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- Toma tu supresor, cariño.

Taehyung al oír la voz del azabache y verlo entrar con un vaso de agua en la mano, se obligó a sentarse y tomar una mejor posición en la cama. Jungkook toma asiento a un lado de éste y le extiende la bebida junto con la pastilla, cosa que fue aceptada e ingerida de inmediato.

Luego de tomarse la el supresor, el castaño pudo sentir su cuerpo un poco más relajado y la temperatura disminuyendo relativamente, pero sin llegar a quitárselo del todo. Le agradeció en un murmullo a su pareja antes de unir sus belfos con los del contrario en un beso tierno, sin llegar a otras intenciones y seguidamente acurrucarse en su pecho. Tenía la necesidad de hacer eso, de apoyar su oído en esa zona y poder oír con claridad el corazón contrario palpitar, sin contar que también necesitaba mimos. Muchos mimos.

El mayor sonríe de lado y no puede negarle nada a su bebé, así que se ve con el deber de llevar su mano a las suaves hebras castañas del otro, proporcionándole las caricias necesitadas. Se quedaron así por un buen rato, no saben si solo transcurrieron minutos o si fueron horas, pero se encontraban realmente gustos en el silencio creado y disfrutando de su compañía. Y se hubieran quedado más tiempo así, si no fuese porque el alfa se fijó en la hora y rompiendo el momento, se separó un poco del contrario.

- Tengo una reunión con mi abogado.- Le dice al ver la mueca de confusión y el puchero que hace el menor por la interrupción.

- Pensé que pasaríamos el día aquí juntos, ya sabes, es el último.

El lunes cayó rápido y por obvias razones el castaño tuvo que faltar a clases. Los dos días anteriores la había pasado realmente bien junto al alfa y está vez su celo no fue tan asfixiante con supieron ser los anteriores, aunque claramente sabe que se debe al hecho de haber sido complacido y que los dolores reducieron gracias al sexo. No podía creer la cantidad de veces que lo hicieron ni muchos menos sabía que tenía tanta resistencia, sin embargo se sintió mal por su novio que se vio obligado a complacerlo.

Aunque lo que no sabía es que el azabache lo había hecho con tanto gusto y que no le importa quedarse seco.

Cada rincón de la casa fueron testigos de los actos cometidos, la mesa, el sofá, la tina, la mesada, la alfombra, el lavabo y hasta las paredes. No hubo lugar en el que no hicieron el amor.

- Si, pero lo que tengo que hablar con el es realmente importante, cielo.- Se respalda, dejando un casto beso en los labios abultados del joven.

- Esta bien.- Acepta sin poderle replicar, tampoco le prohibiría a salir de su propia casa y si el decía que era importante, entonces lo era.- ¿Puedo invitar a un amigo?

Jungkook, quien para ese entonces se encontraba colocándose el suéter, enarca una de sus cejas ante el pedido.

- ¿Un amigo?

- Umh, si. Se llama Yeonjun, es Omega.- Recalca, pues sabe lo sobreprotectores que son los alfas con sus parejas cuando están en celo y viceversa.- Necesito hablar con el.

- ¿Pasó algo? - Pregunta.

- Está en cinta.- Le cuenta.- Pero, no es algo fácil. El alfa del cual se quedó embarazado decidió dar por acabada la relación y además, tenía miedo de contárselo a su familia.

El mayor frunce el ceño y por un momento se sintió mal por el pobre muchacho, el cual aún era desconocido para su vista.

- No te preocupes, amor. Invitalo si quieres.

- Gracias, Kookie.- Dice acercándose haya donde estaba ubicado su novio y se lanza a los brazos del mismo, tomandolo en completa sorpresa.- Cuando vuelvas, quizás podamos continuar con lo de hace rato.

My sweet Omega  •  KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora