SONATA DE AMOR

CAPÍTULO 4: LA DESPEDIDA

Los jóvenes se quedaron unos dos meses en Hokkaido con sus padres, aprendiendo del proyecto y practicando con la banda, esos dos meses fueron amenos y gratos, Ryuichi y Akihiko no perdían oportunidad de acercarse a Misaki, aunque él era tan inocente que no imaginaba las intenciones de ellos, solo los veía como amigos, claro que cuando estaba a solas con Ryuichi sentía un calor en su rostro cuando se le acercaba. Pero ninguno de los alfas le hablo de amor o de enamoramiento, solo intentos de conquista vagos porque ambos eran inexpertos en el tema con su 18 años. Aunque sentían atracción hacia Misaki tampoco tenía claro que eran esas sensaciones nuevas que sentían.

En la última noche de Ryuichi en la casa Takahashi, Misaki y Ryuichi compartirían solo la habitación para dormir porque Takahiro se quedaría en casa de un amigo. Ryuichi y Misaki estaban melancólicos debido a que deberían despedirse y no estaban seguros que se volvieran a encontrar. Misaki se dio una ducha larga para relajarse, saliendo del baño con una toalla blanca cubriendo solo de la cintura para abajo se encuentra con Ryuichi entrando a la habitación, los dos se quedan viéndose intensamente, Misaki tenía el rostro rojo como un tomate, mientras Ryuichi contempla al pequeño Misaki, sus pecho, sus piernas, su delgada cintura, su cuerpo entero que lo atrae, sigue con sus ojos las gotas de agua que bajan de su cuello y pasan debajo de la toalla, haciendo que trague saliva y sus mejillas se sonrojen.

Misaki: ¡Ryuichi, sal de la habitación!, me cambio rápido

Ryuichi: Ah

Ryuichi no asimila las palabras, sigue contemplado gota a gota que bajan y desaparecen debajo de esa toalla, que quisiera que no existiera para contemplar el cuerpo completamente desnudo de Misaki. Al no tener respuesta Misaki se acerca y arrastra a Ryuichi a la puerta sacándolo a la fuerza y haciendo esfuerzos para que la toalla no se caiga, Ryuichi reacciona y toma las dos manos de Misaki empujándolo contra la puerta y logrando que la toalla caiga al suelo. Al oír el golpe del cuerpo de Misaki contra la puerta Ryuichi suelta las manos de Misaki y da dos pasos atrás, dejando el cuerpo desnudo de Misaki para su deleite. Su cuerpo es armonioso, su cintura era como las curvas de reloj de arena, dos pezones rosados simétricos y su miembro que era acorde a su estatura; Misaki se sonroja completamente y en un movimiento ágil toma la toalla, la levanta y se cubre. Los ojos de Ryuichi lo miran con deseo, lujuria y pasión, al ver el rostro avergonzado de Misaki reacciona para poder decir.

Ryuichi: Perdóname Misaki, solo reaccione porque me empujabas, lo siento no era mi intención lastimarte

Misaki: Pue... puedes saaalir y esperar a que me cambie para que hablemos

Ryuichi: Si, claro, espera mejor entro y me baño mientras te cambias

Ryuichi corre al baño de donde salió Misaki, se para frente al espejo, siente su cara completamente caliente al mirarse en el espejo ve sus mejillas rojas, su corazón late de manera acelerada y siente una fuerte punzada en su miembro. Se desviste, abre la llave de la ducha y deja que el agua le caiga, pero su calor no se va y cada vez siente más fuerte las punzadas en su miembro, lo toma con sus manos y empieza a subir y bajar enérgicamente, cierra los ojos y recuerda el hermoso cuerpo de Misaki que lo provoca aún más, sus manos suben y bajan de manera salvaje y desesperada una y otra vez hasta que logra llegar al clímax haciendo que cayera de rodillas al suelo, levanta su rostro que recibe directamente el agua de la regadera, poco a poco se va recuperando y recobrando fuerzas, se levanta, se enjabona y termina de lavarse. Sale del baño con una toalla cubriendo de su cintura para abajo, Misaki está terminando de cambiarse cuando lo ve salir y se queda en shock al ver a Ryuichi, su pecho marcado, sus brazos bien formados, su cuerpo desprendía masculinidad y provocación, el pequeño se detiene a detallar los labios de ese hombre que provoca un calor indescriptible en su cuerpo, su rostro vuelve a tomar el color rojo y su postura segura se derrumba y empieza a sentir escalofríos.