Camino a casa

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Dos semanas después del encuentro con el oficial salieron todos los resultados de los análisis de las pruebas que él muy útilmente había recopilado. Todos los resultados apuntaban a un solo hombre: Kisame, como era de esperarse. Sin embargo, arrestarlo ahora no les resultaría tan útil como habían imaginado. Kisame era solo un hombre, solo un nombre detrás de toda una organización. Antes de poder arrestarlo quedaba la incógnita de si había actuado por su propia cuenta o había sido una orden de su organización, de cualquier forma él no iba a responsabilizarse ni a culpar a Akatsuki y su séquito de abogados seguro harían añicos las pruebas. 

La fiscalía buscaba la forma de crear una artimaña que logrará convencerlos de llegar a un acuerdo, pero no era nada fácil. Konan estaba enojada por la tardanza en la toma de decisiones, ya no dependía de ella. Tal como había dicho resolver ese caso había dado las pruebas suficientes para resolver los otros casos en su pizarra, incluso el del criminal que había dejado el cuerpo de su padre atrás para huir a otro continente. Incluso daba suficientes pruebas para culparlo tambien por el asesinato del detective Nagato. 

Orochimaru había continuado muy atento al desarrollo del caso. Por su lado fue Kabuto quien se mostró nervioso cuando salieron los resultados de las pruebas. Él tenía algo que ver; o esa era una sospecha que se había esparcido en la cabeza de Sasuke, desde que el oficial se presentó en las oficinas; solo que no tenía como probarlo, no era más que una corazonada. 

Obito para su sorpresa volvió a presentarse ante él en el restaurante. Sasuke sabía que de haber cambiado de restaurante él igual lo habría encontrado, por lo que no vio sentido en cambiar su pequeña rutina en el Sonido solo para evitar a su pariente lejano. Como las pruebas ya habían salido y si Kabuto tenía algo que ver, lo más seguro era que Obito ya supiera que finalmente habían dado con como culpar a uno de sus súbditos. 

Una noche en la que Sasuke cambió su menú de pescado frito con verduras, por una crema de tomate con una porción considerable de pollo al horno y onigiris, Obito se presentó ante él. A diferencia de la primera vez no pareció llegar con intenciones de querer intimidar. No se presentó con su jauría de lobos, o al menos no con todos los que había llevado anteriormente. Logró ver a un hombre al lado de la camioneta y otro sentado en la barra, esta vez, ellos dos eran su única compañía, tampoco venía con él auto deportivo y ostentoso con el que se había presentado. El mesero tampoco se acercó a retirar su plato para dejar una botella de whisky, en cambio Obito había optado por pedir un plato de pollo al curry y sentarse a comer con él. Habían permanecido en silencio por unos minutos. Sasuke trató de no mostrarse incómodo mientras lo veía comer. Obito finalmente fue el primero en hablar.

—Supe que estás por irte. Tú estadía acá fue mucho más corta de lo que imagine, aunque bastante interesante debo decir. 

—Sí, como sea tengo asuntos urgentes que atender en konoha. —Hasta ese momento en realidad no sabía qué decisión se tomaría sobre él, Orochimaru había insinuado que una vez resuelto el caso lo enviaría de vuelta a Konoha, pero aún no le era muy claro si ya era el momento. Por lo que sabía aún le quedaba un mes en el Sonido, según los planes iniciales de Kakashi. Pero lo que había aprendido hasta entonces era suficiente para entender que si él estaba dandole esa información era por que lo hilos sobre su cabeza ya se habían movido. No iba a mostrarse decepcionado, ni siquiera sorprendido. 

—Claro, lo olvidaba, tienes la inaplazable tarea de interponerte en el camino de tú hermano. 

—Sí, entre otras cosas. —dijo, sintiéndose irritado— porque no me cuentas mejor lo que se supone debería saber ya. 

—No, tengo intenciones de hablarte de Itachi en cambio. —Sasuke volteo los ojos exasperado, no quería saber nada más de él, pero todos se acercaban con las intenciones de hacerlo, como ya había pasado con Naruto y Orochimaru — Él…

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