Embarazado de mi mejor amigo °Kookmin°

03

Jimin movió su pie con más fuerza contra el muslo izquierdo del alfa, este yacía sentado a su costado con la vista concentrada en la película de acción que se transmitía en televisión.

— ¿Puedes parar eso? — la mano del alfa cayó contra el tobillo desnudo del Omega.

— ¿Es cierto? — preguntó el rubio en voz baja.

— ¿El qué? — cuestionó Jungkook aún con la vista fija en la pantalla.

"No puedo simplemente preguntarlo directamente", pensó Jimin al verle.

— Solo pensaba en una conversación que tuvimos hace unos días — soltó sin más.

— ¿Qué con ello? — preguntó el azabache con sus dedos flojos contra el tobillo del Omega.

Jimin mantenía su cuerpo ligeramente recostado contra el costado del sofá, sus pies yacían apoyados contra el muslo izquierdo del alfa.

— Quiero preguntarte algo — bajando la mirada hacia su pie pudo observar los delgados y largos dedos del alfa en su tobillo.

— Solo pregunta de una jodida vez — soltó ya cansino el más alto.

"Amargado", pensó Jimin.

— Es sobre tu molestia hacia los omegas — el agarre en su tobillo se intensificó hasta el punto de sentirse como una molestia.

Jimin pudo ver el surco formarse en la frente del alfa.

— No es sobre los omegas que te causan molestias, en realidad se trata de mi — mencionó lo último en voz baja volviendo la mirada sobre sus pies.

— Deja los rodeos, sabes que eso me molesta

— Si, lo sé — Jimin asintió a pesar de no ser visto — ¿Por qué no te molesta mi presencia?

— Pensé que ya habíamos aclarado ese asunto hace años atrás.

"No lo hicimos tonto", pensó Jimin enojado.

— Lo único que me respondiste fue: solo te soporto a ti.

Jungkook suspiró sonoramente tomando el control remoto a su lado derecho y bajar el volumen de la televisión.

— ¿Qué es lo que quieres escuchar? — su vista por fin abandonó la pantalla y se movió hacia Jimin.

— La verdad — preguntó al alzar el rostro y enseñar un mohín.

Jungkook permaneció en silencio un par de segundos con la vista rondando en el rostro del Omega, como si aquello fuese a darle una respuesta pensada en su mente para luego poder decirla en voz alta.

— Eres diferente a los omegas.

— ¿Eh? ¿Diferente? — ladeó la cabeza hacia la derecha, sus hebras se movieron por igual.

— Si — contestó secamente el azabache.

— ¿Diferente en qué sentido? ¿Acaso piensas que soy un Omega raro?

El agarre en el tobillo se apretó un poco más sin llegar a lastimar al Omega.

— Si, eres raro.

— ¿Qué? ¿Por qué? — un surco de indignación cruzó el cuerpo del rubio.

— Eres el único Omega que conozco que no ha intentado seducirme.

"¿Seducirlo?" Se cuestionó Jimin a si mismo.

— No es mi culpa que seas tan feo — soltó Jimin con rapidez.

— Feo tu culo — soltó sin pensarlo el azabache.