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– ¿Ya lo resolviste? – por la expresión cansina en su rostro, el alfa pudo deducir rápidamente que Jimin aún no había resuelto el asunto de los cuidados de su celo cercano.

– Hablé con mamá esta mañana, pidió disculpas por las fechas, pero no existe forma en que le pueda pedir que corte sus viajes solo para que este allí durante mi celo.

Jungkook dejó pasear su vista por el interior de su apartamento, durante los últimos cuatro días había estado prácticamente viviendo en el apartamento de Jimin, solo hasta que éste se quejó una vez más por las cuentas a pagar, el alfa regresó a su propia vivienda, sin embargo, ahora era el omega quien yacía comiendo su comida sentado en su sofá.

El asunto del celo junto con el asunto de los cachorros mantenía a Jungkook en un estado de alerta, los pensamientos variaban desde la propuesta del omega hacia quién cuidaría a su amigo durante el ciclo que se aproximaba, faltaban al menos dos días para que su celo comenzase.

El problema yacía en que el omega ya comenzaba a desprender ligeros aromas por cortos períodos de tiempo a pesar de tomar los inhibidores, él no lograba notarlo, pero el olfato del alfa sí que podía.

Jungkook ya había lidiado con ello antes, por lo general era él quien le avisaba al omega para que comenzase a tomar los supresores, una vez que comenzaba a tomarlos, los aromas desaparecían solo para regresar con más fuerza en el comienzo del ciclo del celo, solo que ahora estos aromas estaban distrayendo al alfa a pesar de que era algo que había ocurrido desde hacía varios años atrás.

– ¿Tomaste tu medicina? – la voz rasposa del alfa tomó por sorpresa a Jimin quien había estado absorto observando un programa de variedades en la televisión.

– Si, esta mañana lo tomé – su concentración regresó hacia el programa.

– ¿Estás seguro? – cuestionó el azabache con la vista en su celular entre sus manos ahora.

– Que si hombre – fue la respuesta rápida por parte del rubio.

– ¿Seguro?

– Bien. ¿Qué sucede? – Jimin tomó el control remoto y presionó el botón para bajar el volumen.

– Estás desprendiendo feromonas, más de lo normal cuando se acerca tu celo.

– ¿Es así? – Jimin por inercia tomó entre sus manos la parte delantera de su camiseta para olfatearla ligeramente – Oh, ¿Estás seguro? – alzando la vista la trabó en la mirada curiosa del alfa.

– Si, ya comienza a ponerme nervioso – Jimin bajó la mirada hacia su propio cuerpo, parecía estar pensando en algo profundamente – ¿Qué? ¿En qué piensas? Estás echando humo por las orejas – bromeó.

– Ja, ja – Jimin alzó la vista una vez más – nunca antes te había molestado mi aroma – murmuró por lo bajo.

– No me molesta tonto – aclaró – solo no desprendías tanto aroma antes – explicó manteniendo la vista en la expresión que cambió rápidamente en el rostro del rubio.

Jimin se mantuvo tanto tiempo en silencio que las sospechas comenzaron a crecer en la mente del azabache.

– Por qué tengo esta sensación de que no me has dicho algo, ¿De qué me perdí? – el omega se removió sobre el sofá ganando tiempo antes de pensar en dar alguna respuesta hacia el alfa.

Extrañamente Jungkook se sintió ansioso en el momento en que Jimin evitó su mirada una vez que se puso de pie y se acercó hacia el sofá quedando frente al cuerpo de su amigo.

– Jimin – le llamó una vez más esperando una respuesta.

– ¿Has pensado en mi propuesta? – la forma suave en la que su voz expresó la pregunta hizo retroceder ligeramente a Jungkook.

Él había estado pensando en ello durante los últimos días, a pesar de que no era un tema que se sacaba a relucir entre cenas o estadías de descanso, Jungkook podía percibir la curiosidad y duda en los ojos oscuros del omega que últimamente le seguían cada vez que estaban cerca.

– Jimin.

– No, nada de Jimin ya habíamos hablado de esto y dame más tiempo para pensarlo – el omega se balanceó sobre sus pies hasta quedar de pie frente al alfa – mi celo es en dos días y tú sigues sin darme una respuesta definitiva – comentó.

– No comprendo cuál es tu afán en tener los cachorros justo en éste celo, aún no hemos decidido nada en concreto sobre cómo los tendremos, o sobre cómo serán los cuidados durante el embarazo o mucho menos sobre los trabajos, ¿Dejarás de trabajar? ¿Tendré que trabajar más?

– Jungkook – balbuceó Jimin suavemente.

El alfa bajó la vista hacia el rubio quien lucía terriblemente aturdido luego de haberle escuchado reaccionar de esa forma, las lágrimas aparecieron en las esquinas de sus ojos de forma rápida, tanto así que el alfa pensó que le había asustado.

— ¿Qué? ¿Por qué lloras? — preguntó preocupado.

– Lo aceptaste – dijo Jimin aún aturdido y con una gran sonrisa comenzando a tirar de la comisura de sus labios.

Jungkook sintió un ligero temblor recorrer su cuerpo antes de sentir como los vellos de todo su cuerpo entero se erizaban, su mente procesó rápidamente lo que estaba sucediendo.

Entonces notó que él se había expresado como si ya hubiese aceptado la propuesta y no tuviese algún problema con ella.

Él realmente lo había aceptado.

– Yo no... – ahora era el alfa quien lucía aturdido.

– Está bien, es un gran paso y una gran decisión, pero te voy a apoyar Kook, siempre lo haré – las suaves palabras del omega sacaron del trance al alfa.

– ¿Estás seguro? ¿Estás bien con todo éste asunto? – cuestionó de forma inmediata, una expresión preocupada rondando su rostro – esto realmente cambiará tu vida, quiero decir, es, cambiará nuestras vidas para siempre.

– No tiene que ser así – explicó el omega – tú y yo seguiremos siendo los mismos ¿No?

Jungkook realmente quería pensar en ello como cierto.

Sin embargo.

– Aunque odio los hospitales y lo sabes Kook.

– Lo sé, ¿Entonces cómo pensabas ayudar? – cuestionó, un surco apareciendo en su frente blanca.

Obtuvo la respuesta gracias al tinte rojizo que adquirieron las mejillas del omega.

– Joder no, no puedes estar hablando en serio.

Él no podía ni siquiera pensar en ello, eran amigos, el solo pensamiento era extraño.

— No, jodidamente no Jimin.

— Aún no he dicho nada — se defendió el Omega cruzando sus brazos a la altura de su torso.

— Pero te estás ruborizando y sé que no es por pensar en qué almorzaremos hoy — lo señaló con su dedo índice.

— ¿Entonces cómo más? — preguntó.

— De forma invitro — soltó el alfa.

— ¡No quiero! No me gustan los hospitales — le recordó una vez más.

— Si es así el caso, entonces la propuesta no va, cómo se supone que sucede ¿Por arte y gracia de Fenrir? ¿Estás loco si crees que te pondré un dedo encima?

— No tienes que ponerme un dedo encima — aclaró — tienes que poner la punta dentro — un rubor más fuerte llenando su rostro — y soltarlo todo dentro — aclaró su garganta en un vano intento de difuminar la vergüenza que conllevaba hablar del tema.

—Tienes que estarme jodiendo.

Embarazado de mi mejor amigo  °Kookmin°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora