AL FINAL DEL ABISMO

Capítulo 21: EN EL FONDO DEL ABISMO

|°•°•°•°•°•°•°•°•°|

YISLEM

Abro mis ojos.

Miro a mi alrededor, ¿dónde estoy?
Esto es ¿un hospital? ¿qué hago yo aquí?

Lo ultimo que recuerdo es salir de la fiesta en el coche con Samuel.

Trato de pararme pero me doy cuenta de la condición en la que me encuentro.
Estoy conectada a varios aparatos.

¿Qué habrá ocurrido?

Escucho que la puerta se abre y veo entrar a mis padres.

— hija despertaste — mamá corre hacia mi y me abraza fuertemente.

— ¿por qué estoy aquí? — pregunto

— Tuviste un accidente hija — responde mi padre

— ¿cuándo?

— Hace dos días — continúa diciendo — estuviste dos días en coma. Estabas muy grave. Afortunadamente no pasó nada más

— ¿Y Samuel? — pregunto, no me quiero imaginar como se encuentra él.

— Él esta bien, no sufrió ningun daño, salvo algunos pequeños golpes y moretones. El mayor daño lo llevaste tú.

— ¿Dónde está?

— Él se fue — responde mamá desviando su mirada.

— ¿a dónde? — comienzo a preocuparme

— Después de que lo revisarán vino a verte. Pero cuando el doctor nos dijo que era lo que tenías se fue.

<No, no puede ser> las lagrimas comienzan a rodar por mis mejillas.

— Tranquila hija, estarás bien — Responde mi madre pasando una de sus manos por mis mejillas

— Quiero verlo — suplico

— no — dice papá — eso no será posible

— ¿por qué no? ¡El es mi novio! — exclamo alterada

— Yis por favor tienes que calmarte — se sienta en la silla que esta a lado de la camilla en la que me encuentro, me mira fijamente a los ojos — Yis, estuviste a punto de morir, no quiero que nada malo te pase — Su voz se quiebra — Entiende que si sigues por ese camino vas a acabar mal

— No me importa, yo solo lo quiero a él — sollozo

— Hija, tienes que escuchar a tu padre — me dice mi madre — Él tiene razón, no puedes seguir viviendo de esa manera

— ¡No mamá! ¡Samuel es mi novio y voy a estar con él! ¡les guste o no!.

Mis padres intercambian miradas tristes entre ellos y luego me miran.

— Yis — comienza a decir papá — hay algo que aún no te hemos dicho

— ¿qué? — frunzo el ceño