05 [SECRETOS]

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Una señora de aproximadamente 50 años (o al menos eso calculaba Tom) con una voz gangosa y hartante, repetía constantemente los componentes de la tabla periódica que se encontraba pegada a lo largo de toda la pizarra. Pensando que alguno de los jóvenes casi totalmente adormilados y distraídos le prestaban una mínima de atención.

Ninguno lo hacía.

Tom estaba tan concentrado en lo que escribía que incluso el ruido de fondo de sus compañeros riendo y hablando de quien tenía el número más alto de copulación, lograba desaparecer por completo. Estaba en su punto más alto de inspiración, las letras salían a una velocidad majestuosa y sus constantes sentimientos eran tan fáciles de plasmar en papel que incluso lograban causarle escalofríos. Nunca había sido tan fácil y emocionante escribir sobre ese fenómeno químico del que todo mundo presumía sentir.

Amor.

Él jamás había experimentado una sensación ni medianamente similar ya que, la gran mayoría, si no es que todas las relaciones que había tenido, habían sido provocadas a la fuerza por su familia. Ninguna de las chicas que llego a toparse en su vida despertó jamás en él ese fuego ardiente y desbordante.
Sin embargo ahora, al pensar en esa gentil mano que lo sano sin pedir nada a cambio, al pensar en ese extraño acento que cautivaba su ser, al pensar en esos ojos que se encontró apenas hace unas horas...sus manos comenzaban a sudar, su estómago daba vueltas, su corazón parecía estar corriendo un maratón.

-¿Enfermo?...un resfriado tal vez.-decía tratando de convencerse así mismo de que lo que padecía su cuerpo no era nada de que preocuparse ni tampoco nada que los demás podrían llegar a considerar "malo" o "monstruoso".
Sus letras demostraban lo contrario. Sus letras delataban su verdadera enfermedad.

{"Al despertar, un pensamiento más potente que la oscuridad llega a mi. Golpeándome con esa abrumadora sensación tan desconocida y excitante.
Una parte de mi ser pierde el uso de razón y decide rendirse ante aquel sentimiento de deseo y desesperación.
Es algo que me asusta y estremece, pero al mismo tiempo admito vergonzosamente que me hace sentir lleno de vida.

Aquella fría noche, había sido planeada con monotonía y aburrimiento. Como usualmente solían ser.
Luego, llegaste tu y cambiaste mis planes.
Tus extrañas melodías, retumbaron en mi, obligando a mi cuerpo a seguir esas ondas musicales, tu asfixiante humo entraba por mi nariz y demolía mis pulmones sin piedad, tus conversaciones aleatorias se tornaron totalmente interesantes y fueron capaces de dibujarme esa nauseabunda sensación de felicidad, y...tus ojos. Tus ojos provocaron fuegos artificiales y derrumbes en cuanto los vi"}

No, no era un resfriado. Él estaba enamorado.

-¿Que escribes come pollas?-pregunto un chico que se sentaba en frente de su butaca, arrebatándole la hoja en la que Tom aún no terminaba de escribir.

-Espera..."come pollas"...?-se preguntó a si mismo tratando de buscar el sentido a ese peculiar apodo que jamás le habían puesto. Le sonaba de algún lugar.

-Oh! El rarito parece que está enamorado eh?-dijo aquel sujeto con un tono burlón, aún con la hoja en mano. Estaba tan aburrido que tuvo que recurrir a esa absurda acción de molestar a los callados de la clase. No le divertía mucho pero él se había autoproclamado el payaso del lugar. Las risas de sus "amigos" llenaban ese increíble profundo vacío que sentía.

-Puedes...devolverla?- pidió Tom amablemente, no quería meterse en problemas, no se sentía con bastante energía como para soportar dos palizas seguidas.

-¿Es verdad lo que dicen? Que te gusta que te den por detrás?- insistió aún con su actitud burlesca.

Tom comenzaba a sentirse incómodo y avergonzado, seguramente su "bravucón favorito" había decidido compartir su pequeño secreto. Eso explicaba el porque aquel sujeto lo molestaba con sus preguntas inoportunas y fastidiosas. Podía deducir fácilmente de dónde había salido ese peculiar apodo de antes. Tom comenzaba a preguntarse si aquello le ocasionaría problemas de algún tipo. Mentir era una opción, pero ¿de qué serviría?. Cuando un rumor se hacía escuchar daba igual que tan ridículo fuera, era imposible de desmentir. Y en esta ocasión, no era una mentira por completo. Así que, hacer algo al respecto era más bien un tanto inútil.

A dos mundos de distancia (Tordtom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora