Capítulo 11

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Un sonido sordo me despertó de golpe, abrí los ojos rápidamente por el susto y cuando quise levantarme me mareé ligeramente; así que me quedé quieta unos segundos para recomponerme. Mire a mi alrededor y los recuerdos me invadieron de golpe, sin poder evitarlo, sentí como mi rostro se calentaba y tornaba de un color carmesí que seguramente se notase a kilometros. En ese momento recordé el porqué de mi repentino levantar, así que con cierta preocupación me apresuré a salir de la estancia, no sin antes ponerme una camiseta de Tetsurou y ropa interior.

-¿Tetsurou?- Lo llamé mientras me encaminaba a la cocina-salón de la casa -¿Está todo... ?¡OH POR DIOS!- Nada más asomar mi cabeza por la puerta, pude ver al azabache en el suelo cubierto por un montón de harina que se había desparramado del armario.

Me tapé la boca con ambas manos para intentar acallar mi risa, ya que la mirada de pocos amigos que tenía Kuroo era bastante terrorífica; pero sin poder evitarlo acabé carcajeándome mientras me acercaba a él. Paré mis pies a mitad de camino al oír su voz.

-Tus llamados a Dios suenan mejor cuando los estás gimiendo- En ese momento mi risa se detuvo y volví a colorarme como un tomate -Así está mejor- Susurró mientras se levantaba del piso riéndose de mi.

-Eres...- Hablé mientras lo veía acercarse a mi, estaba a punto de soltar un improperio cuando su socarrona voz y esa sonrisa ladina me interrumpieron.

-¿Atento, bondadoso, lindo, perfecto...?- Tarareó con sus manos sosteniendo mi cintura y acercándome a él.

-Un idiota- Concluí con una sonrisa maliciosa mirándolo a los ojos, él no pareció sorprenderse por mi respuesta, de hecho su sonrisa se ensancho a la vez que acariciaba mi mejilla con sus dedos.

-Pero este idiota- Habló acercando su rostro al mío hasta el punto de poder sentir su respiración chocar con mi piel -Te encanta- El carmín en mis mejillas se intensificó a la vez que cerraba mis parpados, saboreando los suaves labios de mi pareja.

No dudé a la hora de intensificar el beso, agarrándolo de su camiseta con una de mis manos para atraerlo más a mi, a la vez que me ponía de puntillas impulsada por los fuertes brazos del azabache que me rodeaban en un cálido abrazo. Al cabo de un rato nos separamos jadeantes por la falta de aire mientras nuestras miradas se mantenían unidas, pero al ver el color blanco adornar su pelo, no pude evitar reírme de nuevo, ganándome una mirada de reproche por parte de Tetsurou.

-¿Tengo mucha harina en el pelo?- Preguntó con una mueca de disgusto. Seguramente sabía cuan molesta resultaba la harina a la hora de limpiarla, ya que con el agua todo se embarraba muchísimo. Yo me limité a asentir -Mierda- Susurró , yendo al baño para mirarse al espejo.

Yo por mi parte fui a la cocina a ver en que lío se había metido para acabar lleno de ese polvo blanquecino, y al ver un libro abierto en la página de "receta para Tortitas", no evité esbozar una sonrisa al pensar en lo dedicado que era mi novio. Mientras él se limpiaba, yo procedí a hacer la masa y calentar la sartén, aunque hice una pequeña variación en la receta, añadiendo cacao para que a Kuroo le gustase más. Después de todo, conocía a la perfección su amor por el chocolate.

Con una sonrisa adornando mi rostro, terminé de hacer los pancakes y puse la mesa para desayunarlos en la isla marmórea que separaba la cocina del salón. Preparé dos cafés, me senté y puse a mirar el teléfono mientras esperaba a que el azabache saliese de la ducha.

-Esa camiseta te queda mejor que a mi- Murmuró el azabache en mi oído una vez se hubo acercado lo suficiente, mientras yo me sobresaltaba. Había estado tan ensimismada en el celular que no me había percatado de la presencia de Kuroo -¿Tortitas de chocolate? Si es que...¿Cómo no quererte?- Me besó en la mejilla entes de sentarse en la silla próxima a la mía.

Kuroo's Heart (Kurooxlectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora