Rin corrió colina abajo, tirando por el camino su espada ligera que cayo en el pie de uno de sus compañeros. Sus mejillas enrojecidas delataron la excitación con la que se movía, mientras una pequeña risa de disculpas se escapó de sus labios.
- ¡Perdón Tahiro! -Grito con los brazos en alto, pero sin dejar de correr.
¿Por qué corría en primer lugar? Se frenó un segundo, pero luego pudo volver a ver un destello de estola blanca en el cielo, rodeada de energía verde y muy visible.
Al verlo te decía abiertamente que era puro peligro andante.
¡Su Amo Sesshomaru estaba cerca!
Desde el mismo momento en que Rin fue dejada en la aldea de la anciana Kaede, ella comenzó a buscar la utilidad dentro de la comunidad hermosa que significaba ese lugar. Su nuevo hogar.
Vio infinidad de vidas llegar al mundo mientras ayudaba a la anciana sacerdotisa, camino por infinidad de campos medicinales buscando las mejores plantas junto a Kagome. Pero nada de eso nunca la lleno. No hasta que Sango la invito a un entrenamiento de exterminadores.
Ya habían pasado 5 largos años desde ese día, y Rin por fin encontró una emoción parecida a la que sentía cuando aun caminaba al lado del demonio que le regalo una vida dos veces seguidas. Con 18 años, aun podía recordar el escalofrío que recorría su cuerpo cada vez que su Amo defendía su vida. Cada una de las veces que lo vio pelear con ferocidad.
Ella quería ser como él.
En un principio, la admiración por el ser de cabellos blancos y frías facciones perfectamente cinceladas se le emanaba de cada poro. Pero con el tiempo, Rin fue muy consciente de que la figura de pura bondad no era tal.
Pero eso no me pareció para nada malo se dijo a sí misma, recordando.
Tan distraída corría la muchacha, con sus ropas de exterminadora y el cabello oscuro alborotado, que tropezó con algo enredado entre sus pies. ¿Cómo siempre terminaba en el suelo?
- ¡Chiquilla insolente! ¡¿Es que nunca haces nada bien, niña?! -Rin pudo ver al ser pequeñito y verde, que la acompañó el año en sus aventuras junto al demonio que siempre recorre su mente.
- ¡Señor Jaken! -Se apresuro a abrazarlo, mientras el cuerpo del pequeño demonio se removía con fingido disgusto. Ella era consciente de que el le tenia aprecio. - ¿Cómo ha estado? ¿Y el Señor Sesshomaru?
-Que molesta te volviste con el paso del tiempo, niñita. Hemos viajado mucho y el amo esta haciendo un esfuerzo gigante en poder venir a visitarte...
Rin ya no escucho en que iba la chachara del pequeño demonio, porque a lo lejos el destello de unos ojos dorados como el oro la llamaron, entre la oscuridad.
Su mirada la quemaba. ¿En qué momento comenzó a sentir su cuerpo tanto ardor con tan solo sentir sus ojos en él? Nunca fue así de pequeña. Comenzó en algún punto muerto en su adolescencia, dentro de las múltiples y recurrentes visitas que le hacía. Siempre lleno de regalos.
Su cuerpo creció y maduro con los años que tenia encima, siendo consciente de su feminidad latente. Pero jamás se ha sentido tan mujer, como cuando ese par de ojos estaban sobre ella. Señor Sesshomaru, ¿Sabe ya usted lo que provoca en esta tonta chica?
Caminó hacia él, a cada paso más nítida la figura imponente del demonio puro, orgulloso, y letal.
-Puedo ver que por mas que te lo diga, no me haces caso. ¿No eras tu una niña muy obediente, Rin? -Su voz suave, cargada de electricidad y calma.
-Ya comenzamos otra vez -Rin le sonrió a la figura, que ahora podía ver claramente. Su rostro estaba inexpresivo, solo sus ojos mostraban la intensidad con la que se tomaba sus palabras. Sus brazos tranquilamente equilibrados a sus costados, con las manos empuñadas.
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Someone to protect - Sesshomaru y Rin [+18]
FanfictionRin se ha preparado. Su desición de que vida vivir siempre estuvo tomada, por lo que busco la forma de caminar junto al demonio que adora. Entonces... ¿Por qué el aún no le pide volver bajo su protección? Un giro en la historia previa al cuento de h...