Capítulo 31: ¿VIAJE?

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YISLEM

OCTUBRE...

Han pasado cuatro meses desde que mi hijo nació en el mes de Junio.
Estos meses han sido los mejores a lado de mi bebé y de Samuel.
A mediados de Julio celebramos el cumpleaños de Samuel, y a principios de Agosto el mío, hicimos un pequeño convivio en el que invitamos a nuestros amigos cercanos y algunas personas de la iglesia.

Samuel, Caleb y yo, hemos estado pasando tiempo juntos como una verdadera familia, y lo somos solo que aún no hemos formalizado nuestro noviazgo.

Honestamente me encantaría casarme con él, es el hombre que amo y el padre de mi niño, pero no quiero presionarlo,, entiendo su situación, por el momento se encuentra cursando su segundo año en la universidad y se que para él es difícil, tiene que estudiar y al mismo tiempo mantener una familia.
Gracias a Dios nada nos ha faltado, todo ha sido suplido.

— Yislem...¡alguien toca la puerta! — informa mi madre desde la cocina

Acuesto a mi hijo en su portabebe y me dirijo a la puerta a abrir.

— Hola mi amor — me dice mientras me da un corto beso en los labios

— Hola cariño — respondo — pasa

Ambos nos introducimos dentro de la casa, Él se acerca hasta donde esta Caleb y acaricia su mejilla.

— ¿cómo está?

— muy bien, duerme mucho — le digo mirando a nuestro hijo con una sonrisa en el rostro.

— se parece a ti entonces...— sonrie

— no, eso lo sacó de ti, tú eres el que duerme demasiado — ambos reimos

Se sienta en el sofá junto a mi y sonrie nerviosamente.

— Yis...Yo, me preguntaba si ¿aceptarías salir conmigo?

— sabes que si...

— pero esto es diferente — pasa sus manos por su cabello — es decir, me refiero a salir fuera de aquí

— ¿a dónde?

— Hay una ciudad cerca de aquí, tiene una playa hermosa y un océano inmenso...y me gustaría que fuéramos...

— claro, Seguro que a Caleb le vendría bien un viaje, su primer viaje...

— No, Caleb se quedará, solo seremos tú y yo

— ¿por qué el no puede ir?

— porque es algo importante que tengo que decirte a ti solamente, además esta muy pequeño para salir.

— ¿qué es? — pregunto ansiosa

— no te lo puedo decir porque entonces ya no será sorpresa — rie

— que malo eres — le digo

— aún así me amas...

— más que a Caleb no...— río

AL FINAL DEL ABISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora