Capítulo 25: La familia de Mike y Mika.

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Luke's POV
Desde el evento en el gimnasio y los gritos que escuchamos de la discusión, tanto Scottie como Jake parecían tristes. En realidad no parecían, estaba seguro que lo estaban.
Verla así de afectada rompía mi corazón, pero me sentía también en la cuerda floja porque su hermano sabía mi mayor secreto peor guardado.

Luego de la práctica, una vez en el pasillo que separaba los dos departamentos, detuve sutilmente a Scott, quien también parecía con ganas de hablar conmigo.
- Lamento todo lo que haz tenido que ver esta semana, en serio, esto no es nada como lo que tenía planeado.- su cara de acomplejada transmitía mucha más ansiedad de la que le había visto nunca en el paddock en las situaciones más difíciles.
- Hey, no, no. Esta bien, no ha sido nada tan terrible. Hemos tenido unos días digamos desafiantes, pero nada que no hayamos visto antes. Tranquila.- intenté bajarle los niveles de culpa que sentía, es decir, no era su culpa nada de lo que había sucedido y en sí, creo que todo adolescente pasaba por esa etapa de irrespetuoso. - Nada de lo que dijo fue tan terrible.- Scottie escondió su cara en sus manos. Nuevamente arruinándolo todo con tu bocota Luke.
- No puedo creer aún que haya dicho todas esas cosas horribles- no levantó su cabeza hasta que yo la tome entre mis manos.
- Eso a mi no me importa, en serio.- dejé un pequeño beso en la punto de su nariz.
- Te juro que estoy a esto de matarlo yo misma- me reí, se vea tierna enojada, aunque la amenaza de muerte podía ser demasiado y confiaba en sus capacidades para llevarla a cabo. ¿Qué acabo de pensar? Solo lo dejré pasar, ya a estas alturas no tengo idea ni en que día estamos.
- No lo matarás, es un buen tipo que está pasando por fase de adaptación, a todos nos pasa.-
De improviso me abrazó y no demoré en corresponderle. A pesar de yo ser el más alto y grande, sentía que era gracias a ella que el acto significaba tanto. Era como si esa creencia de que en los abrazos las almas se tocan se hiciera realidad.
Posteriormente me besó en la mejilla, cosa que fue un poco decepcionante porque un beso real hubiera sido mucho mejor. Nos quedamos unos momentos en silencio, contemplándonos bajo la luz fría del pasillo.
Por alguna razón, cuando estaba en el trabajo ella parecía fácilmente unos 10 o 15 centímetros más alta tan solo por su impronta, pero justo en ese momento frente a mi, se veía igual de pequeña que cuando compartíamos habitación. Esa versión bajita de ella me encantaba, no porque pareciera menos intimidante, sino porque esa era ella misma, no el alter ego que la mayor parte de la gente creía que era, sino la mujer en sus veintes con un hermano que se mete en sus nervios y con un montón de responsabilidades que atender.

Yo la besé entonces, de forma cálida, lento y suave. Solo entonces me di cuenta de cuanto había extrañado esos labios.
- Mis tíos los invitaron para que mañana vayan con nosotros a un almuerzo.- dijo en una especie de suspiro, mientras aún teníamos los ojos cerrados y las frentes juntas. - Prometo que será agradable, nadie se puede enojar en esa casa, literalmente es como un santuario. Aparte mis tíos mueren por conocerte y sus hijos son unos niños increíbles.-
Conocer a la familia parecía un gran paso, pero estaba en esa nebulosa de incertidumbre, así que decidí no hacer más drama al respecto y tomarlo como un almuerzo amigable. Confirme todo con ella, unos cuantos besos más y nos fuimos a nuestras respectivas casas.

-Ay Scottie, te amoooo, me encantasss- Fletch intentó imitarme pero solo le duro unos segundos antes de ponerse a reír solo. Intente no inmutarme pero no lo pude evitar y me le uní.
- ¿Entiendes ahora porque no te cuento de como me siento?-
- Luke, por favor. A este hombre tú no le puedes esconder ni un dulce.- se señalo a si mismo mientras levantaba las cejas en modo "bitch please". Todo un personaje.

A la mañana siguiente, una vez que habíamos dejado todo limpio y nos habíamos arreglado para la ocasión, Fletch saco dos bolsas bonitas y elegantes desde uno de los estantes.
- escoge una-
-¿es para mi?- le puse mi mejor cara de ojitos brillantes.
- Por supuesto que no, menudo imbécil. Qué es lo que más nos enseño mamá?, "siempre que van a una casa que no conocen deben llevar un presente". 22 años en el planeta y aún debo seguir salvándote el trasero. Ya, vamos. O Louise estará con esa ceja levantada que me da un poco de susto- ¿Fletcher asustado por una chica? Me huele a enamoramiento.
- Nonono. Momento.- lo detuve y lo tire para que quedásemos frente a frente.- ¿te gusta Lou?-
No fue necesario que respondiera, vi la culpa en sus ojos.
- Ay hermano, la mismísima suerte que nos vino a poner en este camino, no? Sabes lo más extraño? Es que te he visto dirigirle la palabra 1 vez en todo el tiempo en el que hemos estado aquí.- el rojo se tomo sus mejillas cual pizza margarita, pero yo era capaz de leerlo como la palma de mi mano.- Te da vergüenza hablarle, ¿no es así?.-
- En mi defensa, tú no sabes nada sobre ser rechazado-
- Ay, por favor. Tú eres el intelectual y estás guapo, confía un poco más en ti. Yo creo que tienen grandes posibilidades si en vez de calcularlas, actuaras. Háblale, es una chica un poco extraña pero sumamente entretenida, harían una gran pareja.-
- Ahora entendiendo porque la señora Hoffman creía que era gay, hablaba así contigo por alto parlante. -
Lo empuje amistosamente y luego nos pusimos en marcha hasta el estacionamiento, lugar donde habíamos quedado en encontrarnos.

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