CAPÍTULO 13

2.9K 211 12
                                    

Kaira le había pedido a Gowther que se sentara a su lado. Sus pensamientos y sentimientos no dejaban de atormentarla, pero sorprendentemente la presencia del muñeco aplacaba su angustia. Siempre había sido así, hace 10 años atrás, antes de que tuvieran que huir de Liones, lo único que podía calmar a Kaira era la presencia de Gowther. El hecho de que sus poderes, en esos entonces descontrolados, no hicieran efecto en el pelirosa aliviaba mucho la mente y corazón de Kaira.

― ¿hubo algún problema entre Ban y tú? ―preguntó de pronto el pecado de la lujuria.

― ¿Por qué preguntas?

―porque tu actitud cambio repentinamente con Ban. Tu mirada se volvió inexpresiva y por lo general tus ojos brillan cuando miras a Ban ―dijo Gowther ―. Además, tu expresión facial cambio al igual que el tono de tu voz cuando Ban estaba aquí, ya no sonabas cariñosa.

Kaira miró un punto fijo. ¿Qué acaso era tan evidente cuando estaba cerca de Ban? La peliverde levantó su mano y formó un puño, dándole un golpecito en la cabeza a la cabra de la lujuria.

―ya deja de analizarme, ¿quieres? ―dijo con cierto tono de enfado.

Definitivamente no estaba de humor para los análisis lógicos de Gowther.

―ahora estás enojada ―mencionó la lujuria.

― ¡Gowther! ―advirtió el gato de la seducción ―. Por favor, ya basta.

Gowther la observó con atención por un momento para luego asentir con la cabeza. Decidió que indagaría luego, cuando Kaira estuviera de mejor humor.

La peliverde dio un largo suspiro, estaba cansada mentalmente. Había sido un día largo y agotador y con muchas cosas que procesar aún. La joven apoyó su cabeza en el hombro de Gowther, intentando aliviar su enredada mente, intentando calmarse y encontrar las respuestas que necesitaba. El pelirosa se quedó quito, no hizo ningún movimiento y tampoco dijo ninguna palabra, cosa que el gato agradecía. La joven cerró sus ojos con fuerza y repasó todo en su mente, hasta llegar a la parte más dolorosa para ella. Recordó lo que había visto en la mente de Ban, recordó los sentimientos que él tenía en ese momento tan esperado para ella y pudo comprender que había regresado 25 años tarde a la vida de Ban. Su tiempo se había acabado y ahora alguien más ocupaba el corazón de Ban.

¿Qué haría? No podía reclamarle, no se sentía con derecho, además no es algo que Kaira haría de todas formas. ¿Lo seguiría tratando como antes? No, no creía que fuera capaz de hacerlo. ¿Lo odiaría? No, jamás podría sentir odio hacia Ban. ¿Se distanciaría de él? Probablemente.

Una lágrima rodó por la mejilla de Kaira. Era triste, porque cada vez que la peliverde amaba algo malo pasaba y su corazón se rompía. Moría, no era correspondido, esa persona moría o solo era el reemplazo de un amor perdido. Esa era su gran maldición.

El gato abrió los ojos lentamente mientras daba un suspiro. Miró inconscientemente hacia sus manos y se dio cuenta que había entrelazados sus dedos con los de Gowther. La joven sonrió, imaginándose como había sucedido todo mientras sus pensamientos estaban en otra parte.

En el pasado, cada vez que ella se sentía triste, le pedía a Gowther que le diera la mano, lo hacía tan seguido que para el pecado de la lujuria se volvió una costumbre. Para él realmente no tenía un significado y tampoco entendía porque Kaira se lo pedía, pero para la peliverde era sumamente reconfortante y la hacía sentir feliz.

―te extrañé mucho, Gowther ―dijo de pronto la peliverde.

Gowther no respondió, estaba pensando en el significado de la palabra extrañar. Kaira tampoco esperaba que la lujuria le respondiera ni correspondiera sus palabras, solo se conformaba que estuviera a su lado en ese momento.

EL GATO DE LA SEDUCCIÓN [BAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora