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Hyunjin: 8.
Jeongin: 5.

(   🩰   )

Un pequeño Hyunjin se adentraba a su casa refutando incoherencias que su pobre madre no podía entender.

— Jinnie, cariño, ¿le diras a mamá lo que te tiene tan enfadado?

Hyunjin por lo general no es un niño risueño que va por ahí cantando o sonriendole a todo el mundo, nunca había sido así.
Y no es por qué algo le faltase, por el contrario el castaño gozaba con todos los privilegios que un niño de ocho años puede tener, juguetes, comida rica los fines de semana y lo más importante: amor y cariño de sus padres.
Hyunjin es un niño feliz en lo que cabe, su psicóloga le había comentado a sus padres que Hyunjin tan solo tenía esa personalidad, no padecía ningún tipo de trastorno, el solo era así.

Y bueno, una vez que la familia Hwang se puso a pensar, tenía sentido; los abuelos de Hyunjin por parte de su padre eran muy serios, el padre del menor tampoco era extremadamente risueño así que con lógica pura, pudieron llegar a la conclusión de que Hyunjin había heredado la personalidad de su familia paterna.

Hyunjin podía ser serio, sí, pero nunca un niño berrinchudo o con el que costará tratar, siempre fue obediente y ordenado, verlo con el ceño fruncido y enojado por algo en específico era realmente algo nuevo para la señora Hwang, que apenas podía reconocer a su hijo, realmente parecía que algo había afectado a la pequeña mentecita de Hyunjin para que estuviera así.

— un niño nuevo llego a la academia hoy. - Hyunjin cruzo sus brazos con un puchero bien pronunciado en sus pequeñas mejillas. — es insoportable.

— ¿te a hecho algo, cariño? - la mamá del castañito estaba atenta a las palabras de su hijo mientras servía un plato de comida en frente de el, junto con su cuchara y vaso de cars.

— estuvo durante toda la clase preguntándome como se hacía todo, sin dejar que me concentrara, y-y-y luego se ponía a toquetearme las mejillas. - Hyunjin se expresaba moviendo sus manos, a la par que empezaba a consumir del alimento que su madre había puesto frente a el.

La señora Hwang tomo asiento frente a su hijo, mirandolo con atención y dulzura.
— Jinnie, ponme atención un momento. - el menor no tardo en hacer caso. — la próxima clase de ballet, vas a ir con el chico nuevo y le dirás amablemente que no te gusta que te toquen las mejillas y que si por favor puede poner atención al maestro, si se lo dices enojado, se va a sentir mal, ¿okey?

— okey.. - el menor de nuevo volvio su vista a la comida en la mesa, soltando un sonoro suspiro, ¿como le explicaba a su madre que ya había intentado hablarle de mil formas a Yang Jeongin y que ninguna funcionaba?

(   🩰   )

Hyunjin no tardo en volver a tener clases de ballet, ya que las tenía tres veces a la semana. Al llegar, dejo sus cosas en el cubículo que siempre las dejaba, quitó su hoodie y cambio sus zapatillas de andar, por las elasticadas zapatillas negras de media punta.
Al estar listo, ingreso a la sala, en ella había un sin fin de herramientas para la danza clásica, como barras, ladrillos de yoga, aros pequeños, cintas de entrenamiento, y muchos, muchos trajes hermosos, pero lastimosamente para Hyunjin, esos eran de los chicos más grandes.

El castaño se adentro hasta la esquina de la sala, el espacio más vacío en ese momento para comenzar a estirar sus musculos, subiendo sus piernas de mil formas diferentes teniendo como objetivo no lesionarse luego.
Hyunjin estaba realmente muy consentrado en alcanzar la punta de sus pies con sus manos, cuando un pequeño enano de cabellos negros se poso a su lado con una sonrisa.

— Jinnie Hyung. - el pequeño Jeongin estaba vestido de la misma forma que el mayor, solo que a el menor, las mallas le cubrían absolutamente todo el cuerpo, al contrario de Hyunjin, que este dejaba ver sus piernas y brazos.

— ¿que deseas Jeongin? - Hyunjin intentaba no perder la paciencia y ser amable, tal como le había dicho su mamá.

— nada.. uhm.. solo quería darle esto. - Jeongin saco de detras suyo una flor junto a un pequeño dulce de menta, se inclinó levemente con respeto para entregar los detalles a su hyung.

— oh.. - Hyunjin se sentía raro, por lo que sólo recibió los regalos musitando un pequeño "gracias Jeongin" para luego alejarse hasta la otra esquina un poco más poblada de niños de su edad, para empezar a entablar conversaciones con ellos, no le agradaban, pero era menos incómodo.

La clase comenzo en cuanto el maestro puso un pie en la sala, todos los niños se pusieron en el lugar de la barra que el profesor había asignado para ellos el primer día.

El ballet tiene una técnica bastante estricta, donde a hombres y mujeres se les enseña por separado. Al llegar a la edad estipulada los juntan y se hacen los llamados "pas de deux"
Eso no impedía que tanto las mujeres pudieran aprender la técnica de los hombres o viceversa, era más común de lo que se creía que esto sucediera, ya que existían mujeres con la fuerza y habilidad con la que se caracterizaba a los hombres del ballet al igual que hombres flexibles y delicados como era bien visto en las mujeres del ballet.

Y ese era el caso de Yang Jeongin.
Con 4 años su vida artística dio inició, el pequeño era hijo de una de las mejores bailarinas de Corea Del Sur, sobrino de la directora de la "Academia nacional de danzas de Corea", exactamente donde pisaban ahora.
Lamentablemente su madre perdio la vida durante su última gira del "lago de los cisnes", en un accidente de tránsito, cuando Jeongin tenía cuatro años.

Cualquiera que viera a un simple niño de cuatro años girando por la casa o hasta abriéndose de piernas con una flexibilidad inata, diría que con el tiempo se le pasaría o simplemente lo dejarían pasar. Sin embargo Yang Seulgi vió en su hijo arte, desde que Jeongin nació, vió en el destreza y habilidad, algo que nisiquiera había visto en su primer hijo.

Su esposo, el señor Yang, luego de estar de luto medio año por la muerte de su mujer, decidió seguir todas las palabras que alguna vez esta le dijo y metió a Jeongin a la academia de danza.
Para el fue fácil, ya que la directora de esta, es la que un día fue, la mejor amiga de su esposa fallecida, por lo que amaba a Jeongin y tenerlo en su espacio artístico la haría muy feliz.
Sus ojitos le recordaban a ella.

Jeongin no solo tenía la hiperflexibilidad inata, si no que también poseía la delicadeza de un primer bailarín, Jeongin tenía todo el potencial para en un futuro brillar sobre un escenario.
Pero Jeongin no quería brillar en un escenario vestido de príncipe, el quería usar un tutú.

cocò is here.
(    🐇🥥    )
q emoción q emoción. !!
hago ballet desde que tengo memoria así que todo lo escrito aquí es 100% técnico, he aquí el pequeño glosario de hoy:

pas de deux: en danza clásica se conoce como un dueto clásico. (niña x niño)

el lago de los cisnes: dudo que alguien no conozca tal obra de ballet, pero si no es así, los invito a investigar de tal pieza, es muy linda.

Sinopsis del lago de los cisnes:

La obra, bajo la forma de cuento de hadas, narra la historia de amor imposible entre el príncipe Sigfrido y Odette, una joven reina convertida en cisne junto a toda su corte por el hechizo del malvado Von Rothbart.

En fin, estoy demasiado emocionada por este proyecto, siempre quise escribir sobre el ballet y las danzas en general.

Okey fans, voten y comenten cosas q me encantan que lo hagan. !!
Estoy agarrando más confianza en esto de escribir cosas así NAKSJSKJSKS. Like.

cygne noirⴰ༢ ( hyunin ) [en pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora