Capítulo 11

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Me desperté por los rayos del sol en mi rostro, ¿qué hora será?

Vi a mew dormido apoyado en mi.

—Quitate animal—comencé a picarlo con el dedo y el solo murmuraba.

—cinco minutos más ama— habló babeando mi hombro.

Puse los ojos en blanco y le di una patada con la que cayó al suelo, la poca gente que se encontraba ahí lo vio e iban a reírse, los miré feo y siguieron su camino pálidos.

—No soy tu madre tarado, levántate que me quiero ir a mi casa—di un bostezo y le estiré una mano para que se pare del suelo, en el que ya se estaba durmiendo de nuevo.

El abrió un ojo y la tomó para impulsarse hacia arriba.

Sacó su teléfono viendo la hora y lo volvió a guardar.

—Vamos a despertar a esos dos, y ver si desayunamos, faltan 15 minutos para que llegue tu bus, necesito una menta

Habló con voz mañanera, santo jesucristo, creo que me embaracé.

Me sonrojé debido a mi pendejo pensamiento, mew ni lo notó, se estaba rascando el ojo tratando de enfocar lo que hay a su alrededor.

—Vaya, hasta que despertaron los tortolos—Escuchamos una tercera voz, bright y win venían con una tostada y un batido en mano.

Mi estómago sonó y mew me vio sonriendo, recién despertado parecía papa por lo hinchado, ¡Aún así se veía guapo!

Maldito dios griego que hasta con baba en el cachete se ve como portada de revista.

—Gulf ¿tienes hambre?—yo lo miré como si le hubiera salido otra cabeza.

—No mew, mi estómago aveces canta, a este sonido le llamo "por supuesto que tengo hambre joven con poco intelecto"

Bright y win rieron, mew hizo un puchero
Rodé los ojos y me disculpé.

—Lo siento, cuando tengo hambre soy un poquito malhumorado

—¿Poquito? Gulf, ¿siempre tienes hambre o algo así? —Win habló y yo avance hacia el y le di un zape.

Mew río y bright me amenazó con la mirada, me importó un comino y jalé del brazo a mew, me estaba muriendo de hambre.

Llegamos a un restaurante y nos sentamos, bright y win ya habían desayunado así que se quedaron.

—¿En que les puedo ayudar?—se acercó a nuestra mesa y la mesera quedó viendo a mew raro, yo ahogué una risa y le pedí a la señorita unas toallitas húmedas, el aún tenía baba seca en la mejilla.

Ella se fue unos minutos y regresó a la mesa con el paquetito, saqué una y le limpié la mejilla, me vio a los ojos y me di cuenta tarde lo que estaba haciendo.

Sonrojado hasta el cuello le devolví el paquete a la joven, ella tenía una sonrisa de oreja a oreja y un brillo travieso en sus ojos.

En el fondo se escuchó un chillido de emoción de la chica que atiende la caja cayendo hacia atrás en una silla.

Levanté una ceja y pregunté

—¿Ella está bien?—la chica vio en la dirección que yo estaba viendo y respondió con una risa.

—Si, no se preocupe, entonces ¿qué van a ordenar usted y su novio?

Me atraganté con mi saliva e iba a protestar pero mew respondió en mi lugar.

—Unas tostadas y batido de Mora, ¿y tu, cielo?

Yo lo vi feo y respondí con el ceño fruncido

—No soy tu "cielo"— hice comillas con mis dedos— y una ensalada de frutas por favor.

La chica anotó en su libreta y se fue casi saltando

—Cuando me dejes en mi casa juro por mis ancestros que te voy a romper las piernas.

El solo se burló y me guiñó un ojo

Diosito, iluminalo o eliminalo, porfi

La chica llegó con nuestro pedido, y una galleta de corazón.

Yo iba a preguntar pero ella se me adelantó.

–Es cortesía de la casa—se dirigió a mew—No se preocupe, mi novia era igual al joven, cascarrabias y enojona, ahora es mi prometida—vio con amor a la chica que atendía la caja que seguía desparramada en su silla.

Me volví a sonrojar ¿cuántas veces van que me sonrojé desde que desperté?

Mew volvió a sonreír con su sonrisa colgate, ush, a este paso va a dejar ciego al mundo.

Iba a contestar pero ella ya se había ido, volteé a verlo con el entrecejo fruncido, aún sentía mi cara roja.

—Así que, ¿ahora eres mi novio?—habló viendo cómo me seguía sonrojando, en cualquier momento me explota el rostro.

—Sueñas en grande, primero me quedo calvo a salir contigo.

—Tranquilo, calvo y todo, te voy a querer, ¿serás como el calvo de brazzers?

Pateé su espinilla debajo de la mesa

—Comienza a tragar que pierdo ese bus y me acaricio el cuello con un cutter.

Terminamos el desayuno en un silencio agradable y mew pagó.

compró mentitas en un puesto de dulces, ninguno de los dos se había lavado los dientes.

Pero eh, al señor sonrisas eso no lo limitaba.

Bright y win seguían en el mismo lugar.

—Venga, ya llegó el bus.

Los cuatro caminamos y subimos en la cosa esa, madre de dios, no hay asientos, voy a matar a mew y su tostada.

—Al fondo hay sitio—señaló con el pulgar el chófer que por motivos que ni voy a preguntar tenía un palito de paja en la boca.

Avanzamos y pues, si, había sitio, había exactamente 4 asientos, uno con una señora y un niño que no dejaba de llorar, otro con un señor que definitivamente tenía un machete en una bolsa, un chico con un gallo en brazos ¿dejan subir animales a esta cosa? Y por último alguien que parecía parcialmente normal.

Iba a sentarme al lado del normal pero win me empujó y se sentó ahí, lo vi feo y fui con la señora y el niño, pero lo ocupó bright y mew se sentó con el señor del machete, resignado me senté con el chico del gallo.

El animal al verse amenazado por absolutamente nada me picó.

Y el chico no hizo absolutamente nada, le valió que su bicho me picoteara todo el camino.

Cuando llegue a casa tendré que explicarle tantas cosas a mi madre
por ejemplo porqué mi camisa tenía huecos, o porqué caminaba raro o donde mierda estaba o quien es el chico guapo que me acompañó, es más ya hasta la escuchaba.

Suspiré y esperé llegar a mi hogar.



¿Tienes Queso de Cabra? [Mewgulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora