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Lee Soo Rim

"Recuerda no dejar nada sin revisar"

Esa frase resonaba en mi cabeza haciendo eco. ¿A qué se refería?

Entonces fue cuando recordé; los cajones, no pude terminar de revisarlos porque en ese momento llegó él. Ahora solo tenía que hallar la forma de entrar a esa habitación de nuevo sin ser descubierta, tomando lo que sea que hubiera en ese cajón.

Ya había terminado de desayunar y estaba en mi habitación, tuve que hacerlo sola puesto que Jungkook desapareció y no lo he visto en todo el día, por lo que supuse que estaría en su habitación.

Debía hacer lo que me había pedido para poder entrar en la misma y revisar los cajones, debía aguantar todo el asco que logré tenerle por mi propio bien, para poder salir de aquí.

Salí de mi habitación y fue rumbo a la suya, estaba tan segura de lo que hacía que no tuve ni tiempo a retractarme. Di unos toques en la puerta frente a mí y esta se abrió, dejando ver al hombre que esperaba, con su seño fruncido y con notable curiosidad de saber por qué estaba allí.

-Quiero hacerlo-Fue lo único que dije para luego entrar yo misma en la habitación, notando una sonrisa pervertida de tu parte; odiaba tener que rebajarme a esto, pero debía salir de aquí. Se acercó a mi rostro y me besó apasionadamente, llevó sus manos a mí cintura y de un salto mis piernas lo rodearon, llevando sus manos a mí trasero. Sentía tanto asco por tu tacto que trataba de imaginar cualquier cosa para no pensar en lo que recién estaba pasando. Me lanzó a la cama sin cuidado alguno y fue directo a mi cuello, besando y mordiendo este con brutalidad, dejando notables marcas que luego tendría que ocultar. Las ganas de llorar me invadieron, pero me aguanté, no volvería a llorar frente a él, no lo haría.

...

El castaño ya había caído dormido luego de prácticamente violarme, aunque yo misma me metí en esto, porque yo fui quién vino a verlo.
Mi cuerpo tenía tantas marcas como moretones, desde mi espalda hasta mi cuello. Lo odiaba, lo odiaba con todo mi ser.

Volví a colocarme mi ropa y me levanté con cuidado de la cama para no hacer ningún ruido que lo despertara, fui hasta el clóset y con notable sigilo abrí la puerta rumbo a la habitación.

Las muñecas estaban tal y como las había dejado la última vez que estuve aquí, no sabía si eso era bueno o malo, pero aún así no le tomé importancia.
Mi vista captó con rapidez el mueble de cuatro cajones y sonreí victoriosa al notar que este tampoco había sido removido o algo por el estilo. Di unos pasos quedando justo frente al mismo, para abrir directamente el cuarto cajón.

Cuando lo abrí quedé algo extrañada, y es que solo era una caja, pero no una cualquiera, no. A pesar de que aquí también el color que resaltaba era el rojo, parecía una caja de regalo, debido al negro moño que la adornaba.

La abrí con cuidado temiendo a que lo que sea que estuviera adentro se rompiera puesto que pesaba un poco, pero mi sorpresa fue aún más cuando noté que en la caja no había nada. Estaba vacía. ¿Había hecho todo lo anterior por nada? ¿Cómo es que pesa y está vacía?

𝗖𝗥𝗘𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦|| ᴊ.ᴊᴋ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora