|01.

23.2K 1.2K 868
                                    

ELARA NO SABÍA NI CUANDO, ni cómo había acabado en Londres.

Su madre era una bruja estadounidense y ellas vivían en California y Elara asistía a Ilvermorny, así que no le había quedado claro el por qué tenían que venirse a Londres cuando faltaba un mes para acabar el verano.

Estaban en una calle solitaria, con varias casas, pero faltaba el número doce.

—Número doce de Grimmauld Place —dijo Dione, su madre—. Elara quiero que pienses en esta localización con todas tus fuerzas, ¿vale?

Elara asintió, con falta de convicción.

Se sorprendió bastante cuando, por arte de magia, la casa número doce apareció de la nada.

Dione sonrió.

—Vamos —le dijo a su hija. Se acercaron a la puerta, y Elara llevó su mano al picaporte, un toque, dos toques, tres toques.

La puerta se abrió, y un señor atractivo, con pelo largo y ojos grises apareció en el umbral.

—Rápido, entrad.

Ambas mujeres entraron, y Elara se permitió observar el sitio donde se encontraban.
Era un lugar bastante sucio, pero tenía potencial.

—Vaya Dione, —dijo aquel señor— estás guapísima, los años no te han pasado factura, ¿verdad?

«Genial, he venido para ver a mi madre coquetear»

—Déjate de elogios Sirius, Elara, ven aquí.

La rubia fue hasta su madre, y bajo la luz de una lámpara vio el pelo ondulado rubio y esos ojos azules penetrantes que ella había heredado.

—Sirius, esta es Elara, nuestra hija.

Sirius sonrió.

—Elara, vaya, eres igual que tu madre.

Elara no estaba sorprendida. Sabía que ese señor era su padre, su madre le había dicho desde muy pequeña lo que él había hecho, como se habían enamorado, y más.

—Hey —fue lo único que salió de su boca.

Entonces, Elara cayó en cuenta de que no estaban solos, una mujer regordeta de cabello pelirrojo observaba desde una escalera.

Elara frunció el ceño al ver a esa chismosa.

—Bueno —respondió su padre a algo que había preguntado su madre—, si hay uno, ¡KREACHER!

Un elfo doméstico apareció.

—El amo ha llamado a Kreacher, —masculló el elfo— o sí, se atreve a llamar a Kreacher, mi pobre ama estaría decepcionada.

—Kreacher —habló Sirius—, te ordeno que lleves esto a las habitaciones que hemos preparado.

—Es un placer, amo —dijo el elfo con desprecio.

—Sirius, —un señor con cicatrices en la cara apareció por dónde había aparecido la chismosa— Molly dice que la cena ya está lista.

—¡Remus! —su madre gritó al ver al señor Remus.

—Dione, cuánto tiempo ha pasado. Esta entonces debe de ser Elara.

Las miradas cayeron en ella, que dijo:

—No soy un mono de feria al que puedan observar, ¿saben?

Sirius río.

—Hija, este es tu padrino, Remus Lupin.

—Eras muy pequeña cuando te conocí.

—Es una noche maravillosa, de repente tengo padre y padrino.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐒𝐄𝐗 ,, Draco Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora