Capítulo 14: VERDAD QUE LASTIMA

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YISLEM

Salí del auto de Samuel rapidamente.

Papá esta esperándome en la puerta, se que esta molesto al verme llegar con él.

— ¡Yislem! ¿Quién es el? — me pregunta pero yo lo ignoro y entro al interior de mi casa

— ¡Yislem! ¡te estoy haciendo una pregunta!

— ¿qué pasa? ¿Por qué tantos gritos? — pregunta mi mamá; quien esta saliendo de la cocina.

Yo la miro y luego bajo la mirada

— ¿Qué pasa? — vuelve a preguntar

— Sara, tu hija se estaba besando con un muchacho en su auto

— ¿qué hizo que? — mamá abre los ojos sorprendida.

— lo que escuchaste mamá

— ¿qué no estabas con Mara?

— "estaba" — le digo rodando los ojos

— ¿y quién era ese muchacho? — me pregunta papá quien se nota esta molesto

— ese, es mi novio y se llama Samuel — suelto de golpe y ellos me miran asombrados.

— ¿tu novio?, no nos habías dicho nada Yis — dice mamá

— ya se mamá, ¿y sabes por qué no les dije?, por que se que ustedes se iban a interponer en nuestra relación

— Yis, solo queremos lo mejor para ti, si nos hubieras dicho nosotros hubiéramos respetado tu decisión — dice papá

— papá no lo entiendes, el no es Cristiano — le digo y mamá empieza a llorar

— Yislem ¿por qué?

— ¿sabes por qué mamá?, porqué estoy harta de la vida tan aburrida que tengo, porqué quiero disfrutar mi juventud, quiero sentirme libre

— ¿Hace cuánto estás con él? — cuestiona mi progenitor

— hace un mes — confieso

— ¿has estado mintiendo para estar con él?

— si papá, les he estado mintiendo, en realidad no he estado llendo a hacer trabajos, he estado viéndome con él, anoche fui a la fiesta pero no me quedé con Mara como te dije.

— ¿te quedaste con él?

— así es mamá, y estuve bebiendo alcohol

— ¿qué hiciste que? Yislem dime que no es verdad, por favor, yo te conozco y se que serías incapaz de hacer eso, por favor dime que no es verdad

— lo siento, pero es la verdad

— no Yis, no, ¿por qué? ¿Qué te ha pasado? Tú no eras así — mamá está llorando.

— lo sé mamá, yo no era así, pero es mejor que te acostumbres, porque a partir de hoy seré asi, ¡y no me importa lo que ustedes me digan! ¡ya no me importa nada! ¡solo quiero estar a lado de Samuel! ¡y ni ustedes ni nadie me lo van a impedir! — dicho esto subo corriendo a mi habitación, le pongo seguro a la puerta y me aviento sobre mi cama y empiezo a llorar.

AL FINAL DEL ABISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora