CAPÍTULO 3

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La segunda semifinal era entre Cain y Meliodas. La joven misteriosa ya sospechaba del resultado de la pelea, así que decidió sentarse al final de la multitud y pensar bien cual sería su siguiente paso. Mientras, los demás pecados observaban la situación con preocupación, el anciano llamado Cain, comenzó a atacar al dragón de la ira y a reclamarle por la destrucción de su hogar, Danafor. El Capitán Meliodas se quedó parado, sin hacer ningún movimiento, escuchando atento todo lo que aquel hombre le decía.

La chica de la capa agudizó el oído y escuchó con especial atención todo lo que el anciano reclamaba. A pesar de estar lejos, ella poseía un perfecto sentido de la audición, que le permitía escuchar a grandes distancias.

Al final, el pasado siempre nos persigue, pensó, jamás se puede escapar de él.

Luego de que Meliodas le jurara a Cain que él no había traicionado a su gente, el anciano decidió retirarse, dando por ganador al pecado de la ira.

La final del festival de pelea de Vaizel había llegado, se enfrentarían Matrona y Meliodaf, en uno de los enfrentamientos más prometedores. Apenas se había iniciado la pelea y Diana atacó a Meliodas con un fuerte golpe, todo provocado por Ban que les había pagado a unas mujeres para coquetearle al capitán de los siete pecados capitales y así provocar los celos de la gigante.

La arena comenzó a temblar debido a la fuerte pelea entre Diana y Meliodas. La joven de la capa rodó los ojos y pensó que si no se controlaban iban a causar un gran caos.

De pronto, todo quedó en un gran suspenso. La pelea entre Diana y Meliodas se detuvo abruptamente. La joven misteriosa se puso de pie rápidamente tras percibir una energía que no traía nada bueno. La chica comenzó a avanzar entre los espectadores que reclamaban por el termino de la pelea.

Ban y King avanzaron hacia el centro del cuadrilátero, junto a Diana y Meliodas. La muchacha al ver esto, supo que las cosas se pondrían peligrosas.

―mi nombre es Meliodas ―comenzó a decir serio el pecado de la ira―, soy el dragón de la ira. ¡Capitán de los siete pecados capitales! ―la audiencia miraba sorprendidos y asustados a los sujetos en la plataforma―. Reclamamos la aldea de Vaizel, y como nuestra propiedad, tienen solo un minuto para abandonar Vaizel ¡escucharon! Si no lo hacen, ¡los mataremos!

A pesar de la revelación del capitán Meliodas, las personas se encontraban dudosas de sus palabras y se negaban a moverse del lugar. La joven siguió avanzando hasta estar nuevamente cerca de la plataforma.

Tontos, pensó, intenta salvarlos. Lárguense de una buena vez.

― ¡Dije que se larguen! ―gritó Meliodas.

Todos los espectadores gritaron aterrorizados, pero no se movieron, hasta que vieron que del cielo caían bolas de fuego, que comenzaron a destruir la aldea. Una bola de fuego iba directo a la arena, pero el dragón de la ira fue capaz de repelerlo con su habilidad Contraataque.

De pronto, aparecieron tres caballeros sacros, que poseían un poder mágico extraño, pero fuerte. El capitán Meliodas sugirió separarse y así poder hacerles frente.

***

Ban comenzó a caminar solo por la aldea, viendo la gran destrucción que habían dejado los caballeros sacros. De improviso, una joven caballero sacro atacó al inmortal, atravesándolo con su espada.

―te eche de menos zorro desgraciado ―dijo la joven con la mirada cargada de oscuridad―, ¿te duele?

― ¡esto es lo que esperaba de un verdadero festival! ―dijo emocionado el zorro de la avaricia―. Refresca mi memoria, ¿te conozco?

EL GATO DE LA SEDUCCIÓN [BAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora