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- ¿Y bien? ¿Puedas contarme que carajo pasó el sábado y por qué estabas con Jungkook?

El castaño sabía que era de esperarse el repentino interrogatorio por parte del otro Omega, ya que se había negado rotundamente las veces en que éste le había pedido que se lo contara por teléfono.

- Minnie, no quiero hablar de eso.- Murmura con la cabeza gacha mientras batía el café.- Solo olvidalo y haz de cuenta que no pasó nada.

El mayor enarca una ceja y sonríe de lado, su amigo estaba realmente loco si pensaba dejarlo con la duda y preocupación presente que sintió desde aquél día. Necesitaba saber que había ocurrido, saber el porque éste no volvió a su casa cuando solamente había salido a comprar.

Algo no encajaba del todo. ¿Cómo Taehyung terminó con Jungkook en el departamento de éste último?, porque por lo visto el castaño no presentó ni la mínima intención de acercarse al azabache, ni mucho menos ir al hogar del mismo.

Llámelo chismoso o como ustedes quieran, pero el solamente quería saber que había ocurrido con su amigo.

- Taehyung, ya sueltalo, sé que hay algo que por alguna razón no me la quieres decir.

El menor maldice internamente al ser tan transparente a la vista del rubio, era prácticamente imposible que éste no se diese cuenta que algo le pasaba o que algo andaba mal, se conocían desde hace muchos años como para querer ocultarse cosas. En viceversa.

Entonces muerde su labio y pasa la llema de su dedo por el borde de la taza que contiene la bebida de forma nerviosa. Siente sus ojos volver a llenarse de lágrimas, lágrimas que amenazaban en salir en cualquier momento, pero el mayor no puede verlo por las largas hebras que alcanzaban a cubrir éstos, en cambio si puede sentir las agrias que libera sin darse cuenta.

- ¿Tae?

- Luego de que saliera a comprar, a unas dos cuadras de la heladería de la esquina me. . .- Comienza el relato, pero pausa tratando de recordar lo más mínimo.- Me golpearon, me tumbaron al suelo y lo único que pude ver fueron dos malditos pares de botas antes de caer inconciente. - Sin poder evitarlo un sollozo se escapa de sus labios y aprieta fuerte la taza, con enojo.- , no sé que me hicieron esos sujetos, pero me lo imagino. Y antes de que asustes, si, lo primero que hice después se todo fue ir a comprar una pastilla.

El rubio lo mira incrédulo y lleva sus manos hacía su boca cubriéndola, evitando soltar un grito para que no despertar a la pequeña que dormía plácidamente a su lado en el gran sofá. Ahora el que tenía ganas de llorar era Jimin.

- Cuando desperté me encontraba en casa de Jungkook, al principio estuve realmente confundido, no sabía donde estaba y sentí mucho miedo, fue entonces. . . Fue entonces donde Kook ingresó a la habitación. Tenías que haber visto su rostro, el estaba realmente preocupado.- Las lágrimas caían una tras otra de manera contante, no le estaba resultando nada fácil.- El me contó que me encontró tirado en la cera cerca de un callejón, por lo visto estaba llendo a tu casa para hablar con Yoongi hyung y . . .

Su voz lo traiciona en el momento, la garganta se le seca y el nudo en su garganta le impide seguir hablando. Deja la taza en la mesa y apoya su rostro en las palma de sus manos, refriegandoselas en un intento de buscar tranquilizarse.

- Cuando el me dijo eso comencé a temblar y lloré, lloré frente a él Jimin.- Le cuenta. El rubio permanece inmóvil con los ojos cristalizado intentando procesar todo.- El me abrazó, me apoyó en su pecho y liberó feromonas para que yo me tranquilizara.

- Ay, Taehyungie. . .

- No sabes lo lindo que se sintió, sentí a mi lobo llorar. Sus abrazos siguen siendo igual de cálidos y reconfortantes, Minnie.- Una sonrisa nostálgica se adueña de su rostro al recordarlo.- Por un momento me sentí tan en paz en sus brazos, y no pude evitar embriagarme con su fuerte aroma de menta con chocolate combinado con el olor de su perfume. Me consoló toda la noche, ninguno de los dos habló, nos mantuvimos abrazados en silencio mientras el acariciaba mi cabello.

- Mi vida. . .

- Lo extraño tanto, me hace muchísima falta.- Confiesa rompiéndose en llanto siendo su corazón romperse en pedazos. Su cuerpo completo temblaba y lo único que hizo fue hacerse bolita en su lugar.- Mi omega y yo lo necesitamos.

Su amigo se levanta con sumo cuidado de su lugar y rápidamente corre para tomarlo entre sus brazos. No era fácil verlo en un estado tan deplorable, sabe que no es nada fácil la ausencia y el extrañar a su alfa.

Era horrible pasar por tal cosa y eso es algo por lo cual jamás podría juzgarlo.























- ¡Jungkook! ¡Como te atreves a darle un golpe semejante a tu primo!

Si, estaba siendo regañado por su madre, quien realmente se mostró molesta por la reacción que había tenido.

- Se lo merecía.- Recalca con burla, tomando asiento en uno de los sofá en la sala y tapándose la nariz en el momento que su madre soltó aún más feromonas.

- ¿Por qué? ¿Por haberte dicho la verdad? - Suelta con enojo la mayor sin siquiera pensarlo dos veces, arrepintiendose al instante.

El azabache hace contacto visual con esta, su semblante cambiando a uno más serio y sombrío, mostrando molestia. Su mandíbula se tensa y con su lengua empuja el interior de su mejilla totalmente aludido por las palabras de su madre.

El hombre mayor atrajo a su omega haciendo que ésta retrocediera en el momento en que el menor comenzó soltar gruñidos, poniendo el ambiente aún más tenso de lo que ya se encontraba. La mujer cubrió su boca negando lentamente con su cabeza, deseaba tener el poder controlar sus estúpidos impulsos que era los causantes de que ahora su hijo la estuviera viendo con rabia.

- J-jungkook.

La mayor intentó volver a hablar, pero fue callada cuando el susodicho se levantó y tomando las llaves se su coche, se dispuso a retirse del lugar sin importarle los llamados por parte de la progenitora.

Una vez dentro del auto apoyó su cabeza contra el volante y dejó salir una bocanada de aire mientras maldecía por lo bajo, encendió el vehículo y se marchó sin mirar atrás.

Aparcó el auto una vez que llegó a uno de parques de lugar, agradeciendo que éste se encontrara casi vacío y la razón era entendible, ya eran casi las once de noche y la temperatura era demasiado baja como para querer dar un paseo a esas horas. En el momento que el frío viento chocó su rostro se permitió cerrar sus párpados y poder respirar con normalidad caminando hacía uno de los bancos cercanos para sentarse.

Su vista se clavó en el cielo admirando la noche estrellada y lo hermosa que se veía la luna en ese momento, tratando de relajar su cuerpo que todavía seguía tenso.

Las cosas que había dicho su madre de algún modo si llegaron a afectarle demasiado, porque dentro de todo el todavía seguía amando al pequeño omega, seguía enamorado de esos ojitos color miel que lo conquistaron por primera vez desde que llegó a aquél vecindario. Y toda ésta situación le dolía y le hacía sentir coraje, pero el amor por ese chico seguía siendo genuino.

Odiaba el hecho de todos a su alrededor se empeñaran en recarcarlo cada que tenían la oportunidad, ellos no sabían el dolor que estaban causándole ante aquéllo. Y es que el había idealizado una vida junto al castaño, tenía todo planeado y hasta había elegido algunos nombres para futuros cachorros. Se culpaba por haberse ido, quizás nada de esto estaría pasando si el hubiera elegido quedarse.

Las ganas de llorar se le hacen presente, su vista se le cristaliza mientras seguía admirando la luna. Traga saliva y de su garganta sale un lastimero gemido, su labio tiembla y cierra los ojos perdiendo que la primera lágrima acariciara su mejilla.

- ¿Acaso hice mal en irme? - Pregunta apresando su labio inferior con sus dientes, buscando evitar que los sollozos salieran. Entonces, por primera vez, siente a su lobo llorar y aullar de tristeza.

Se sentía tan solo y con mucho dolor, pero no era físico.




































En este capítulo no se si sentir más pena por Kook o por Tae. 😢

¿Qué les pareció?

My sweet Omega  •  KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora