SEIS: UNIÓN

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Zero se encontraba sentada al costado de su hermano, quien como siempre, estaba distraído y casi dormido. Que holgazán. ¿Cuánto más debería seguir de esa forma? Por mas que lo intentaba, el no se volvía un gobernante activo. Era innegablemente poderoso, y lo desperdiciaba.

Un estruendo comenzó a las afueras, entrando en la estancia una demonio conocido por ellos. Tenia los ojos azul cielo, como un hielo, y marcas que cruzaban en ondas por debajo de sus alargados ojos gatunos.

Feriye se apresuro a plantar cara a Kirinmaru, quien estaba recién entrando en consciencia con que pasada.

-¿Qué te hace venir aquí? -Ella hablo primero, fijándose en la cólera que movía al ser frente a ellos.

-El Rey del Oeste esta cometiendo actos de traición, al igual que hizo su padre.

-¿Sesshomaru? -Pregunta interesado ahora su hermano. ¿Será que..?

-Tomó por esposa a una humana. Su familia volvió a romper las reglas de nuestra naturaleza.

Se tenso. La historia se estaba volviendo a repetir, ahora con quien creyó jamás podría cometer el mismo error. Miro a su hermano, quien estaba visiblemente molesto con la situación.

-Siempre te dije que debíamos hacer algo con ese reino, hermano.

-Vete. -Le dijo sin más Kirinmaru.

-Pero Señor...

-¡Vete! -Ahora, junto con la ira del Rey se mostro una honda expansiva que saco del barco a la demonio.

-Kirinmaru, debes tomar la responsabilidad en esta situación.

-Eso haré. Pero no será de la forma en la que tu lo quieres, Zero.

Salió de la estancia, sin saber el rumbo que iba a tomar.



Rin caminó estrujándose las manos una contra otra, dispuesta a entrar en la casa de la anciana Kaede. ¿Cómo le iba a explicar la situación?

Ya habían pasado varios días desde que se confesó, y aun le costaba creer que lo que vivía no era un sueño, que Sesshomaru le había correspondido. Claramente no fue de la misma manera en la que ella se mostró, pero de alguna manera la considero digna de ser su compañera, y no podía dejar de pensar en eso.

Jaken la visitó uno de esos días, pero parecía no saber aun que estaba pasando. No hasta que abrieron juntos un gran paquete muy bien cuidado que le mando su Amo.

<<-¿Cómo puedes demorarte tanto en abrir un simple paquete, niñita? -La voz rasposa de su querido amigo lleno su pequeño cuarto, mientras ambos estaban sentados al lado de una hoguera.

-Las manos me fallan, Señor Jaken.

-Aun no entiendo por qué querías que me quedara. Tengo cosas que hacer en palacio, el Amo Bonito últimamente va de aquí para allá y el papeleo... -Rin dejo de escuchar su parloteo, porque al abrir por completo el paquete se quedo con la boca abierta.

Sacó dos capas internas de un kimono, hechos en la ceda más hermosa que pudo tocar jamás. El de la capa mas interna era color blanco con un deje azul claro y tenía el brillo de una perla. El segundo era dorado, hermoso y ostentoso. Al dejar a un lado esas dos prendas internas, pudo ver el kimono externo.

Con el mas tenue tono de violeta que vio, el fondo tomaba destellos mas intensos cuando lo tocaba la luz del fuego. Llevaba un cinto de un morado intenso, y al mover el kimono vio como estaba bordado con cuidado en todas las mangas, casi imperceptiblemente.

Someone to protect - Sesshomaru y Rin  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora