Tres años despues

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*Sasuke 27 - Naruto 18

El comisionado Hatake Kakashi había dado su visto bueno para que presentara las pruebas para detective. Lo había puesto bajo el cobijo y la supervisión de uno de los detectives a su cargo para que lo guiara en sus estudios y aprendiera lo que había por aprender, antes de que presentara la prueba. Tres años le había costado hacerse notar, llamar la atención, no solo de sus superiores sino de alguien tan importante como el propio comisionado, para que se le diera la oportunidad antes de el tiempo necesario para poder avanzar por experiencia. Pero no por nada su nombre recorría con orgullo los pasillos de la jefatura principal de Konoha. El apellido Uchiha retumbaba en las paredes y llegaba a sus oídos cada que cruzaba a paso lento los pasillos. En su prontuario se sumaban varios arrestos llevados a cabo con éxito, misiones especiales completadas satisfactoriamente, todo sin una sola falta en su currículum, todo sin una sola queja. Pero a pesar de todo eso, de todo el reconocimiento y de las oportunidades que le son dadas, aún no había logrado avanzar mucho en su meta personal. El nombre del asesino de sus padres seguía escapándose de entre sus manos cada vez que intentaba alcanzarlo, y eso que su nombre era solo el primer peldaño de la eterna escalera que debía subir.  

Se acercó con cautela al corredor que lo llevaba a la ventanilla al final del pasillo del segundo piso. Vio a su capitán cruzar de una de las oficinas a otra y no tuvo más opción que ocultarse por un momento. Ya su capitán le había advertido que diera el asunto por terminado, no quería verlo “acosando” —esa era la palabra que había usado para referirse a su comportamiento— a la pobre chica detrás de la ventanilla. Ni siquiera sabía su nombre, a él no le importaba pero había tenido que aprenderlo con la esperanza de que le sirviera para poder convencerla de darle lo que quería.

El número de registro del caso del asesinato de sus padres era el UA-2307, La U era por la inicial de su apellido, la A era por el crimen confirmado, asesinato. Normalmente cuando un caso entra al departamento de homicidios se marcan con un número de acuerdo al orden de llegada, caso 2307, curiosamente la fecha de su cumpleaños. Si le preguntaran les diría que es una cruel broma del destino, pero no es más que simple coincidencia. El capitán finalmente sale de su radar y logra acercarse con cautela hasta la ventanilla. Ella sonríe al verlo y arregla su cabello mientras menea un lapicero sobre sus labios. Él pone sus codos sobre el mostrador y le devuelve la sonrisa. Ella sabe porqué está ahí y él sabe lo que ella espera de él. Luego de saludarse y de un coqueteo forzado, Sasuke saca del bolsillo trasero de su pantalón su billetera y de su interior saca un papel trozado con un número de teléfono.

—¿Lo conseguiste? —le pregunta ella, a la expectativa de tener el papel en sus manos, pero él lo mantiene prisionero dentro de su puño.

—Sabes lo que quiero.

—Tú sabes que no puedo dártelo —Sasuke arrugó el entrecejo, no quiere que ella piense que está resignado a no conseguirlo y presiona un poco más, aun sí sabe que es inútil—. La última vez el capitán casi nos descubre, ¿tienes idea de lo que me hará si se entera de que te dí el informe?
Por supuesto, saldría de inmediato de la fuerza, ambos lo sabían, pero de nuevo Sasuke fingía que no sabía y ella fingía creerle que así era.

—¿Entonces, recuérdame para que te traigo esto?

—¿Por qué eres un buen amigo? —Sasuke sonrió de forma amarga y ella sintió un poco de lastima— No te puedo ayudar con eso, sabes que no puedo darte el expediente, pero… —ella respiró hondo antes de mirar hacia todo los lados detrás de la espalda de Sasuke, asegurándose de que no hubiera nadie en el pasillo— sé quien siguió el caso de tus padres, el detective a cargo.

Sasuke sonrió, complacido de escuchar por fin algo que le fuera útil. Estirando la mano dentro de la ventanilla deshizo el puño y el papel cayó sobre su escritorio. Ella de inmediato lo abrió sonriente.
Por supuesto, él no era el único prospecto a ser el detective mas joven de la unidad, ya que el comisionado, que no estaba dispuesto a quedar en ridículo en su presentación de un joven genio de la unidad anticrimen tenía un haz bajo la manga. Sai, Sasuke aun no era capaz de memorizar su apellido, y no entendía tampoco como Ino, la mujer frente a él, había dejado de insistir en salir con él para poner sus ojos en Sai. Pero Sasuke no estaba particularmente enojado por eso, al contrario, le había sido muy útil que ella se fijara en él porque finalmente podría chantajearla con cualquier otra cosa que no fuera él mismo.

—¿Entonces quien es?

—Danzo Shimura.

—¿Por qué me es familiar ese nombre?

—Por supuesto que te suena familiar, se postuló para alcalde en las últimas elecciones, popularmente se dice que lo quemaron.

—No sabía que había sido detective.

—Fue detective por mas de veinte años, antes de eso estuvo un tiempo en narcóticos y se dice que también fue líder de escuadrón de la guardia presidencial. Quería convertirse en comisionado pero sus ambiciones se hicieron mas grandes con los años y ahora quiere ser alcalde de la ciudad, se dice que va intentar lanzarse de nuevo en las próximas elecciones. Mientras tanto es director de la prisión central. Fue él quien trabajó en el caso de tus padres, su nombre aparece en el expediente.

—El mismo que no quieres darme pero que ya leíste.

—Esto no es mas que una biblioteca privada para mi. Estos muros cuentan muchas historias interesantes. Ya sabes donde encontrarlo, seguro que él te dice mucho mas que el par de papeles dentro de esa carpeta.

—¿Carpeta?

—¿Qué esperabas, una caja llena de evidencias? Si algo así existiera habría alguien tras las rejas.
Ino agachó la mirada y fingió buscar algo entre sus papeles. Sasuke sintió unos pasos dirigiéndose hacia él a su espalda y fingió recibir un formulario para una solicitud de mano de Ino que levantaba el rostro justo a tiempo para saludar al capitán.

—Gracias por todo.

—Gracias a ti por el número.

Iba caminando con las manos en los bolsillos de sus pantalones en dirección a la salida del edificio cuando Yamato lo llamó desde el interior. Dio media vuelta sobre sus pies y lo vio corriendo hasta él con una mano en alto.

—¿Tienes tiempo?

—Claro que sí, ¿qué sucede?

—Un robo. Se metieron al museo y robaron algo... aun no tengo muy claro que fue pero me gustaría que me acompañaras.

—¿Por un robo, no estas en homicidios?

—Sí, pero el comisionado dice que es un trabajo de alta importancia y me quiere al frente, y yo te quiero a ti, ya sabes como es esto.

Sasuke accedió finalmente a ir con él, no era como si tuviera otra opción. Que él le preguntara si quería hacerlo era solo una formalidad y una muestra de la educación con la que se movía, algo que era mucho pedir, sobre todo con los detectives de su rango.

Subieron a la camioneta y media hora después ya estaban en el lugar de los hechos.
El robo había sido a plena luz del día, sin testigos ni heridos. Una operación limpia. Se habían llevado una joya de mucho valor. Se trataba del dije de Kurama, reliquia de un antiguo imperio que adoraba a las bestias con cola, el dije era Bereilo rojo, o esmeralda roja, un trozo de unos cinco centímetros con un valor indecible, estaba por ser subastado por el museo.

Un par de patrullas estaban en la zona, Juugo, que había estado cerca para el llamado inicial a la línea de emergencia había sido el primero en llegar. Sasuke se acercó a él con la intención de averiguar que sabía, pero él solo terció el gesto algo confundido.

La pieza se encontraba ubicada en un sótano del museo, debían atravesar dos bóvedas de seguridad antes de encontrarse con la caja fuerte.

—Necesitas una huella biométrica de dos sujetos distintos para abrirla, y uno de ellos viene en un avión de camino a la ciudad.

—¿Ya revisaron las cámaras?

—Sí, deben ser ninjas por que solo se ven sombras.

Yamato desde otro lado de la habitación lo llamó de nuevo a su lado, expandiendo los detalles que Juugo le había dado. Eran las tres de la tarde, y el robo se había llevado a cabo no mas de una hora antes por lo que había posibilidades de que los ladrones aun estuvieran dentro. Sin embargo, el edificio estaba lleno de personas, estudiantes y el propio personal. Intentar detenerlos a todos generaría un pánico innecesario, y no tenían suficiente personal para descartarlos a todos. Era una pieza demasiado pequeña como para que pudiera ser encontrada en una revisión rápida de mochilas y ropa. Lo mas seguro era que mientras hablaban los responsables del hecho estuvieran abandonando el edificio. El comisionado llamó en ese momento pidiendo detalles, por lo que Sasuke aprovechó para hablar con los de CSI, pero ellos no dijeron nada, no importaba que hubiera llegado con Yamato, su uniforme azul lo hacía alguien inferior a ellos, alguien que no debía recibir cualquier información delicada que solo le competía a los detectives.
Miró a su alrededor por unos minutos tratando de descubrir algo por si mismo. Cualquier oportunidad que le fuera dada debía ser bien aprovechada.

Yamato seguía enfrascado en una discusión con el comisionado, argumentando que no entendía como había podido enviarlo a resolver un caso imposible. Se alejó. Necesitaba alejarse, encontrar una respuesta, un ángulo diferente. Fue hasta la entrada del edificio y lo rodeó hasta que encontró una opción para entrar. Había tres entradas aparentes, los cordones de seguridad para los visitantes, las entradas de empleados con un vigilante a tiempo completo que revisaba sus pertenencias en la entrada y la salida. Por último, la zona de cargue y descargue, que comprendían tres rejas a control remoto, vigiladas por cámara de seguridad. No habían muros que pudieran ser escalados o puertas subterráneas que pudieran llevarlos  a las bóvedas. Tenía que ser un trabajo de mas de una persona, lo suficientemente bueno como para que ni siquiera la prensa lo supiera aún. Además, alguien adentro debía estar involucrado, y no podía ser cualquiera, debía ser alguien con acceso privilegiado a las bóvedas y los sistemas de seguridad.
Estaba por volver, cuando un detalle en la calle llamó su atención.

—¿Dónde estas? No te traje para que estés dando vueltas.

—Debería venir, encontré algo interesante.

En medio de la avenida, la tapa de una alcantarilla estaba levemente levantada. Cuando Yamato y otros oficiales llegaron a su lado ayudaron a terminar de moverla, al hacerlo un guante de cuero cayó al fondo. Sasuke fue el primero en bajar, tomó el guante húmedo y lo guardó en una bolsa. Frente a él, un muro derrumbado le indicó por donde habían entrado. Solo un par de  segundos después Yamato estuvo a su lado.

—¿A dónde nos llevara esto?

Sasuke se encogió de hombros y Yamato se dispuso a seguir el camino sabiendo que no se encontrarían con alguien indeseable, los ladrones ya se habían ido.

El muro caído los condujo por un excavación de unos cuantos metros en dirección al museo, contaba con su propio sistema de iluminación y bolsas de escombro muy bien ubicadas en los costados y fuera del túnel. Habían estado planeándolo por mucho tiempo, incluso puede que su objetivo inicial fuera completamente distinto, y al enterarse de la llegada del dije habían apresurado sus planes, pues era una joya mucho mas valiosa que cualquier otra cosa en su interior. Eso lo dedujeron ya que el trabajo al final del túnel era mucho mas descuidado y desprolijo, excepto por la puerta que abrieron con toda facilidad. Al cruzar, se encontraron con todo tipo de elementos de aseo y limpieza, era un cuarto pequeño. Cuando el último oficial entró, volvieron a cerrar la puerta, esta encajó perfectamente con el resto de la pared, sin bordes visibles a plena vista ni señales de cerrojos. En el cuarto encontraron uniformes gastados y sucios de tierra, probablemente de los ladrones, los habían dejado descuidadamente sobre el suelo, Yamato rogó porque contuvieran alguna pista. Al salir del cuarto se dieron cuenta que no solo estaban dentro del edificio si no que estaban a escasos metros del acceso a las bóvedas.

—¿Por qué no lo hicieron de noche?

—En el día el sistema de seguridad esta mas ocupado vigilando a los visitantes, que no haya tropiezos ni accidentes, perdida de ninguna índole, toda su atención esta concentrada en el piso de arriba.
A pesar de que ellos habían estado ahí solo minutos antes el área estaba ya vacía, no había personal de CSI ni personal del museo, era un área completamente vacía.

—Tuvieron todo el tiempo del mundo, ni siquiera hay una cámara aquí. Lleva el guante al laboratorio, ya veremos que arroja.

CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora