Atalía
— Lía, en el estante de la cocina hay un paquete de galletas ¿Me lo puedes traer por fa?
— Busca tú cosa tu mismo — Digo limando mis uñas.
— Andaaa, es que estoy cansado. Me mate entrenando, me duele la espalda — Hace una mueca falsa de dolor.
Ruedo los ojos — Eso es por la vejez, pero tranqui, yo le busco las galletas al viejo.
Me lanza un cojín que atrapo en el aire — ¡Viejo está tu novio y así te gusta!
— No negaré tal declaración — Digo sonriente.
Camino hacia la cocina y busco el bendito paquete de galletas. Raziel dijo que estaba en el estante.
¿El problema?
El estante está como a dos metros del suelo y por más que me ponga en puntillas no llego.
Bufo.
Esto es una burla a mi enanes en mi cara.
Enanes no existe.
¿Y crees que me importa? Ven y ayuda a tu novia.
Ya voy, quejona.
Ruedo los ojos.
Han sido tres días desde que me tomé un pequeño descanso.
Ya todos se encuentran enterados de mi relación con Amadeo. Raziel dijo que era muy obvio, Riza celebro como si fuera suya, la pareja de conejos estaba muy ocupada comiéndose con la mirada y Renato nos sonrió con aprobación.
— Es que Raziel es tan flojo que te mando a ti aún cuando sabe que no llegas — Dice Amadeo adentrándose en la cocina.
— Creo que él esperaba que te llamará — Me encojo de hombros.
Amadeo se posiciona detrás de mí — ¿Intentaste con tus poderes?
Me abrazo a mi misma — No.
Coloca sus manos en mi cintura y susurra — Deberías intentarlo, preciosa — Su aliento contra mi oreja me causa escalofríos.
Veo fijamente el paquete azul e intento moverlo, no se mueve.
Suspiro.
Amadeo me da un beso en la mejilla y me sostiene por la cintura elevándome hasta que alcanzó el dichoso paquete de Raziel.
Cuando me baja quedamos cerca, muy cerca, peligrosamente cerca con sus manos en mi cintura.
Él se inclina un poco hacia mí y lo tomo por sorpresa colocándome de puntillas y besándolo. Inmediatamente cierro mis ojos y nuestros labios se mueven de manera rápida y ágil.
Sus manos se deslizan por mi cuerpo hasta llegar a mis muslos, una vez ahí me alza haciendo que mis piernas de espagueti rodeen su cintura y me deja sobre el mesón más cercano.
Su mano se cuela por mi suéter y acaricia mi cintura, sube un poco más y toca mis senos por encima de la copa, un sonido se me escapa. Cuando nos separamos empieza a dejar pequeños besos y su barba que al parecer está creciendo pica un poco.
— ¡Me van a desvirgar la cocina! — Chilla Raziel.
Amadeo deja de besarme para mirar a su hermano, pero ni siquiera hace el reflejo de bajarme, lo que si hace es trasladar sus manos a mi cintura. Toma el paquete de galletas y se lo tira en la cara.
— No puedo desvirgar algo que no es virgen — Es la respuesta de Amadeo
Raziel frunce el ceño — ¿El enano de Riza trajo a alguien a mi cocina?
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Heredera Del Infierno #1 [✓]
FantasyAtalía vivió los últimos diez años encerrada injustamente en un internado debido a su diagnóstico. Psicopatía. Psicópata era la palabra con la que se le describia después del misterio accidente en donde ella se vio involucrada. Todo cambia cuando sa...