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El hombre veía al chico sentado frente a el con una pequeña mueca, Jeongin jugaba con un nuevo rompecabezas que había encontrado recientemente en su oficina, mientras el psicólogo intentaba entablar una conversación con el, cosa que se le estaba dificultando.

— y.. ¿como estuvo tu día?, la semana pasada me contaste lo emocionado que estabas por tu coreografía con los niños más pequeños, ¿cómo va eso?

— bien.. - murmuro cortante el menor.

El señor Lee revisó su reloj, le quedaba poco tiempo de sesión con el menor y apenas había avanzado con un corto intercambio de palabras, el pequeño no dejaba de juguetear con esas piezas de madera, nisiquiera había logrado conectar cuatro, sin embargo su mente parecía perdida, se veía horrible.

Aún más delgado que la primera vez que lo conoció, sin energía, parecía necesitar sujetarse de las paredes para poder caminar, sus piernas eran una especie de huesos al aire, tan desagradable a la vista.

— Jeongin, debo decirte algo. - suspiro y apreto sus ojos con fuerza antes de sacar el sobre de uno de sus bolsillos. — cuando me pidieron que tratara tu desorden, me dieron una fecha límite para que llegaras a un peso adecuado para bailar, pero no has logrado mejorar y temo decirte que ya no estás capacitado para bailar.

— ¿qué? - el menor elevó su rostro asustado. — usted no puede hablar en serio, el baile es lo único que tengo, no puedo dejar de hacerlo.. - sus ojos se empezaron a cristalizar mientras negaba con la cabeza repetidas veces.

— innie tranquilo. - el psicólogo se levantó preocupado hasta el más bajito, agachándose a su altura. — es lo mejor para ti, debes mejorar, debes salir adelante y si sigues bailando, seguirás presionadote, es por tu bien.

— ¿mi bien?..

— Jeongin, hablaré seriamente contigo, con el peso que tienes no pasará una semana y estaras en el hospital siendo alimentado a base de un tubo, nadie te escuchará si no quieres comer, te alimentarán a la fuerza, ¿sabes por qué? - no esperó respuesta. — por qué estás a un paso de la muerte. - extendió el sobre que anteriormente había sacado hacía Yang.           — Aquí esta tu expulsión, puedes buscar las cosas de tu casillero en la semana, si deseas mejorar, puedo seguir siendo tu psicólogo, fuera de la academia es decisión tuya.

— ¿realmente no puedo hacer nada para-para cam-cambiar esto? - hipeo.

— no vi mejoras en ti durante el tiempo dado.. a menos de que mejores antes del recital....la directora tendrá que ver, pero tú, ahora mismo no puedes bailar, ¿entiendes?

— entiendo.. yo.. yo.

— vamos Jeongin, te acompaño hasta la salida.

Ambos se levantaron, Yang tambaleaba al caminar sus ojos rojos por las lágrimas derramadas, su boquita temblaba reteniendo los hipidos que amenazaban con salir.

— si necesitas ayuda, sabes a quién llamar. - se despidió el mayor, quién a pesar de haber sido solo cuatro meses acompañando al más bajo, le había agarrado un cariño extenso al niño.

— gracias por todo.. señor Lee. - reverenció el bajo antes de caminar hacía las escaleras, sujetándose fuerte del barandal de esta hasta llegar al primer piso.

Camino con calma, apreciando todas las ventanas de los salones, viendo a los bailarines en sus propias clases, con lágrimas en sus ojos.

¿No volvería a estar ahí?

— ¡Jeongin! - la voz de su novio lo hizo elevar su cabeza y detener su caminar para verlo, en cuanto este lo alcanzó, sujeto su mano intentando jalarlo al salón. — ¿que esperas, amor?, la clase empezó hace quince minutos, vamos..

cygne noirⴰ༢ ( hyunin ) [en pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora