Capítulo 18

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Atalía

— Pues que vaya el gato y le pregunté a su novio.

Bufo — Eres increíble — Le doy un vistazo a la bola de idiotas — ¿Y eso que no has matado a Riza?

Aprieta su mandíbula — Se me había olvidado. Gracias por recordarme, Lía.

— ¿Qué paso? — Pregunta Renato.

— Tu hijito querido me desvirgo la cocina.

Renato enarca una ceja — Dato que no quería saber, no se agradece la información — Sacude la cabeza.

Alguien está cubriendo mis ojos, sus manos se encuentran mojadas — Adivina ¿Quién soy?

— Alguien a quien le voy a arrancar la mano.

Riza deja de taparme los ojos — Por favor no cortes mis manos que bastante que me gustan.

Río un poco — Por ahora.

Raziel se aclara la garganta — Riza, me enteré de una información de la cual estaría muy complacido si me la esclarecieras.

El menor le da una mirada desconfiada — Mientras esa información no me comprometa en ninguna situación estaré encantado de aclararte tus dudas — Se mofa.

— ¿Tuviste sexo en mi cocina? — Pregunta directamente.

Riza reprime una risa y yo me recargo del espaldar de la silla para disfrutar el espectáculo.

— Sí, y tú no te vas a molestar conmigo. Si no que me dirás qué me quieres y te lanzaras a la piscina mientras gritas "Puedo volar" — Responde Riza sin titubeos mirando fijamente a su hermano.

La expresión molesta de Raziel es reemplazada por una actitud relajada mientras se levanta de su silla y murmura un "Te quiero" en automático para Riza.

Acto seguido, se aproxima a la piscina en donde de encuentran la pareja de conejos y Amadeo hablando tranquilamente.

— ¡Puedo volar! — Grita Raziel lanzándose en la piscina y la carcajada que escapa de mi es inevitable.

Cubro mi boca con la palma de mi mano, no puedo dejar de reír. Riza se dobla sobre sus rodillas mientras ríe.

Amadeo, Renjy y Galileo también se encuentran riendo y Renato sonríe divertido.

Raziel emerge hacia la superficie y observa a todos con el ceño fruncido.

— Riza Asiel Abades no hipnotices a tu hermano — Reprende Renato.

— ¡Papá! — Se queja —. Raziel manipula nuestras emociones siempre que puede.

— Ustedes son incorregibles — Refunfuña y dirige su atención hacia mí —. A veces se comportan como unos niños.

— Créeme, lo sé

Riza se devuelve a la piscina y me quedo sola con Renato. Tomo uno de los bocadillos que se encuentran en la mesa y lo llevo a mi boca.

— ¿Cómo estás?

— Bien, supongo — Es mi respuesta.

— Atalía...

— Di lo que vas a decir, Renato — Pido. Aunque sé exactamente lo que dirá

Suspira pesadamente — Sabes que tienes que seguir entrenando ¿Verdad?

Asiento.

— Tienes que aceptar y aprender a manejar tus habilidades. No es un juego en donde decides que ficha usar, es una situación de vida o muerte. En dado caso de que los hijos de puta vuelvan debes estar lista para enfrentar cualquier cosa.

Heredera Del Infierno #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora