Final

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Traición.

Sasuke no quería bajar el arma. Se mordió el labio sintiéndose impotente, incapaz de disparar y pegarle un tiro a la cabeza. Al contrario, dejó que Naruto colocara su mano sobre el arma y la bajara. Lo dejó, además, deslizar su mano a través de su brazo, que llevara sus brazos hacia atrás y le permitió esposarlo a la espalda.

—Todo esto va a terminar pronto, lo prometo. —le susurró al oído mientras ajustaba las esposas.

—¿Qué estás haciendo? —Ante lo que estaba pasando Kim no tuvo otra opción más que bajar el arma y dejarse esposar por otro de los hombres que acompañaban a Naruto. Sasuke sin embargo guardó silencio, Kim sabía que había algo más, su rostro enojado se lo dejó ver.

—Sasuke, dime una cosa —empezó a hablar Naruto mientras caminaba por el pasillo hacia el patio principal. Caminaba altivo, con las manos en los bolsillos, sintiéndose el jefe—. ¿Debería estar preparado para algo? —Se detuvo y se giró a verlo. Sasuke le devolvió una sonrisa de medio lado, advirtiendo que sí, que sí tiene algo preparado.

Naruto respiró hondo, sostuvo su mirada por unos minutos, pero continuó su paso.

—Pensé que habíamos llegado a un acuerdo, sobre cómo íbamos a hacer las cosas.

—Sí, y ese plan no incluía que yo estuviera esposado mientras tú caminas frente a mí. Siempre supe que no se puede confiar en ti. ¿Gaara, dónde está?

—Ya nos vamos a encontrar con él.

—¿Lo traicionaste también, o él es parte de tu plan?

Kim estaba aún más extrañada de que la conversación entre ellos ahora incluyera a Gaara, a quien conocía desde que había ingresado a la organización, atreviéndose a decir incluso que era la persona más leal que conocía. No le cabía en la cabeza que él pudiera estar involucrado en una traición a la agencia. Respiró tranquila cuando, al salir, lo vio de rodillas frente al pozo, atado de manos y con el resto de sus compañeros a su lado, a excepción de uno. Cuando su mirada se cruzó con los demás comprendió que lo habían perdido. No entendía como la misión se había ido para el caño en tan poco tiempo, había participado en operaciones mucho más complicadas sin que hubiera ese nivel de error. La culpa por supuesto no podía ser de nadie más, si no de él, de Sasuke. Debió adivinarlo cuando se negó a entregarle su teléfono personal, pero luego de conversar con A, se había convencido de que valía la pena darle una oportunidad. Y es que A se había acercado a ella para hablarle acerca de la operación y de qué tan importante era que Sasuke supiera que podía contar con ellos, sobre todo porque sabía las bromas que le había estado jugando, le advirtió que era tiempo de dejar de divertirse. Se sentía desubicada y contrariada. Pero ahora estaban ahí, de rodillas y con las manos atadas, con uno de sus compañeros herido, tal vez muerto.

Luego de dejarlos en el suelo, Naruto se hizo al lado de Nagato. Se sentó a su derecha. Itachi estaba mal herido, estaba arrodillado al lado de Sasuke, pero apenas si podía mantenerse erguido. Sasuke trató, en medio de susurros, preguntarle qué estaba pasando, pero Itachi lo ignoró, o fue incapaz de responderle. A unos lugares estaba Gaara, en perfectas condiciones, por lo que su espalda estaba erguida y con la frente en alto. Su mirada se cruzó y Sasuke pudo comprender que ambos habían caído en la trampa del rubio. Con un gesto de la cabeza le hizo saber que todo estaba bien, y Gaara pareció confiar en él.

—Es un placer para mí que, a este acto ceremonial, hayan asistido tantos invitados. —El primero en hablar fue Nagato, que poniéndose de pie empezó a dirigirse a ellos como si estuvieran en un auditorio—. Hemos "perdido" a muchos de nuestros amigos en estos días, gracias a la intervención de la "Agencia", quiero darles las gracias por eso, de mi parte y como proveedor quiero que sepan que han hecho un magnífico trabajo. Han quitado a tantos del camino sin necesidad de que nadie saliera herido, que eso es en cierto modo reconfortante. Sin embargo, su jefe. Cuando intente darle fin al contrato, cancelarlo, él se rehusó a aceptar. Y todo este circo que montó acá con ustedes es sólo obra suya.

CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora