My sweet Omega • KookTae

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- Bien, creo que llegó el momento de hablar.- El castaño hace presencia en la habitación, trayendo dos tazas de café en sus manos.

Jungkook asintió lentamente mientras tomaba una mejor postura y se rascaba los ojos intentando despertarse mejor, todavía tenía rastros de sueño aunque fácilmente se habían dormido unas diez horas de corrido. Le aceptó la bebida cuando el Omega tomó lugar junto a él en la cama y le extendió la taza como ofrecimiento.

Taehyung se mantuvo en silencio durante unos largo minutos, sólo los sorbos que le daba al café era lo único que se podía oír, se preguntaba como debía iniciar la charla, cuales eran las palabras correctas para decir. Es decir, jamás estuvo en una situación similar o algo por el estilo, pero debía ser un adulto y enfrentar como tal las cosas.

- Lo siento.- Oye de repente decir al mayor.- Siento todo esto, y aún más el que tuvieras que lidiar conmigo.

El menor suspira y se aferra fuerte a su taza, como si esta fuera a caerse y romperse en pedazos. Jeon no estaba en un estado muy diferente del susodicho que digamos, también estaba nervioso, avergonzado y temeroso. Se suponía que tiene veintitrés años, sin embargo se comportaba como un niño de cinco sin poder siquiera dirigirle la mirada.

El ambiente se tensó y luego de aquéllo ninguno de los dos volvió a formular palabra alguna, era algo incómodo a decir verdad, el volver a estar juntos pero no poder hablarse. El alfa relamió sus labios y luego los apresó entre sí, cuestionando si volver a hablar o simplemente tomar sus pertenencias para marcharse de allí lo más pronto posible.

"Cobarde."

Como en raras veces ocurría, estaba vez le daba la razón a Gguk, eso sería una acción inmadura y demasiado cobarde de su parte. Ya no tenía diecisiete años, ya no era un adolescente como para esquivar todo aquéllo que se presentara, debía comportarse por una vez en la vida como el hombre que se supone que era.

- No diga eso.- El castaño rompre la atmósfera y logra que el mayor saliera de sus pensamientos.- En cierto modo, lo disfruté.- Admite. El mayor sonríe cuando lo nota encogerse de hombros y el ligero rubor que se apoderaba de sus mejillas.- No creas que iba a reprocharte algo, yo solo. . .- Pausa buscando las palabras correctas.- Es que, sinceramente no sé que pasará luego de esto. Estábamos creando una linda amistad y no quiero que por culpa de esto la perdamos.

El azabache asintió comprendiendo, pero poder, como volvería todo a la normalidad luego de que se entregaron carnalmente y que sus lobos volvieran a encariñarse nuevamente.

- Tae, mira, tampoco quisiera perderlo, pero tampoco quiero perderte a ti.- La expresión de Taehyung cambio drásticamente a una completamente de confusión.

- No tiene sentido lo que dices.

- Lo que quise decir es que.- Voltea un poco su cabeza para admirar mejor al joven a su lado.- Si, también me agradó formar una amistad contigo, volver a bromear y reconstruir al menos una pizca de confianza.- Explica. El menor asiente a cada una de las palabras y espera paciente a que el otro continuara.- Pero, tanto JeonGguk como también yo mismo, seguimos queriéndote y no lo dejamos de hacerlo jamás. Lo primero que hice al llegar aquí fue intentar localizarte ó al menos contactarme contigo, pero se me complicó cuando descubrí que no vivías con tus padres.- Taehyung trata saliva de manera pesada al oírlo.- Te busqué, intenté encontrar alguna pista de tu paradero pero nunca obtenía resultado alguno. Me desesperé y obsesioné con la idea de hallarte, cosa que hizo que me comiera unas cuantas regañadas por parte de mis hyungs.- Le cuenta con una media sonrisa al recordarlo.- No paré y te seguí buscando hasta que por fin me topé contigo, obtuve la información por parte de Jin hyung.