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Miró por enésima vez la hora en su teléfono, agradeciendo que ya faltara poco para la hora de salida. Y aún que el fuera el jefe, así teniendo la oportunidad de irse más temprano si quisiese, prefería cumplir con el horario laboral no siendo indiferente a los pobres trabajadores que se esforzaban arduamente en la empresa.

La mañana había transcurrido pesadamente lenta, lo cual era algo molesto para el azabache quien había sufrido de insomnio nuevamente la noche anterior y que como resultado de aquéllo se encontraba con terribles ojeras. El hecho de tener demasiado papelerío pendiente no le ayudaba en nada, solo hacía que el sueño y cansancio se apoderaran mucho más de su ser.

Quería ir a casa, desvestirse para luego fundirse en las sábanas de su cama y caer profundamente dormido, olvidarse de todo durante unas horas, ó todas las que fueran necesarias para aliviar el cansancio producido. Su cabeza dolía al igual que sus párpados que amenazaban con cerrase en cualquier momento sin siquiera pedir permiso, visualiza nuevamente las hojas que yacían sobre el escritorio permitiéndose exsalar con satisfacción cuando se da cuenta que solo faltaba una hoja.

Estuvo tan sumiso en sus cosas que no es capas de percatarse de la presencia de un individuo que se adentra a la oficina en ese instante y que se mantiene observandólo desde la puerta de ésta durante unos cuantos segundos.

- Te ves fatal.- Se hace notar.

- ¿En serio? Si no me lo decías no me daba cuenta.- Murmura de forma irónica, todavía sin dirigirle la mirada, pero siendo consciente de que se encontraba allí.- ¿Ocurre algo?

- No, absolutamente nada fuera de lo normal.- Responde pausadamente, y se mantiene en silencio antes de continuar.- Solo quería saber si gustabas de ir a almorzar conmigo.

El azabache ladea su cabeza y apoya su espalda sobre la silla, dejando recargar todo su peso sobre la misma mientras sonríe con tranquilidad cuando termina de firmar el último papel pendiente. Ahora sí, posa sus ojos sobre el muchacho que de encontraba frente a él esperando impaciente por su respuesta.

- Lo último que quiero es salir.- Manifesta constantemente, pero oyendose sornamente.- Así que paso.

El joven rechazado inclina su cabeza, avergonzado y un tanto humillado, se había esforzado en juntar valor para volver a intentarlo, más no obtuvo lo deseado. Mordió su labio inferior y no hizo más que jugar con sus dedos durante unos minutos, intentado buscar las palabras correctas antes se volver a hablar.

- ¿Por qué?

- Ya te lo dije, Daehyun, estoy demasiado agotado.

Siempre decía lo mismo, parecía querer evitarlo, pero no lograba entender porque. Durante todos los meses pasados estuvieron bien, sus citas ó encuentros siempre fueron constantes, también el sexo sobre todo. Pero últimamente todo se esfumó, justo cuando las cosas iban tan bien y se mantenían tan unidos.

- ¿Por qué me evitas, Jeon? - Pregunta insitente a obtener una razón concisa.

- Daehyun, basta, ya hablamos del tema mil veces.- Espeta cabreado el mayor, se le puede notar cuando tensa su mandíbula y la respiración se le vuelve pesada.- Te dije que no te ilusionaras, no quiero una relación ni muchos menos un compromiso.

- Me acostumbré a ti, a tenerte cerca.- Empresa pareciendo herido por las palabras del alfa.- ¿Pasaremos tu celo juntos otra vez?

- ¿Eh?

- Tu celo, está cerca y lo sabes, Kook.- Replica caminado hasta ubicarse detrás del asiento del asiento donde se encontraba ubicado el alfa, mismo que se tensó al sentir las manos del chico recorre su pecho y jugar con su corbata.

My sweet Omega  •  KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora