CAPÍTULO 2

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El festival de pelea de Vaizel había comenzado. Los competidores se tiraban unos contra otros para llegar a ser uno de los 8 finalistas. Finalmente, después de que una chica sacara a 10 contendientes de un solo golpe, se dieron cuenta que tan solo había 7 competidores en el cuadrilátero, o eso pensaban. King, el oso de la pereza, se encontraba flotando al borde de esta. A pesar de que era trampa, fue aceptado igualmente como el octavo participante por no haber usado ningún arma.

Los 8 finalistas se retiraron con el anfitrión del festival para así conocer a sus respectivos contrincantes. Mientras, en el público, una joven que traía una capa de color negro le pedía amablemente a un cerdito un tarro de cerveza.

― ¡Oye! ¡cerdito! ¡por aquí! ―dijo la joven agitando su mano.

El cerdito se acercó a la misteriosa joven. Tan solo se podía ver la mitad de su rostro y unos mechones de cabello. El pobre cerdito, por más esfuerzo que hizo para ver sus ojos, no lo logro.

―aquí tienes ―dijo el cerdito―. ¿Por qué la capa? ―preguntó curioso.

―escape de mi trabajo ―contestó la joven tomando un sorbo de cerveza―. Esto está delicioso, gracias.

El cerdo se despidió y siguió vendiendo la bebida. La joven giró su rostro hasta el cuadrilátero, esperando ansiosamente las peleas. El anfitrión habló nuevamente, las peleas comenzarían y quienes se enfrentarían primero eran Griamore y Matrona.

La joven se movió del lugar que se encontraba y se colocó justo detrás del chico rubio que había entrado al festival. Al hacerlo, el hombre de la cicatriz, Ban, sintió una corriente atravesar su espalda, como si de un presentimiento se tratara, pero por más que quisiera no pudo averiguar que era.

Al momento de presentar a los participantes, Meliodas comenzó a decir las medidas de la denominada Matrona. La joven, que se encontraba escuchando, rodó los ojos y sonrió de medio lado.

La pelea dio inicio con un movimiento de Matrona. Se acercó rápidamente al sujeto llamado Griamore y le propinó una lluvia de golpes, sin embargo, no parecían servir de nada, ya que el hombre usó su habilidad mágica llamada Muro para protegerse.

―oye, no te parece familiar eso― dijo Ban, mirando con curiosidad hacia el cuadrilátero.

― ¿será un caballero sacro? ―dijo Meliodas pensativo.

¿Un caballero sacro?, pensó la joven que estaba escuchando la conversación de los pecados, eso no es bueno. La joven frunció el ceño y siguió observando la pelea.

Matrona comenzó a dar múltiples golpes al muro que se había formado alrededor de Griamore, pero no estaban siendo efectivos. La barrera comenzó a crecer, arrastrando a Matrona hacia la orilla del cuadrilátero. Griamore, comenzó a decirle que se rindiera, pero Matrona no iba a dejarse vencer tan fácilmente. De un solo golpe, rompió la barrera y se dirigió velozmente hasta Griamore, dándole un fuerte golpe que lo mando lejos del cuadrilátero.

El sombrero que usaba Matrona salió disparado y se reveló su rostro al fin. No puedo creerlo, pensó la joven sorprendida, es ella.

Después de que Matrona, o más bien, Diana le diera un fuerte golpe a Meliodas, se fueron para hablar en otro lugar. La joven los vio de soslayo como se iban, tan solo había quedado Ban. Aprovechó el momento para dar un paso y colocarse justo al lado del hombre de la cicatriz a ver el nuevo combate. El zorro de la avaricia nuevamente sintió esa corriente atravesar su cuerpo, giró levemente y vio a una persona que era tapada por una capa negra. Este intentó ver el rostro de la joven, pero no pudo lograrlo.

― ¿tienes algún problema? ―habló la joven, haciendo que Ban se colocara es su habitual postura relajada.

―para nada ―contestó el zorro con su habitual tono de voz.

EL GATO DE LA SEDUCCIÓN [BAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora