Capítulo 16: SUEÑOS ROTOS

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SAMUEL

Como extraño a Yislem, la quiero aquí a mi lado, pero no me es posible.

Últimamente ya no pasamos mucho tiempo junto, debido a que ella no quiere que sus padres se enteren.

No sé por qué tiene que tomar en cuenta a sus padres, ella ya es mayor de edad y es libre de tomar sus propias decisiones.

— Hola Samuel

— Nathalie ¿qué haces aquí? ¿Cómo entraste? — le pregunto confundido

¿Qué hacía ella aquí? ¿Por qué vino? ¿Qué es lo que quiere?

— Tu hermana me dejó pasar

— Nathalie vete por favor

— Samuel, tenemos que hablar

— tú y yo no tenemos nada de que hablar, ¡ahora sal de mi habitación por favor!

— Samuel, por favor escúchame, no le hagas daño

— ¡vete! ¡no quiero verte! ¡sal ahora mismo!

Nathalie sale y yo me quedo en mi habitación furioso.

En eso varios recuerdos cruzan por mi mente, recuerdos de mi niñez donde ella y yo éramos mejores amigos.

Recuerdo que jugábamos todas las tardes en el parque y luego íbamos por helado.

Pero cuando mi madre murió todo eso terminó. Me alejé de todo y de todos, tenía el corazón roto en mil pedazos, sentía como una parte de mi había muerto.

Nathalie trató de ayudarme, venía a mi casa y me decía que todo iba a estar bien, que no me preocupara, pero yo no podía creer que todo estaría bien sin mi madre.

Una tarde que ella vino me empezó a decir que tenía que seguir adelante, y recuerdo sus palabras perfectamente

Si no lo haces por ti, hazlo por mi

¿por qué lo haría por ti?

Samuel, yo te amo, siempre te he amado, desde niña he estado enamorada de ti...

En ese momento no supe como reaccionar, mi mejor amiga me había confesado que le gustaba.

Samy, se que has pasado por mucho, pero aquí estoy para ayudarte, déjame ser quien te sostenga, dejame ser quien te ayude y este contigo en las buenas y en las malas....

Nathalie estaba dispuesta a ayudarme....pero en ese tiempo cegado por el dolor le dije cosas que hasta hoy en día me arrepiento, usé todos sus secretos en su contra, la heri con todo lo que le dije....

Ella salió de mi cuarto con el corazón destrozado y llorando....

— Amor ¿estás ahí? — pasado un lapso de tiempo escucho la voz de Yislem en la puerta

— Yis ¿qué haces aquí?

— Gaby me pidió que viniera

— ven siéntate — le digo señalando el borde de mi cama.

— ¿qué fue lo que ocurrió? ¿Por qué lloras?

— No ocurrió nada, solo recuerdos que me atormentan

Ella no dice nada solo me abraza.

Su abrazo cálido me transmite paz y tranquilidad.

Estar cerca de ella de alguna manera reconforta mi alma.

— Te amo — tomo su rostro entre mis manos.

— yo también Te amo Samuel — unimos nuestros labios en un tierno beso.

Después de platicar por un buen rato Yislem sale de mi casa y se va a la suya.

Me quedo solo en casa, Gabriela y mi padre han salido de compras.

Estoy tan desesperado al no saber que hacer para salir del abismo de dolor y tristeza en el que me encuentro.

Tomo una caja de cigarros que hay en unos de mis cajones, lo enciendo y me pongo a fumar.

A mi mente llegan varios recuerdos de mi niñez en los que jugaba y pasaba tiempo con mi madre.

Recuerdo que me escondía en el armario y mamá tenía que buscarme hasta que al fin me encontraba.

Era tan feliz, mi vida era perfecta, en ese entonces no conocía el dolor, no conocía la decepción, no conocía nada que me hiciera daño, todo estaba bien, todo era perfecto.

Y de pronto de la noche a la mañana todo cambió.

De un momento a otro las risas se convirtieron en lágrimas.

Los días alegres y llenos de color se volvieron grises.

Me pregunto, ¿dónde quedó aquel niño que creía en que la vida era pura felicidad? ¿Dónde quedó aquel pequeño?

Aquel niño ya no está, aquel niño murió.

En la universidad estoy estudiando la carrera de: Licenciatura en Derecho.
Pero no lo hago por mi, en realidad lo hago por mi hermana, por que quiero que ella tenga una mejor vida, muy diferente a la mía.

Yo quería ser doctor, ese era mi sueño desde niño, quería ayudar a las personas.

Pero, ya no más, ya no tengo ninguna motivación.

Si aún estoy estudiando es por que me siento obligado, por que siento que lo tengo que hacer, no por mi propia voluntad.

No sé que hacer con mi vida.

Todos mis sueños y anhelos se fueron a la basura el día que perdí a mi madre.

Sueños rotos, sueños sin cumplirse.

Tomo mi celular y marco el número de Andrew, después de tres tonos al fin contesta.

Sam ¡que gusto escucharte!

— Andrew. No puedo más — mi voz suena desesperada.

¿qué sucede?

— Solo ven por mi, y Llevame a cualquier lugar

¿a dónde?

— Ayudame, solo quiero olvidarme de mis problemas.

Amigo, yo te aprecio mucho pero - deja de hablar como si estuviera pensando, después continúa — hay, hay una fiesta en casa de Lulú

— Llevame allí — le suplico, lo único que quiero es salir de casa.

No creo que sea buena idea

— ¡por favor Andrew!

¡Sam escucha! ¡llama A Yislem! ¡ella sabrá como ayudarte! — es lo último que dice y da por terminada la llamada.

<Genial, ¿ahora qué hago? ¿Debería llamar a Yis?>

Acaba de irse de mi casa, ¿seria bueno que la llamara y le pidiera que saliéramos?
No le pienso más y lo hago, la llamo, le pido que salgamos, ella rápidamente accede.

Y sin más, me dirijo hacia el lugar donde nos encontraremos.

AL FINAL DEL ABISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora