Capitulo 5

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Amadeo

Siento la desesperación de Atalía como si fuera mía. Su incertidumbre sobre su naturaleza. Sobre saber de la muerte de su madre y el culpable de la muerte de la bruja.

Mientras Atalía tiene un ataque de pánico llamo a Raziel, ya que su habilidad es manipular las emociones. No sé porque la ayudo, pero siento la necesidad de hacerlo. Tal vez sea porque siento todo lo que ella siente.

He llegado a la conclusión de que odio el hilo.

Raziel entra y se niega en primera instancia, después de darle una pequeña amenaza acepta. Le pongo las manos a Atalía en los hombros intentando tranquilizarla, ella se remueve bajo mi toque.

¿Me escuchas?

Niega con la cabeza. Raziel la toma por la barbilla y por alguna extraña razón no me gusta que la agarre de esa manera y mucho menos que la mire como la está mirando,

Es muy pequeña, se ve frágil y sus labios son muy apetecibles. Vamos angelito, relájate.

Tengo una sensación amarga tras las palabras de Raziel. No me gusta que se exprese de esa forma de ella.

Atalía se desvanece en mis brazos, la cargo sobre mis brazos y salgo de la oficina. Me detengo delante de la puerta de su habitación.

Renato se me acerca —No digo que la ames, que sientas devoción hacia ella y sea lo único es tu mundo. Pero es una persona que merece respeto, y es tu Persona, Amadeo, no puedes hacer nada contra eso. Ella te necesita más de lo que tú la necesitas a ella en este momento. Muchas cosas van a desestabilizarla y tú eres el único capaz de ayudar, acude a tu empatía.

—No la odio, pero tampoco la quiero cerca.

Enarca una ceja — ¿Tienes una idea de lo irónico que suena eso en este momento? Llévala a tu habitación y quédate con ella, en caso de que tenga un ataque sabes que hace.

Y se va.

Hago una maniobra extraña y logro abrir la puerta, dejo a Atalía sobre mi cama, se ve tan pacífica, relajada, su pecho sube y baja con suavidad.

Se ve preciosa

¿Por qué tiene que ser mitad demonio?

Camino hacia el baño y me doy una ducha de agua fría. Cuando termino me coloco un pantalón de pijama y decido no utilizar una camisa. Total, el frío es algo a lo que estoy acostumbrado. Me siento a su lado en la cama, ella se acurruca y pone sus piernas a la altura de su pecho.

— Amadeo... —sale suspirado de sus labios.

Enarco una ceja ¿Estás soñando conmigo minion? No puedo evitar la sonrisa que se extiende por mis labios. Me acomodo dándole la espalda y me dispongo a descansar.

Ya que, ahora con el descubrimiento de que soy un vampiro de sangre azul puedo dormir. Maravillas de la vida ¿No? Tengo más de ochenta años sin dormir, desde que fui convertido. Miro a Atalía e inhaló profundamente, se ve preciosa. Y es mi Persona, no sé qué tan cómodo estoy con eso. El sueño me invade, es una sensación que había olvidado. Cierro los ojos y caigo en la negrura.

Atalía

Estoy en una especie de cabaña, me despierto en una cama y cuando volteo, lo veo.

Amadeo desnudo a mi lado.

A la hijueputa mierda.

Él se despierta y me da una sonrisa, no se ve como el amargado que conocí. Se ve... En paz. El vampiro me abraza y yo me dejó abrazar, susurra un par de palabras que no alcanzo a entender pero que por alguna razón me hacen estremecer.

Heredera Del Infierno #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora