My sweet Omega • KookTae

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Entonces, Taehyung se da cuenta de que el tiempo pasan volando en un abrir y cerrar de ojos, como suelen decir algunos. Le impresiona lo rápido que transcurrieron los días, horas, minutos e incluso meses a lado del que hoy proclamaba como su alfa.

No puede evitar sonreír al recordar cada momento y las relevantes, como también las tontas charlas que tuvo con el mayor al transcurrir de éstos últimos cuatro meses estando juntos como pareja. Las sonrisas genuinas que venían acompañadas con risas, las lágrimas derramadas y limpiadas el uno por el otro. Todas esas escenas bobas y devertidas que se montaban por momentos, siendo Ailee la espectadora número uno y testigo de las mismas. Tampoco piensa olvidar el cariño y el lazo que Jungkook se había esforzado en formar con su hija, siendo uno de los más bonito que había visto en los años de su vida.

La cachorra amaba al alfa, se podía apreciar a millas la adoración y el brillo en sus ojitos cuando lo veía.

Jungkook se encargaba de arroparla y cuidar de ella cuando el castaño se encontraba ocupado con los deberes de la universidad. La alimentaba correctamente, jugaba con la niña sin importar cuán cansado estuviera e incluso aveces se encargaba de bañarla cuando el Omega cocinaba o no le daba tiempo de hacerlo por su cuenta. El corazón se le derretia de amor y ternura cuando se quedaban a dormir en la casa del mayor y por las madrugadas se levantaba al no sentir el calor abrasador de su novio a su lado, pero luego finalmente encontrarlo en el sofá de la sala arecostado en el mueble con la televisión encendida y el programa favorito de Ailee reproduciendo, y a su hija acurrucada en su pecho mientra absorbía de su biberón.

En reiteradas ocasiones dejó lágrimas caer por sus mejillas mientras veía cada escena de aquellos dos juntos y se ahogaba en los sollozos. El pecho se le llenaba de sensaciones y sentía la alegría desbordarse de su corazón, siempre había soñado con crear su propia familia. Por mucho tiempo fueron solamente la niña y él, a pesar de tener amigos a su alrededor, no era lo mismo que tener a una pareja que se preocupe por ambas partes y procurara por sus bienes estar.

Ailee estaba experimentando el amor y la sensación de tener a un padre Alfa a su lado, estaba buscando refugio y consolación tomando como forma paterna al azabache. El único lazo paternal que experimentó la pequeña fue con su padre Omega, con el que se desvive con tal de verla bien y el que jamás se iría de su lado. Por otra parte, si bien jamás había visto a su otro progenitor, es consciente de que es alguien malo y cruel. Desde que estuvo en la pancita de su papi tuvo que escuchar cada noche como éste lloraba mientras maldecía en voz alta a la persona que lo dejó en estado.

Taehyung era consciente de que a su pequeña cachorra le hacía falta la otra figura paternal a su lado y no supo verlo, hasta este momento. Se alegraba que el azabache sea esa personita especial.

El mayor como plan de celebración por los cuatro meses de noviazgo recién cumplidos, organizó una cita especial y junto con la cachorra lo llevó a comer a uno de los mejores restaurantes y de los más costosos en todo Seoul. Luego dieron una larga caminata por el extenso parque con la hermosa vista hacía el río Han, la luna y las luces hacían ver aun más perfecto el paisaje. Y cuando la menor dio indicios de querer dormir, fue la indicación de que era hora de volver a casa.

A casa. Se sentía bonito decirlo, aunque no fue verdad.

El castaño ingresó en silencio al enorme departamento del mayor con la infante en brazos, la cual ya dormía plácidamente desde que entraron al vehículo. Se dirigió casi de inmediato a la habitación que encontraba junto a la que el compartiría con Jungkook, puesta que ésta se encontraba decorada y ambientada para la niña, con una espaciosa cuna posicionada en medio de la misma.

El azabache se había tomado la modestia de confeccionar una habitación para Ailee.

El Omega deposita un suave beso en la frente de la menor y procede a retirarse del cuarto, dejándola descansar tranquilamente en la cuña. Siente unos fuertes brazos apoderarse de su cintura y su espalda choca suavemente con el pecho de la persona ubicada detrás suyo.