—Hola, guapa —Saluda Byron a Dea. Está se encuentra buscando los cuadernos que necesitara para la siguiente clase en su casillero. —¿Te he dicho lo sexy que eres? Eres, incluso, más hermosa que Kimberly.
—Lamentablemente, lo único que siento por ti es asco —Cierra el casillero de mala gana, cierra su bolso e intenta irse, pero los dedos de Byron alrededor de su brazo la detiene. Su tacto le recuerda los maltratos que sufrió durante estuvo cautiva por Ryan y su asquerosa familia, le duele solo de recordarla. Está en shock, ni siquiera logra moverse.
Byron la atrae hacia él hasta quedar a pocos centímetros, eleva su mano a su seno y lo aprieta suavemente. Al sentir su mano sobre su pequeño seno, algo en ella se despierta. Lo empuja provocando que caiga al suelo y se coloca sobre él, golpeando con fuerza y rabia su rostro.
—Dea... Dea... —Escucha la voz de alguien que intenta separarla del chico, pero no se lo permite.
—Nadie. Volverá. A. Lastimarme. Nunca —Habla mientras continúa golpeando. —No. Permitiré. Qué. Alguien. Más. Me. Lastime —Sus mejillas están inundadas de lágrimas. Siente tanta rabia y odio en su interior. —¡Eres un cerdo! —Grita, pero alguien la levanta impidiendo que siga golpeándolo. —¡Déjame! —Se remueve entre aquellos fuertes brazos tratando de liberarse.
—Cálmate, cariño —Escucha su suave voz en su oído lo que la hace detenerse de forma inmediata. Está entre sus brazos, entre los únicos brazos que se siente segura. Mira hacia su alrededor, todos la miran con temor y preocupación, incluyendo a sus primos y amigos —Ahora te llevaré al patio hasta que logres calmarte, ¿de acuerdo? —Mueve la cabeza de arriba abajo. Hades la deja en el piso y caminan al patio trasero del instituto. —¿Qué sucedió ahí adentro? ¿Por qué te descontrolaste?
—Byron, intentó... —Solloza. —Él.... él me tocó de manera inapropiada.
—Shh... —La atrae hacia él envolviéndola en sus brazos ocultando las ganas de entrar al instituto y golpear a Byron hasta acabar con él. —Todo estará bien, no te volverá a lastimar.
—Hades, tuve miedo... tuve mucho miedo de que volviera a pasar.
—Te prometí que te cuidaría y que no volverías a pasar por lo mismo, te lo prometí y lo cumpliré —Acaricia su cabello. —Todo estará bien.
Una semana después...
—Buenos días, mamá. ¿Dónde están papá y Ajax? —Pregunta la morena llegando al comedor donde está su madre cocinando. Es la mañana de noche buena y como ese año la cena toca en la mansión, todo es un alboroto.
—Buenos días, querida. Nuestros hombres fueron al aeropuerto a recoger a Peyton, Jim y Trixie —Jim es la pareja de Peyton, la pareja más estable y duradera que ha tenido la tía.
—¿Se quedarán aquí?
—No lo sé aunque creo que no. Tu padre no supo responderme cuando le pregunté.
—Ok.
—¿Pasa algo, cariño?
—No, mami. Iré a cambiarme ya que iré al centro comercial con las mellizas —Se levanta y sube las escaleras. Entra en su habitación para vestirse de forma adecuada ya que solo iba vestida con su pijama. Luego de darse una ducha, entra al armario y escoge una de falda de mezclilla en color verde, una camiseta blanca básica, unas vans negras a juego con su bolso y unos lentes oscuros.
—Te ves hermosa, mi niña. Recuérdales a las mellizas que deben venir a almorzar para darle la bienvenida a vuestra tía y prima —Le recuerda su madre.
—Está bien, mamá. Nos vemos —Sale dando pequeños brinquitos y sube a su auto asignado donde ya la espera su chófer. Cuando el auto comienza a desplazarse sobre la carretera, recibe un mensaje.
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Hijos de la Mafia.
Novela JuvenilLa vida que sus padres habían escogido para ellos y los problemas que vienen con ella se encargarán de arruinar la adolescencia de los jóvenes herederos de todo, pero lo que nadie se imagina es que el amor llegaría a sus vidas aún siendo tan jóvenes...