Sesshomaru tensó la mano que estaba acariciando el cabello de la aun muy dormida joven a su lado. Podía sentir una gran energía demoniaca acercarse a sus dominios, de inmediato reconociéndola.
Se levantó con cuidado de no despertarla al sacarla de su pecho, vistiéndose a prisa y empuñando a Bakusaiga. Era una invasión a sus tierras. Y en que maldito mal momento.
Al salir de la habitación comenzó a volar, viendo como venía corriendo Jaken, armando un alboroto. Seguramente para informarle lo que él ya había sentido. Lo sintió saltar en su estola, y entonces acelero su vuelo hasta el límite al Este. Del otro lado de la barrera que ahí había dejado su padre para proteger las aldeas mas cercanas al palacio se encontraba Kirinmaru, enfundado en sus ropas de batalla, levitando por los aires.
Que maldita mala sorpresa.
-Que impropio de un diplomático como tú, Sesshomaru, el no informarme que habías elegido compañera.
-No es algo que te incumba. -Se frenó frente al antiguo amigo de su padre, ya con la mano en su espada.
-Que la Reina de mi par sea una humana, conociendo tus ideales Sesshomaru, si que me incumbe. -El Daiyoukai tenía un tono impropio de él. Lo miro, buscando algún indicio que le dijera que era una trampa, pero no encontró nada.
-Aléjate de mis dominios, Kirinmaru. -Se dio la vuelta, ansioso de volver al palacio.
-Tu unión es traición. Mi deber es mantener paz entre nosotros por el bien de todos. -Al ver Kirinmaru que el no estaba dispuesto a contestar, siguió -Retráctate de la humana, o me veré en la obligación de intervenir personalmente en la situación.
Se dio la vuelta mirándolo nuevamente, totalmente sereno y sin mostrar ninguna emoción en su rostro.
-Yo, Sesshomaru, solo conozco una Reina. -Escuchó a Jaken contener el aliento a su espalda.
-Me obligas a... -No termino de escuchar al demonio, simplemente se dio la vuelta y volvió a emprender vuelo hacia su palacio. Ya era entrada la noche y había dejado a Rin sola.
Rin se había estirado en el lecho, por fin feliz y tranquila, para encontrar solo frío en las sabanas. Se levanto de golpe, despidiéndose de la cómoda somnolienta que tenía, para verse nuevamente en una habitación vacía. La había dejado sola otra vez.
Pensó que habían cerrado por fin la brecha que los había separado esos días. Sintiendo como la tomaba con tanto cuidado, adorándole el cuerpo con toda la extensión dura del suyo y buscando el goce de ella por sobre todo, creyó que ya no la iba a volver a dejar. Y de nuevo estaba sola.
Se levantó, al destaparse viendo como en algún momento mientras ella dormía él le cubrió la superficial herida con un parche de tela. Que considerado, para luego dejarme sola. Se vistió con una de las prendas del demonio, apurada por volver a su cuarto.
¿Qué debía hacer? Parecía que después de todo, haberse casado con él había sido una mala idea. No sabía por que creyó que las cosas cambiarían. El era Sesshomaru, el demonio más frio.
Al salir se dio cuenta que estaba en la planta alta, tan solo a una vuelta de su propio cuarto. El estuvo cerca todo el tiempo, y no la buscó ni una maldita vez. camino apresurada, pero una voz llamándola desde abajo la frenó.
-¡Eh! ¡Señorita Rin! -Se apoyo en el balcón y vio a Yuki, que caminaba con una bandeja en las manos. -¿Le subo comida a la habitación? -La gran sonrisa de la demonio le hizo ver que de hecho, ella creía habían arreglado las cosas.
-No tengo hambre Yuki. Solo quiero dormir -La saludo con la mano y siguió caminando, entrando en su habitación y recostándose en su propio futón. Haciéndose un pequeño ovillo, se quedó dormida.
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Someone to protect - Sesshomaru y Rin [+18]
FanficRin se ha preparado. Su desición de que vida vivir siempre estuvo tomada, por lo que busco la forma de caminar junto al demonio que adora. Entonces... ¿Por qué el aún no le pide volver bajo su protección? Un giro en la historia previa al cuento de h...