A dos mundos de distancia (Tordtom)

14 [PRINCIPIO DEL FIN]

Un grupo de chicos se encontraba dentro de los sanitarios del lugar. Su conversación no era demasiado movida ni animada. Por alguna razón el frío ambiente lograba regalarle a la situación una ligera sensación de incomodidad. Una misteriosa calma con pequeñas gotas de caos.

-¿Dejó de sangrar ya? ¿Quieres que te traiga algo?-

-No Edd, gracias, estoy bien. Solo duele un poco.-respondió Tom mintiendo sin descaro alguno. El dolor no era ni siquiera soportable.

-No lo entiendo, ¿Porqué no nos llamaste? Pfff, cuando Tord se entere...-respondió Matt con un poco de preocupación.

-No! No le digan a Tord. No quiero que todo esto se vuelva más grande.-nuevamente mintió. Lo cierto era que Tom comenzaba a sentirse profundamente inútil. No se sentía dueño de su propia vida. Sentía que todo se le salía de las manos y detestaba ese sentimiento, esa verdad, pues era cierto. No era capaz de defenderse. No era capaz de solucionar sus propios problemas. No era capaz de nada y comenzaba a odiarlo.

-Si. Tienes razón. Conociéndolo, seguramente iniciará un escándalo.-Respondió. Esta vez el ambiente no era apropiado para bromear por lo que Matt no se atrevió a comentar gran cosa.

-Tom, necesito que nos cuentes, ¿Qué sucedió? ¿Quién te hizo esto?-preguntó Edd con tono serio. Le importaba y deseaba ayudar pero sin cooperación o como mínimo un poco de información, era imposible.

Tom se miró al espejo una última vez, sin responder a la pregunta. Evadiéndola totalmente. Se veía demacrado, triste y pálido pero, esa era su apariencia natural.
Tocó delicadamente su mejilla, le dolió un poco, aún estaba sensible. Le asqueaba su reflejo, su existencia. Todo. Aborrecía cada parte que le pertenecía, cada parte que le recordaba el cómo lucía. Y ahora, despreciaba su estúpida imprudencia pues, fue esta misma la que lo metió en esa situación. No podía mentir, se sentía aterrado. Conocía los rumores sobre aquel chico y su familia, conocía la brutalidad de sus golpes y tenía miedo de que aquellos dejaran de ser suficiente castigo.

Edd y Matt se lanzaron una mirada, ambos pensaban lo mismo. No podían hacer mucho por aquel chico. Tom no estaba dispuesto a contar sus problemas y parecía que tampoco estaba dispuesto a aceptar ayuda, incluso si verdaderamente la necesitaba. Él no permitía que absolutamente nadie se acercara a su profunda y aparentemente infinita agonía, lamentablemente comenzaba a ser un problema.
Ellos deseaban apoyarlo, aunque no fueran tan cercanos con él como Tord lo era, sin embargo, la terquedad y amargura que desprendía eran ciertamente difíciles de erradicar. Aunque no lo admitían, aquello comenzaba a cansarlos.
Después de un silencio ligeramente largo, la pesadez en el aire poco a poco convertía la situación en un momento mucho más incómodo que al principio.

-Bueno...eh, harán un pequeño "festejo" por ser el primer día.- Se detuvo un segundo a pensar lo que estaba a punto de decir.
-¿Quieres venir?-Preguntó finalmente Edd, un tanto dudoso. Al mismo tiempo, Matt arrugaba su rostro pues, a el no le parecía una muy buena idea teniendo en cuenta lo que sucedió la última vez.
Tom normalmente se habría negado ante la desagradable propuesta. Estar tan cerca de aquellos sujetos bulliciosos y molestos simplemente no era uno de sus pasatiempos favoritos pero, ahora un sentimiento de impotencia comenzó a abordarlo. Totalmente desprevenido.

"Es una fiesta Tom, ¿ni siquiera puedes hacer eso?"

"¿A qué le tienes miedo?"

"No eres capaz. Un cobarde"

"Cobarde"

-Claro...iré. No me lo perdería jamás.- Respondió con tono determinado.
Una parte le susurraba que asistir realmente no probaría nada. No lo haría más capaz. Ni más valiente. Ni siquiera más fuerte. Era una estupidez. Pero claramente no le importaba. Necesitaba sentirse líder de su propia vida. Estaba tan desesperado que cualquier cosa lo veía como una oportunidad.
Los chicos salieron de los sanitarios con un carga menos, Tom los seguía de cerca.