en la piernas, aunque dudaba que él fuera consciente de su comportamiento. Se fijo en el ojo menos amoratado, las cicatrices, los anchos hombros, la calma y la compostura que demostró cuando había estado a punto de estrangular a Ronald y recordó la mirada fiera y cruel cuando había estado a punto de matar a su rival en el cuadrilátero.

Yuri se mordía el interior de la mejilla, preguntándose qué parte de todo aquello era fachada y qué parte era auténtica.

—¿ De donde eres? -le preguntó,

Otabek volvió la vista hacia ella, y su curiosidad se desvaneció. Como si hubiera olvidado la presencia de su acompañante.

—Mmm, de aquí. De Francia

Yuri frunció los labios.

—Interesante. A pesar de que tienes un acento extraño, no sonara como si fueras francés, Aparte, actúas como si nunca hubieras visto el campo en tu vida

— Tu tampoco suenas con el acento Frances y vives aquí.

—En realidad si vivo aquí, pero la razón que mi acento sea más fuerte o mestizo es por que originalmente soy de Rusia y toda mi familia es de allá. Con mi abuelo nos comunicábamos con una combinación de los dos idiomas.

Otabek se quedo mirándola fijamente por un breve minuto.

—En mi caso no soy de aquí, de Reux. Soy de la ciudad.

—Ah, ¿de París?

Otabek asintió y el tic nervioso de las piernas adoptó un nuevo ritmo, alternando entre ambas. Incapaz de soportarlo más tiempo, Yuri acercó la mano y la posó con decisión sobre una de sus rodillas, obligándolo a detenerla. Este dio un respingo cuando sintió sus manos.

—Estás volviéndome loca -dijo la Joven, echándose hacia atrás. Otabek dejo quietas las piernas, al menos por el momento, pero Yuri no consiguió olvidar el gesto sorprendido del chico-. ¿Y, cómo acabaste en Rieux?

Otabek volvió la cara de nuevo hacia la ventanilla.

—Al principio solo quería escapar, Cogí un tren magnético a Lión y empecé a seguir las peleas desde allí. Rieux es pequeño, pero reúne a bastante gente

—Ya me he dado cuenta. -Yuri echó la cabeza hacia atrás y la apoyó contra el asiento-. De pequeña viví una temporada en Moscú, antes de trasladarme con mi дедушка. Entiendo el sentimiento de pasar de una ciudad enorme con tanta gente a un pueblito pequeño e intimo, no se... -se encogió de hombros-. Nunca lo he echado de menos.

Escarlta (II Parte Vicder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora