Búsqueda y rescate

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Las botas tácticas le llegan a la mitad de la pantorrilla, en su interior tiene un cuchillo de asalto y una navaja. En el camuflado lleva una granada en uno de los bolsillos laterales y municiones para las automáticas en el otro. De su cinturón puede usar bombas de humo, otra navaja, más municiones, linterna y agua por si hace falta, entre otras cosas. Sobre la camiseta gris lleva puesto el chaleco antibalas y encima el porta pistolas con las dos automáticas que Juugo le dio. Sai adicionalmente le dio un fusil HK416 con dos cargadores de repuesto que lleva en su cinturón. Amarrado a su cuello está el micrófono y un pequeño cable enroscado lleva hasta uno de sus oídos, el audífono está conectado al walkie talkie en su cinturón.

Respira hondo. Sai va a su lado igual de armado que él. Van juntos en un camión de transporte de alimentos, que los hará entrar en la zona industrial sin llamar mucho la atención. Le tiemblan un poco las manos, pero no es miedo lo que siente, al contrario, está ansioso por llegar y dar de baja a quien se le pare enfrente, no se siente dispuesto a tener contemplaciones con ninguno. Van en silencio, ya han trazado con antelación el plan a seguir, solo hay discrepancia en un punto. Itachi. Sai no está interesado en su rescate, sabe que con él encontrará a Kakuzu y eso es todo lo que le motiva, si por alguna razón llegase a suceder que Itachi se encuentra en la línea de fuego lo matara, sobre todo por que sabe que es un de los líderes de Akatsuki, todo el mundo lo sabe o por lo menos todo aquel que tenga conocimiento sobre Akatsuki y su trabajo. Un empresario siendo secuestrado por su misma gente, "algo habrá hecho y seguro lo merezca" fue todo lo que dijo Sai cuando le dijo que debía cuidar de no herirlo. Por lo que si quería proteger la vida de su hermano debía llegar a él antes que Sai.

Es sábado, por lo que las empresas de la zona están cerrando sus fábricas sobre el medio día, justo a tiempo para que no resulten heridas personas inocentes. La zona industrial se rige bajo su propia ley. Sí, la mayoría de empresas son legales y honradas, sin embargo al estar en una zona controlada por Akatsuki tienen que someterse a sus reglas. No llamar a la policía por ejemplo, no importa el que. Por eso la policía solo ingresa al área cuando es necesario recoger el cuerpo de alguien, si pasa algún accidente o para hacer una redada casual que le recuerde a los bandidos que ellos siguen ahí y que los tienen vigilados. Por lo que la zona a pesar de todo es relativamente segura. Los pordioseros no son solo eso, tiene sus tareas también, la de avisar por ejemplo que un camión desconocido ha ingresado. Pero está bien, ellos están seguros, ambos van en la cabina trasera del camión, ninguno de los dos está manejando, lo hace un joven trabajador de una fábrica de arroz, conocido de Sai y que es a su vez informante de la policía. Para no llamar la atención se detiene con una vendedora de tinto que lo conoce, le cuenta que su camión se averió y que mientras está en el taller le toca usar este, así los rumores y los cuchicheos en la calle se detienen y ellos pueden continuar sin que los intercedan antes.

Sai mira fijamente a Sasuke. Un par de cuadras más para llegar a su destino. Espera salir con bien de todo esto, no es que quiera arruinar su futuro por una decisión impulsiva, pero desde la muerte de Ino siente que perdió su todo. Mientras ve a Sasuke recuerda la primera vez que la vio, iba agarrada de su brazo por el pasillo de la comisaría, después sabría que él como siempre le estaba pidiendo el expediente, que era la única razón por la que le hablaba, pero ella estaba loca por él, todo el mundo lo sabía. Entonces Sasuke se apareció frente a él un día. Nunca cruzaron palabra, pertenecían a escuadrones diferentes por lo que se sorprendió que justo él, que era el que tenía el corazón de la chica rubia de archivo se acercara, le sorprendió aún más la solicitud que le hizo. "—La chica de archivo quiere tu número" Eso fue lo que dijo, y él que nunca se había sentido físicamente atraído por alguien se sintió volar, como si acabara de probar una droga. Recuerda que sintió mucha ansiedad los primeros días, incluso llegó a pensar que Sasuke le había jugado una broma, pero entonces ella lo llamó. Ella era explosiva, movió todo su mundo, lo cambió todo, la pasividad y la tranquilidad con la que había estado viviendo se fueron y en cambio pasó a tener una nueva experiencia cada día, hasta en las cosas más mínimas por que con ella todo era así, increíble, reluciente. Se acuerda de ella y sonríe, porque su memoria ve su sonrisa amable, su sonrisa pícara, su gesto amoroso. De todas las personas ella era la que menos lo merecía, la que menos debió sufrir por él, por Sasuke, y su sabida venganza. —Al final debería matarlo a él también— Ese fue el último pensamiento que tuvo antes de que el camión se detuviera por completo.

CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora