Parte 35 Bienvenidos al banquete de los dioses

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Al comienzo de la primavera, la temperatura era todavía baja y las flores aún no habían florecido. Solo los viejos palawuimes permanecían impasibles y seguían floreciendo, en especial, en el jardín de cierta mansión.

Al soplar el viento, los pétalos se negaban a caer por completo y volaban hacia el cielo, en particular, algunos ingresaban por la ventana del segundo piso de la casa, estos se posaban sobre la persona que estaba durmiendo en la cama como si quisiera despertarlo, sin embargo, aquel joven no reaccionaria sin importar cuánto se esforzaron.

Una mano pálida retiró el pétalo y dejó que el viento se lo llevara. Levantó su mirada hacia el cielo y su expresión se volvió ligeramente melancólica al pensar en el pasado.

Habían pasado más de diez décadas desde que el banquete de los dioses había terminado y desde aquel día, Shi Qing Xuan permanecía en un estado de profundo coma. Cada vez que He Xuan miraba la apariencia juvenil y sonrisa suave en sus labios tenía la sensación de que en cualquier momento iba despertar.Sin embargo, cada vez que esos pensamientos aparecían en su cabeza, se encontraba que el día había finalizado.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió bruscamente interrumpiendo los pensamientos de He Xuan. No se volteó aun cuando escuchó la ruidosa voz del recién llegado.

— ¡Ya es tarde! Debemos irnos — La voz infantil se detuvo abruptamente cuando sus ojos cayeron en Shi Qing Xuan y su estado de ánimo cambió — Madre .. pronto despertará, estoy segura.

He Xuan se volteó y encontró a la niña de diez años de edad con los ojos rojos a punto de llorar. El se dirigió a la entrada y colocó su mano en la cabeza de la niña y habló en voz baja — Bai Hu llama a los demás.

Bai Hu asintió con la cabeza y ocultó su tristeza con una sonrisa. Ella se marchó y desapareció rápidamente sin dejar rastro.

Hace cien años atrás , todos pensaron que era el fin de las deidades locales, los dioses aumentaron su estatus mientras que los cuentos populares dejaron de contarse. Sin embargo ocurrió un extraño fenómeno, al año, la puerta del banquete de los dioses volvió aparecer en el reino mortal.

Bai Hu fue la primera en salir, sin embargo ella apareció sin sus recuerdos de su vida pasada, ni siquiera recuerda su tiempo como una deidad, pero había una sola cosas que su alma no había podido olvidar.

Era el nombre de Shi Qing Xuan.

Cuando vio a ex maestro del viento, Bai Hu aseguró que no lo conocía, sin embargo, lloró amargamente a los pies de la cama como si hubiera roto una gran promesa.

Desde entonces, en cada primavera las puertas traían de regreso a una deidad. Nadie entendía el significado  este fenómeno, pero las deidades se estaba reunido de nuevo. 

He Xuan salió de la casa y se dirigió a fuera de la ciudad ahí, rodeado por un espeso bosque se encontraba el resto del palacio de la dinastía anterior. El paso de tiempo había deteriorado la arquitectura de los que algunas vez fue el hogar del Emperador.

Al pasar la fauna, apareció un espacio abierto y ahí se encontraba un grupo de niños de alrededor de seis a siete años. Inmediatamente miradas hostiles cayeron sobre él como dagas afiladas. He Xuan estaba acostumbrado a su actitud y los ignoró. Se acercó al centro del espacio verde, se detuvo y al soplar el viento apareció una figura familiar frente suyo.

Túnicas blancas y una máscara medio feliz medio sonriente. Hace cincuenta años era solo un rumor, ahora era un cuento famoso en la capital imperial con el que He Xuan estaba bastante familiarizado.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2023 ⏰

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