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No, tal vez había escuchado mal, él no podía haber mencionado justo aquella palabra, no, no era posible.

— Alfa.

Santo infierno, jodido infierno o como diantres sean las maldiciones.

Eso no debería estar sucediendo, Jimin había conectado con su lobo y sabía que no le quedarían más que vagos recuerdos en su memoria cuando el ciclo del celo finalice en un par de días literalmente.

Solo faltaban dos días más para que ésta situación cesase de una vez por todas, todo aquello terminaría y solo quedaría esperar que todo funcionase para que el omega quedase en estado de embarazo.

Si aquello no funcionaba tendrían que intentarlo de nuevo en el próximo celo o tal vez solo desistir de la idea de tener cachorros.

Pero Jungkook era un buen mentiroso, él podría aparentar frente a Jimin que la situación dejaría de importarle con el paso del tiempo, solo él y nadie más que él sabría que todo sería una mentira si llegase a suceder.

— Alfa se ve triste.

Jungkook alzó su rostro para encararlo, recordaba a la perfección cómo es Jimin en este estado ya que una vez en el pasado por una situación externa se topó con ese aprieto, en su memoria había un chico con una expresión que solo le llenó con ganas de protegerle de todo el mal que existe.

Y la sensación se repitió una vez más.

Jimin se incorporó sobre las plantas de sus pies amenazando con acercarsele sin medida, el alfa tragó forzosamente saliva al verle cada paso mas cerca de si.

— No soy tu alfa — en cuanto esas palabras abandonaron sus labios el omega frente suyo pareció congelarse allí mismo a mitad de camino.

La expresión en su rostro se mantuvo intacta a excepción por la forma en que sus párpados se separaron por la sorpresa de la repentina confesión del azabache.

¿Qué debía hacer? Era cierto, él no es su alfa, él no le había marcado, no existía razón para que Jimin le llamase de tal forma.

— ¿Por qué no eres mi alfa? — la voz dulce de Jimin siempre le había agradado.

Pero no sonaba dulce ésta vez, sonaba confusa y triste.

Y eso no le gustaba en lo absoluto.

Sus labios se separaron para explicar el por qué, recordarle por qué estaban haciendo esto en primer lugar y hacerle saber que ellos no eran pareja para que le considerase alfa como tal.

Pero de su boca ninguna palabra fue emitida.

¿Qué sucede? Su voz se fue repentinamente antes de poder responder con la verdad.

Jimin mantuvo su mirada frente a él todo el tiempo que el alfa permaneció en silencio tratando en vano de hablar y responder, la vista azulada desapareció de su campo de visión al momento en que el rubio bajó el rostro ocultando sus ojos con su flequillo rizado que llenaba desordenamente su frente.

Di algo, solo di la verdad, se repitió Jungkook una y otra vez. Maldita sea, por alguna extraña razón su voz no quería colaborar en esos momentos.

El omega inició su camino una vez más acercándose hacia el alfa para alzar el rostro una vez estuvo a un par de pulgadas cerca de este, prácticamente invadiendo su espacio personal.

— Sé que no eres mi alfa, puedo verlo a través de ti, de tu expresión confusa y lástima brillando en tus ojos.

Había algo mal, por lo general los omegas no suelen ser tan conscientes o sus períodos de consciencia no duran tanto ni tan seguido.

Embarazado de mi mejor amigo  °Kookmin°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora