<<Tienes que ser fuerte, tienes que verte invencible. No puedes derrumbarte, no puedes permitir que nadie te vea destruida, no puedes llorar ni puedes sufrir. Eres la hija de Liana Kaleli e Ian Harrison, eres fuerte por herencia y no porque tu novio te engañó puedes darte el lujo de caer en el lodo.
Debes ser capaz de disimular tu dolor aunque sea el alma lo que te duela. Debes parecer fría aunque por dentro seas un mar desbordado de emociones. Debes tener la cabeza en alto, aunque estés destruida. Debes ser así, calculadora, indiferente, ruda e indiscernible. Pero sobre todo, no puedes permitir que tu estabilidad mental y sentimental dependan de nadie más que tú>>. Se repite Dea una y otra vez apreciando su reflejo en el espejo.
—¿Puedo pasar? —Escucha una voz conocida detrás de la puerta, seca las pequeñas lágrimas que se habían corrido y se gira sobre sus talones.
—Adelante —Responde suavemente y ve como su tía Sophie entra en la habitación.
—Hola, cariño. Me gustaría hablar algo contigo, pero no quiero ser inoportuna.
—No pasa nada, tía, adelante —Se sienta en el borde de la cama y su tía frente a ella. —¿Es sobre Hades y yo, cierto?
—Sí —La morena suspira agotada pues lo último que necesitaba era escuchar sobre él. —Mi marido me contó hace algunas semanas que vosotros tenéis una relación y que mi hijo está muy enamorado —Suspira. —Al principio tuve mucho miedo, no te voy a mentir, la reputación de Hades no es la mejor cuando se trata de un pretendiente o cuando conoces a tu yerno, pero lo acepté porque tú haces feliz a mi niño y él te hace feliz a ti —Toma su mano y le da un pequeño apretón. —Pero está tarde no vi esa felicidad ni cinco minutos y te puedo asegurar que no fui la única que lo notó. Por ello, decidí venir a hablar contigo ahora, antes de que la fiesta inicie y te intentes ahogar en alcohol. ¿Qué pasó?
—Tía, no puedo contarte porque al hacerlo te enojarás con Hades.
—Es tarde, ya lo estoy.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque una de las cosas que le exigimos para aceptar vuestra relación es que siempre te haga feliz, pero en estos momentos no lo está haciendo —Acaricia su mejilla. —Conozco a mi hijo y sé que no es una blanca paloma, sus pecados son los míos y cargaré con ellos hasta la tumba. Ahora dime qué pasa.
—Apostó por mí contra Ryan... —<<¿Por qué lo estás recordando? ¿Por qué estás recordando su aroma, sus besos, sus caricias? ¿Por qué estás pensando en él? Te lastimó y te utilizó, ya es momento de olvidarlo>>. Se reprende interiormente.
—No entiendo.
—La apuesta se trata de que quien me hiciera su novia y me llevará a la cama primero, gana y quién pierde debe alejarse de mí sin objetar.
—¡Por Dios! —Mueve la cabeza en gesto de desaprobación. —¿Qué pasa por la cabeza de ese chico? —Se levanta. —No te preocupes, hablaré con él y haré que te pida disculpas como se debe.
—No, tía. No quiero eso, ni siquiera lo había pensado, solo quiero estar lejos de él...
—Pero...
—Por favor, tía... —Suplica.
—Está bien, princesa —Se da por vencida. —Tu madre ya está abajo, es momento de que bajes —Besa su frente. —Si él es la persona indicada, todo estará bien —Sale de la habitación. <<No te puedes derrumbar, debes ser fuerte y valiente. Serás la jefa de una mafia, debes serlo>>. Después de retocar su maquillaje baja al primer piso donde ya está la gran familia.
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Hijos de la Mafia.
Teen FictionLa vida que sus padres habían escogido para ellos y los problemas que vienen con ella se encargarán de arruinar la adolescencia de los jóvenes herederos de todo, pero lo que nadie se imagina es que el amor llegaría a sus vidas aún siendo tan jóvenes...