Capítulo 23

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Mi aliento entrecortado no me dejaba pensar con claridad; aunque sería más acertado decir que mi lindo gatito no me dejaba respirar.

Después de la fiesta habíamos estado mejor que nunca. Acordamos que ya no habrían más secretos entre nosotros, y que en caso de confusiones, conversaríamos más calmadamente. Tetsu también me pidió que lo ayudase con sus celos ya que, según él, no era capaz controlar la rabia que sentía cada vez que Fer estaba cerca de mi a solas. El azabache nunca antes había sentido algo parecido, así que era comprensible su dificultad a la hora de afrontar situaciones similares. Pese a que yo no comprendiese a que venían dichas inseguridades, pues como muchas veces había dicho el único hombre al que he amado es Tetsu, le prometí ayudarle en todo lo que pudiese, siempre y cuando él confiase en mi.

-Nena...- su susurro vino  acompañado de un sonido gutural mientras sus manos se mantenían firmes en mis caderas, guiando cada movimiento circular de mi pelvis sobre su regazo -¿Estás aquí?- su pregunta me hizo reír levemente y asentir, Tetsu no tardó en acompañar mi carcajada.

-Lo siento, estaba pensando en...Aaahhh Te-tsu hmmm- no pude terminar mi frase, un embestida particularmente estimulante consiguió entrecortar mi voz

-¿Pensando en qué, princesa?- sus manos apretaron mi cuerpo al suyo, rodeándome con sus tonificados brazos provocando que suspiros de placer se resbalaban por mis labios mientras sus embestidas se hacían cada vez más fuertes y rápidas. Mi corazón iba a mil por hora y me sentía incapaz de pensar con claridad; mi vista nublada y llorosa era una clara prueba de dicho estado.

-Y~yo hmm~mm ahh- mi voz se deshacía con cada intento de formular una palabra; ante lo cual Tetsu no escondía esa sonrisa ladeada que tanto le caracterizaba, más bien la acentuaba.

Apreté el agarre de mis brazos al rededor de su cuello y enterré una de mis manos en su alborotado pelo azabache, mientras que con la otra mano acuné su rostro para besarlo salvajemente. Tetsu no tardó en responder con la misma o incluso más pasión; nuestros labios y lenguas danzaban, y él no paraba de morder suavemente los labios como si de caramelo se tratase. Mi mente solo podía concentrarse en los acompasados movimientos de sus caderas chocando con mis muslos, en su poco delicada, pero jodidamente placentera,intromisión y en el lascivo sonido que provocaban nuestros desnudos y sudorosos cuerpos cada vez que chocaban.

-Princesa... responde o pararé- murmuró con cierto regocijo en su voz -créeme que no quiero hacerlo... pero si esto frustra nuestra comunicación... tendré que hacer algo al respecto- negué con la cabeza y le mordí el labio en señal de queja cuando sus arremetidas bajaron el ritmo. No dudé en contornear mis caderas para seguir buscando el placer; alzando y bajando mi pelvis apoyándome en sus hombros.

Oi a Tetsu gemir y estremecerse bajo mi tacto, pero no tardó en posicionar sus manos en mis caderas para frenar mi va y ven.
Entreabrí mis ojos y pude apreciar su hermoso rostro marmolado adornado con unas gotas de sudor y su flequillo ladeado empapado. Sus hinchados labios entreabiertos se me antojaron el manjar más delicioso de todo el jodido universo, así que hice acopio de mis escasas fuerzas y lo besé. Tetsu correspondió gustosamente aunque sintiendo como mi cuerpo reclamaba por la falta de atención en ciertas partes del mismo, me apresuré a hablar; aún aturdida por el placer que sentí momentos antes.

-Pe~pensaba en lo feliz que soy.., contigo ahh~hmm- los labios de Tetsu se deslizaron por mi cuello, y tan pronto como acabé de hablar, me tomó en brazos y nos dio la vuelta sobre la cama.

Se posicionó sobre mi y aprisionó mis manos sobre mi cabeza. Nuestras miradas conectaron, y en sus ojos dorados como el oro pude ver como la lujuria se apoderaba de él.

-Nena- susurró casi en un gruñido antes de juntar nuestros labios en un fogoso beso. Se separó levemente de mi, con sus labios aún rozando los míos en una dulce caricia que me estaba haciendo perder la cabeza -Te quiero-

Un sentimiento cálido se apoderó de mi pecho, y quise responderle que yo también le quería, pero en cuanto entreabrí lo labios sentí como con su mano libre alzaba mis caderas y me penetraba profundamente, haciéndome gemir de placer e impidiéndome formular palabra alguna.

-Joder, estás tan estrecha cariño- sus acometidas eran profundas y contundentes; pero yo quería más.

-T-Tetsu p-oor favor- prácticamente gemí su nombre reclamando así su atención -maa-ás- Tetsurou me miró fijamente a los ojos, pero no hizo amago alguno de acelerar; aunque sabía exactamente lo que le estaba pidiendo.

Gemí dolorosamente al necesitar más de él, rodee sus caderas con mis piernas y traté de contribuir al va y ven; consiguiendo que Tetsu me regalase una de esas sonrisas gatunas que tanto lo caracterizaban, seguido de un gruñido y el acelerar de sus caderas.

Cada vez que hacíamos el amor me fascinaba lo mucho que lo deseaba; no me imaginaba con nadie más compartiendo este nivel de intimidad, y tampoco deseaba a nadie como deseaba a mi gatito. Su olor, su tacto, sus ojos y sobretodo su sonrisa eran lo único que necesitaba para sobrevivir.

Me quedé embobada contemplando sus ojos cerrados a causa del esfuerzo, las gotas de sudor deslizándose por su rostro y su apretada mandíbula, parecía muy concentrado en seguir con su labor; y aunque yo estaba casi en otro mundo, quise besarlo y cuidarlo. Besé su mandíbula, su cuello, sus labios y mordí levemente su lóbulo de la oreja, sintiéndolo estremecerse ante cada uno de mis actos.

-Te quier-ooo- mis labios estaban rozando su oreja, y mi voz no fue más que un susurro que se perdió en un gemido de placer; pero Tetsurou me oyó y al segundo se separó de mi para mirarme fijamente a los ojos, aún sin ralentizad sus acometidas.

-___- oí, o más bien sentí, como decía mi nombre para después volver a fundirnos en un beso; aunque más que un beso se trataba de un juego de caricias salvajes entre nuestras lenguas.

Sentí ese calor aglomerarme en mi bajo abdomen y mis paredes temblar, solté un gemido y grité.

-¡Tetsu! Me voy a-aaaa jo-der- El azabache aceleró el ritmo y la intensidad de sus estocadas.

-Si gatita, hazlo- su voz se había vuelto a oscurecer en un gruñido, él también estaba cerca, lo sabía -hazlo para mi- sus palabras más allá de ser una orden, fueron una súplica. Llore de placer, las gotas saladas se escurrían por mis mejillas y mi amor las limpió como pudo con besos.

No tardé mucho en sentí como llegaba a tocar un punto en mi interior, ese punto mágico, y sin poder evitarlo, me deshice entre sus brazos, con la respiración errática y sintiéndolo todavía en mi interior, acometiendo y prolongando así mi placer. Tetsu no tardó mucho en temblar a causa de su propia liberación, y nada más hacerlo lo abracé con fuerza, con mis brazos y piernas.

-Te- me apretó en un abrazo y exhausto exhalo, tumbándose a mi lado y acomodándome sobre su desnudo torso -Quiero- sonreí contra su cuello; y escondida entre el calor de sus fuertes brazos, mis párpados pesaron y me quedé dormida.

Kuroo's Heart (Kurooxlectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora