El cielo se cubrió rápidamente de gris y pronto comenzó a llover. Los relámpagos tronaron, como si estuviera lamentándose porque el sol había caído.
La gotas de lluvias volvieron blanda la tierra y el agua formó pozos en la calles y avenidas. Las personas se habían refugiado en sus casas y solo el silencio se prolongaba por cada esquina y callejón de la ciudad.
El interior del templo de Xuan Yu, las gotas que golpeaban el tejado rompieron el silencio eterno en el que se había sumergido. Todo había pasado muy rápido. De repente, las flores de loto comenzaron a marchitarse y a perder color hasta volverse capullo sin vida.
Xie Lian permaneció inmóvil e impotente viendo como la vida se desvanecía del cuerpo de Shi Qing Xuan. No te atrevió a tocarlo ni a comprobar si aún conservaba calor. Después de todo el sol siempre estaba presente aún cuando el cielo se cubría de densas nubes y la lluvia caía.
Solo Mei Nian Qing se agachó y tocó su muñeca, luego cerró los ojos y negó con la cabeza.
Con la barrera caída, Hua Cheng ingresó al templo y también comprobó si realmente Shi Qing Xuan había muerto. Siendo un rey demonio podía saber si su alma todavía estaba ligada a su cuerpo, pero no encontró nada. Solo un alma pura sin arrepentimientos puede ingresar directamente al ciclo de reencarnación una vez falleciera.
Relámpagos destilaron el cielo y su luz cayó sobre el recién llegado Aguas Negras. Al verlo, los demás tuvieron un entendimiento mutuo y salieron del santuario dejando solo.
He Xuan miró a Shi Qing Xuan por mucho tiempo. Su rostro sereno le daba la apariencia de estar durmiendo y disfrutando de un largo sueño, sin embargo, por más que espero no abrió sus ojos. No era como las veces en la que se embriagaba y no lograba despertar.
Entonces ingresó al estanque y colocó detrás de la cabeza de Shi Qing su Xuan su mano y lo atrajo hacia su pecho y su otra palma sujeto su espalda. Quedando envueltos entre sus túnicas.
No sentía el calor de la otra parte, estaba helado y rígido. Al extraño, Shi Qing Xuan era como la brisa primaveral que derretía el hielo en invierno. Tan brillante como el sol, cuya luz nunca se apagaba.
Ese aspecto gélido no le quedaba y no le gustaba.
Era incapaz de saber cuál era la emoción que ahora lo estaba dominando. Había algo rompiéndose en su interior como una cerámica llenaba de vino hasta el limite sin rebalsar su contenido. Era como si hubiera perdido la estación cálida del año y ahora solo podía sentir el otoño.
—¿Qué pasa?
— ¿No estás feliz? Tu enemigo, aquel que usurpó tu destino por fin ha muerto ¿Por qué no muestras una expresión más alegre?
Bai WuXian regresó del interior de la mente de Shi Qing Xuan y encontró una escena irónica. Sus labios se fruncieron y una sombra negra cubrió sus ojos al ver como Aguas Negras sostenía al cadáver del Señor del Viento como si fuera algo frágil y delicado.
—No se olvide la excelencia. Eres ese asesino de su hermano y también el responsable de que se haya reducido a un simple mendigo. No sea hipócrita.
He Xuan lo miró en silencio. No tenía nada que decirle.
Bai WuXuan resoplo. No sabía bien porqué estaba tan molesto. Shi Qing Xuan no era su amigo ni nada, ni siquiera lo conocía bien, pero hablaba por él como si estuviera enojado por lo le pasó cuando en realidad no había tal sentimiento en su corazón.
No era hipócrita para creer que solo porque le dijo algunas palabras bonitas era motivo suficiente para decir algo en su nombre. No había tal emoción, ni culpa o arrepentimiento por haberlo llevado a su amargo final.
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El Banquete de los Dioses
FanfictionAlgunos sucesos extraños están ocurriendo en la capital imperial. Muertes, epidemias, desapariciones e historias de fantasmas. En vista de estos eventos Qing Xuan le pide ayuda a Xie Lian pero antes de que el dios marcial llegara el ex Señor del Vi...