Reflexión

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Estaba sentado en una silla azul, en la sala de espera conjunta a la sala de interrogatorios, ya cumplía tres horas, quizás, de espera. No había una ventana que le diera indicio de si ya había anochecido, por lo que no estaba seguro de si en realidad llevaba ese tiempo allí esperando. Shisui les había quitado celulares y relojes, como metodo de tortura resultaba muy útil, aunque no tanto para ellos. Sai parecía dormitar, estaba sentado enfrente suyo, no habían hablado nada aún sobre lo que iban a decir en el interrogatorio. Decir toda la verdad le parecía estupido e imprudente, pero no veía la forma de plantearselo a Sai, quien para su gusto estaba muy tranquilo, es más, estaba seguro que ahora que Kakashi le había ofrecido su ascenso Sai se sentía satisfecho, al menos de momento había dejado de sentir su aura asesina sobre sí.

¿Pero qué decir en cambio de la verdad?

Ese era en realidad el problema, si tuviera una idea que fuera lo bastante útil se lanzaría a decirle, a influenciarlo para que, de nuevo, actuara a su favor, pero no se le ocurría nada. Todo porque lo único que estaba sintiendo era frustración. Frustración de saber que había caído en el juego de Obito, que había sido olímpicamente ignorado por su hermano y además, burlado por Naruto. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no ha aparecido aún? Al menos para burlarse de él, por haberle dejado ver su lado más ingenuo. Quería que lo llamara, solo para eso, para escucharlo burlarse y así sacar ese sentimiento doloroso de su pecho. ¿Por qué había creído en él en primer lugar? ¿Había sido acaso influencia de su hermano? tal vez. Si Itachi confiaba en él, tanto como para enviarlo en su búsqueda, por que no podría él hacer lo mismo. Pero claro, no es como si esa conclusión hubiera estado presente siempre en su raciocinio. No, lo que buscaba era una justificación. Naruto había sido siempre culpable, desde el primer día que lo vio... bueno, desde su segundo encuentro, cuando ya se habían robado la joya, puede incluso que el día del interrogatorio en la comisaría ya tuviera el collar en el cuello, la joya en el bolsillo. Puede que desde entonces la hubieran tenido tan cerca de sus manos. Él había influenciado en ellos, no solo en él, en todo el cuerpo de policía, y en Itachi también, lo que ahora era muy obvio. Se había mostrado tonto e inocente, torpe inlcuso. El adicto al ramen, que se había metido en su casa, en su cama, y ahora debía admitir que incluso en sus pantalones; había resultado un mentiroso. Pero no lo odiaba, debería, pero no lo hacía, por eso estaba a la espera de su llamada, porque una vez lo haga, una vez le restriegue en la cara su ingenuidad, podrá hacerlo, podrá odiarlo y seguir con su vida, o con lo que quede de ella.

Tal vez esa era su mejor opción, decir toda la verdad y darle reinicio a todo. Tal vez pueda hacer como Itachi y cambiar su nombre. ¿Qué tan mala idea sería hacer eso? a él le funcionó. Orochimaru no se negaría a ayudarlo, le ayudaría con un nuevo nombre, con una nueva profesión incluso; o podría dedicarse a recorrer el país en moto y vivir con lo que quepa en su mochila, andar sin rumbo fijo, sin un propósito. ¿Qué diferencia tendría a lo que hace ahora? ya no tiene un propósito, ni una meta que seguir. Akatsuki se estaba destruyendo desde dentro gracias a Itachi, nada que él pudiera hacer iba a cambiar eso. El asesino de sus padres ya estaba muerto, enterrado tres metros bajo tierra.

Una de las bombillas sobre su cabeza centelleó ligeramente e hizo un ruido sordo, eléctrico, que lo hizo salir de sus pensamientos. Cuando levantó el rostro se encontró con Sai mirándolo fijamente, de inmediato su cerebro se silencio.

—¿Qué?

—¿De verdad estás satisfecho con todo esto?

—No sé de qué hablas.

—Ese tipo es tu hermano, no hace falta que lo admitas es muy obvio, Shisui es tu primo, lo que también es muy obvio, ambos buscarán la forma de sacarte de esta. Es gracioso, porque siempre me vendieron la imagen de que eras como un lobo solitario, el huérfano, que no tenía nada que perder. Pero mírate, estás derrotado y lo peor es que no importa porque todos los que están a tu alrededor van a hacer lo que sea para sacarte del hoyo en que te metiste.

CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora