EL GATO DE LA SEDUCCIÓN [BAN]

CAPÍTULO 23

MINUTOS ANTES CON KAIRA

Kaira, llevada por aquel presentimiento en su pecho, avanzó sin preocuparse de sus compañeros que hablaban a sus espaldas. Casi hipnotizada por aquella sensación, hizo activar a su tesoro sagrado para que este desprendiera una luz roja que le permitiera ver el camino. Caminó rápidamente hasta llegar a su destino y recién darse cuenta en donde se encontraba.

―Hendrickson ―susurró la peliverde al ver al hombre parado a unos metros de distancia.

― veo que te has adelantado a tus compañeros, ¿Qué debería hacer contigo? ―dijo con malicia el ex caballero sacro.

― ¿así que quieres jugar? ―el pecado de la seducción soltó una carcajada―. Aunque no me gustan las imitaciones de demonios.

―no, supongo que tú prefieres a los demonios de nacimiento ―dijo Hendrickson con tono burlesco.

Kaira frunció el ceño y se preguntó a que se refería el ex caballero sacro, o más bien, que sabía.

―no sé de qué estás hablando ―dijo la peliverde haciéndose la desentendida, en parte, porque realmente no estaba segura de lo que hablaba el hombre.

―sabes, todos estos años estuve investigando muchas cosas y entre ellas me llamó mucho la atención los pocos registros del denominado "octavo pecado". Prácticamente eres el eco de un rumor sin fundamentos ―comenzó a decir el ex caballero sacro.

―ya sabes, semejante belleza es algo casi imposible de creer ―comentó el gato con tono arrogante.

Hendrickson hizo una mueca de desagrado ante el comentario de la joven.

―me llamó la atención que nadie supiera si eras real o una simple fantasía, así que comencé a investigar a seres que tuvieran tus mismas características, pero fue casi inútil ―continuó el relato Hendrickson ignorando a la ojos de gato―. Todo parecería una simple ilusión, hasta que me encontré con un particular papiro que describía a seres místicos que reinaron en el inicio de todo junto a los Demonios y las Diosas, sin embargo, fueron masacrados.

Kaira se encontraba seria, la ira se acumulaba en su interior y se preguntaba como podría haber accedido a información de su raza, ya que se suponía que ya no existía ningún registro de lo que ellos fueron.

―si mal no recuerdo, fueron masacrados por demonios ―mencionó el ex caballero sacro, disfrutando la expresión de ira de la joven.

Kaira se quedó callada intentando recordar esa escena, pero su mente estaba bloqueada, ella sabía que un demonio tuvo que ver con la desgracia de su raza, pero su mente se negaba a recordar más detalles.

―demonios como este, ¿no? ―dijo apuntando hacia su espalda.

Kaira con la ayuda de su tesoro sagrado iluminó lo que se encontraba en el fondo de la cueva y pudo ver el enorme cadáver de un demonio, pero este no era un demonio rojo, era diferente. Un jadeo involuntario escapo de sus labios y una angustia insostenible se posó en su pecho.