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EL CATORCE DE FEBRERO finalmente llegó. Parecía que nunca llegaría, pues las alumnas de Hogwarts no paraban de hablar de él como si fuera algo muy muy lejano.

Ese día, todas las compañeras de habitación se levantaron temprano para prepararse para la salida al pueblo de Hogsmeade.

Todas menos Elara, que como no iba a ir al pueblo no veía la necesidad de arreglarse. Elara se levantó para ayudar a sus compañeras. La rubia suponía que era algo que recordaría en el futuro, como todas se ayudaron esa mañana de San Valentín.

La habitación era un caos.

Alyssa iba cubierta con una toalla mientras se maquillaba, Anastasia estaba de pie en ropa interior siendo asesorada por Pansy para elegir la ropa que llevaría, Electra se tocaba el pelo con una expresión de pena sin saber que hacerse y después estaba Elara. Tumbada en la cama mirando todo el desorden.

—Pansy eso no me convence... —decía Anastasia mirando el cárdigan naranja que Pansy le ofrecía.

—¿Creen que deba de ponerme delineador? —Alyssa preguntó.

—Te quedaría bien uno sofisticado —opinó la chica Malfoy—. ¿Me dejo el pelo suelto?

—Sí, solo si está liso —le dijo Elara.

Al final decidieron que se encargarían todas de ayudarse. Primero arreglarían a Alyssa, después a Dewons, Electra, Pansy y Tracy Davis (que se había acoplado).

—Levantarse temprano para ayudar a cinco mujeres a vestirse —dijo Elara mientras se tumbaba de nuevo en la cama—. Cuanto admiro a los elfos ahora.

—Ya bueno, ¿qué van a hacer tú y Draco? —Anastasia preguntó mientras se alisaba su abrigo y se ponía un poco de perfume.

—Supongo que iremos a dar una vuelta por el castillo, no quiero ir al pueblo, va a estar lleno de gente.

—Eso suena a... —empezó Electra.

—Sexo —terminó Pansy.

—Todos en nuestro curso me miran como si fuera una puta —explicó Elara—. Disfrutar del sexo no me convierte en una puta, si fuera una puta empezaría a cobrar.

—Esta generación no está preparada para una mujer como tú, ¿no? —Alyssa le sonrió.

Quizás Alyssa tenía razón. Pero, ¿qué podía hacer? Estaban en 1996, nadie parecía entender que la mayoría de chicas quieren y disfrutan del sexo. Eso no les convierte en unas regaladas, o en chicas follables. Son personas. Humanas.

Y los humanos tienen necesidades. El apetito sexual es una de ellas.

POR LA TARDE ELARA SE REUNIÓ CON Draco en la biblioteca. Un lugar curioso para una salida de San Valentín, pero es que ni ella ni el rubio eran normales.

Draco se encontraba sentado en una mesa cerca de la sección prohibida de la biblioteca. Él estaba tan enfocado en sus libros, que no se dio cuenta cuando Elara se sentó en frente de él.

O eso pensó ella.

La chica Black estaba leyendo un libro sobre algún tema de herbología (era la asignatura que más le costaba) cuando notó que un pie rozaba el suyo.

Tenía que ser el de Draco porque no había nadie más en la mesa. Sin discreción, Elara se agachó por debajo de la mesa para ver si era la pierna de Draco aquella que la había tocado, efectivamente era así.

Pero la cara de Draco seguía igual de inexpresiva mirando sus libros. Esta vez, notó como la pierna del rubio la tocaba mientras subía hacia sus muslos, y después hasta el sexo de la chica.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐒𝐄𝐗 ,, Draco Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora