10 [AGRADECIDO]

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[UN MES DESPUÉS]

El viento soplaba, las nubes a pesar de no haber recibido sol en mucho tiempo seguían esponjosas y las calles a pesar de estar heladas y llenas de brillantina congelada, estaban a rebosar de gente. La gran mayoría esperaba entusiasmada por las fechas que rápidamente se acercaban con fervor. Noviembre había llegado a su fin, siendo Diciembre el nuevo contrincante. Sin duda el favorito de todos (por lo menos de una buena parte).
A Tom no le hacía mucha gracia.
Nunca fue fan de aquellas fiestas en las que la familia se reunía con el propósito de compartir tiempo en unión. Estar cerca de "ellos" no lo emocionaba en absoluto por lo que decidía simplemente no visitarlos. Además, tampoco estaba muy seguro si sería bien recibido después de todo lo que había sucedido.

Aquellas fechas estaban condenadas para el. Sin embargo, ésta vez algo comenzaba a cambiar.

-Tom, ¿estás?-Pregunto Edd moviendo las manos en frente del rostro del otro, notando rápidamente que su amigo no le estaba prestando atención.

-Lo siento, estaba...pensando.-Respondió Tom algo perdido, reaccionando después de un par de segundos.

-¿En qué cosa?-

-Ya sabes, en ese viaje escolar que el colegio se empeña tanto en hacer todos los años...por navidad y esas cosas.-Tom no estaba mintiendo por completo. No pensaba precisamente en aquello pero, bien cierto era que el tema de "los viajes en grupo" le tenía despierto por las noches. Nunca le motivó demasiado convivir.
Usualmente solía saltarse esos días, poniendo excusas bobas como que había pescado un resfriado (generalmente no ponían peros ante la situación pues, era creíble que por el clima uno pudiera llegar a sentirse ligeramente mal.) sin embargo, los administrativos comenzaban a sospechar y el dinero comenzaba a hacerles cada vez más falta.
Esta vez se asegurarían de que ni una sola alma en pena fuera a faltar.

-Cierto, ahora cuenta como requisito en el porcentaje de valoración, ¿no?-

-Si...no creo poder escaparme.-respondió Tom con distinguido desagrado.

-Vamos, ir no será tan malo. Estarás con nosotros, ya eres parte.-Comentó Edd alegre, tratando de animar al chico. Y más secrétame, procurando que no volviera a sus pensamientos negativos.
Hace poco, Tord había decidido contarle sobre la "situación" tan delicada en la que Tom se encontraba. Se había tomado un tiempo pues creía que era algo muy personal como para andarlo contando por ahí. Aún así, decidió confiar en sus amigos más cercanos, con el propósito de pedirles algo de ayuda.
Edd rápidamente se apuntó. Su empatía extrema junto con su compañerismo eran tan apegados a él que simplemente no pudo negarse.

Tom no hizo más que sonreír nerviosamente. Las cosas habían cambiando notablemente desde aquella vez en la que Tord descubrió uno de sus tantos secretos. Él le había prometido cuidarlo, acompañarlo y sin duda lo estaba haciendo. Era un poco extraño. Recibir atención y cuidados genuinos de alguien tan de repente lo hacían sentir diferente. No era desagradable, para nada. Pero sin duda le hacía falta acostumbrarse.
Lamentablemente, tampoco podía negar que esa misma alegría que sentía, compartía cierta intensidad con miedo perseverante, miedo que no hacía más que preocuparlo.
Obligarlo a pensar "¿Cuándo acabará esto? ¿En qué momento decidirán alejarse?"
No se sentía orgulloso por su errática y vivida mente  pero era casi incontrolable. Formaba parte de su mecanismo. Parte de su forma de sobrevivir.

Edd notó que Tom seguía algo alejado de la realidad, muy metido en sus pensamientos, por lo que decidió hacer algo respecto.

-El viaje será en un par de días, ¿tienes todo listo?-comentó relajado. Sacando un tema de conversación.

-No lo sé, creo...jamás he ido tan lejos.-respondió Tom algo temeroso. No se había preguntado si tenía todo preparado. Su nerviosismo iba en aumento.
El lugar a donde se dirigían era exactamente el mismo de todos los años. Unas cabañas escolares lejos de la ciudad. Todo lleno de montañas nevadas que sin duda regalaba una vista gloriosa, o al menos eso era lo que la mayoría decía. Por supuesto que Tom, al nunca haber ido, no tenía ni idea de lo que hablaban. Eso sin contar que a pesar de no admitirlo el realmente nunca había salido fuera de la ciudad. No conocía lo que había más allá. La idea, no era muy motivadora.

A dos mundos de distancia (Tordtom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora