Rin se encontraba sentada entre las flores de uno de los jardines del palacio. A su alrededor, de la forma mas discreta, se encontraban mas soldados de los que recordaba merodeando en el castillo antes. Todos la conocían, sabía ahora que le tenían aprecio, y habían jurado protegerla.
Sus kimonos no le cerraban del todo bien, incluso los que habían traído hace tan solo unas cuantas semanas, que le ajustaban de mas en la cintura y los pechos.
Ya tenía 6 meses, después de todo.
Sus pechos se habían hinchado, sintiéndolos llenos y turgentes. Su vientre era prominente. Tenía 2 vidas en ella, que ahora podía sentir y distinguir perfectamente. No le preocupaba la poca actividad que sentía en ellas, ya que podía escuchar perfectamente el retumbar de sus fuertes y pequeños corazones, junto con la vibración que expandía por su cuerpo la energía de ambas.
Se dejó caer en el césped, de frente al sol y disfrutando de la calidez. Podía escuchar a los niños cerca de ella corriendo y jugando, como ella solía hacer hasta hace poco. No es que le cueste moverse, su cuerpo se adaptó de la forma mas impresionante al peso y energía de las niñas. Es que le daba pavor hacerles daño.
La razón por la que podía notar tantos soldados a su alrededor era que su esposo no se encontraba en el palacio, y todos ahí le tenían el suficiente miedo para saber que si algo le pasaba a ella o a las cachorras todos correrían peligro. Aun podía escuchar como algunos hablaban por lo bajo, diciendo que no podían creer como él había formado una familia. Y una tan disfuncional como eran ellos juntos.
Sesshomaru había partido en un viaje que sabía sería largo, completamente solo y sin mediar palabra con nadie más que con ella, a quien solo le regaló una de sus miradas intensas, tranquilizadoras, en donde pudo comprender que él demonio iba en búsqueda de la raíz de los problemas que habían tenido hace 3 meses, cuando fue atacada. Y eso fue hace poco más de una semana.
-Aquí estas, señorita -Abrió los ojos, sonriente, esperando el cálido rostro de Tamani. En e tiempo que estaba viviendo activamente en el palacio había logrado a hacerse de varios amigos, y Tamani era la mas cercana a ella, junto con Yuki.
-No me puedo mover demasiado ahora, así que no debe haber sido problema el encontrarme -Volvió a cerrar los ojos, disfrutando de la brisa, y la presencia de su anciana amiga.
-¿Te han dado problemas tus cachorras?
Instintivamente acaricio su redondeado vientre. El anillo plateado que llevaba en la mano izquierda vibró al tocarlo, como ya se había acostumbrado a que hiciera.
-Más problemas me doy yo misma en un buen día -Rio, levantándose del suelo y mirando a la anciana mujer, alta y delgada.
-Tu energía fluye mucho más caótica desde la visita de la Reina Madre. -Su ojo critico busco en los de ella, y solo pudo sonreír. -Pero al parecer ninguna de las dos sabemos exactamente que fue lo que hizo ella contigo.
-Me regaló una bonita espada que me da miedo tocar. -Recordó la espada, pesada y tradicional, con una luna pequeña en su mango plata y rojo. -Y que Mi Señor no me dejará empuñar hasta que las bebes tengan 90.
-Y es poco tiempo, hija. -La demonio le tomó la mano, apretándola. -Vamos a buscarte algo de comer con Yuki.
Para ella era difícil no recordar la espada, ni el torrente nuevo y furioso que sintió correr por su cuerpo cuando la demonio le tocó el pecho.
<<Rin estaba volviendo de entrenar con uno de los soldados del palacio, quien amablemente se ofreció a ayudarla sin saber que su esposo los estaba mirando de cerca. El siempre estaba ahí. Y pudo escuchar cada uno de sus suspiros terminados en risa baja, llenos de sorna cuando ella lo derribaba.
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Someone to protect - Sesshomaru y Rin [+18]
FanfictionRin se ha preparado. Su desición de que vida vivir siempre estuvo tomada, por lo que busco la forma de caminar junto al demonio que adora. Entonces... ¿Por qué el aún no le pide volver bajo su protección? Un giro en la historia previa al cuento de h...