ლ •7•ლ crepúsculo

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A Colombia se le erizó cada centímetro de su piel al sentir la profunda mirada de los dorados ojos de su pareja ver directamente sus suaves ojos de avellana, le era imposible mentir en ese momento, no podía, su moral no lo dejaba, pero el miedo puede más, el miedo es lo que mantiene vivas a las personas, y el miedo de perder a su pareja era lo que hacía que Colombia rompiera sus propias reglas con tal de mantener su relación, Rusia tenía derecho a saber lo que le pasaba, pero todos pueden llegar a ser egoístas en algún punto de su vida

-si...me mandó unas pastillas, me dijo que no me preocupara, es solo un virus que está andando, ya sabes cómo es en esta época del año- dijo Colombia sin despegar la vista de los ojos ajenos para mantener la farsa, hablando sin titubeos y con plena confianza, obviamente el ruso no dudó, confiaba en Colombia y sabía que era honesto así que sonrió a sus adentros y acarició uno de los rizos de Colombia

-bien, esperemos que con las pastillas te pongas mejor- dijo el ruso viendo embobado a Colombia, aún seguía con esa palidez casi celestial y ese color carmesí en sus mejillas, le era difícil al ruso no apreciar esa bella imagen, era de las pocas cosas en el mundo que traían paz a su atormentada mente rota por la vida que le tocó

Ahora! ese era un momento casi perfecto para que Colombia le dijera la verdad, era momento de quitarse ese peso de los hombros, Rusia estaba prestando el cien por ciento de su atención, no había excusa para no decirle

-rusia...yo...- susurró el colombiano mordiendo su labio inferior levemente -yo tengo que- siguió Colombia- decirte que estoy...-sus ojos se cerraron por el miedo, similar a un niño cuando quiere confesar que rompió un jarrón temeroso de las consecuencias

Rusia solo lo observaba, colombia aveces era así, tímido y de pocas palabras, con dificultades para expresarse, prefería dejar que el mismo tuviera su tiempo para decirle lo que debía decirle y eso hubiera hecho, esperar pacientemente a que el colombiano acabase la frase, pero, un teléfono empezó a sonar desde la cocina, ese sonido, ese simple sonido, hizo que Rusia saliera de sus casillas y dejara de ver al colombiano, su cuerpo entero se tenso en un instante y sus ojos se aseguraban de que no hubiera nadie más cerca, Colombia no tenía celular y el suyo estaba en el bolsillo de su pantalón, la canción que sonaba como rington, ohh esa canción, era la música de sus pesadillas, dueña de sus tormentos, una canción que juraba, que no volvería a escuchar en su vida

-colombia, discúlpame, debo contestar- dijo Rusia interrumpiendo a Colombia para que se callara con un tono serio y una expresión seca pero alerta para luego ir hacía la cocina a tomar el teléfono, que claramente no era de ninguno de los dos, pero Rusia sabía perfectamente bien a quien pertenecía, contestó la llamada y sin esperar, se fue hacia la habitación cerrando la puerta de esta con seguro

Colombia, atónito por la actitud del ruso, más la impotencia de no haber podido aprovechar el momento se desbordó en lágrimas para luego dirigirse al sofá y desplomarse sobre este, estaba de nuevo tan sumergido en su malestar que ni siquiera sintió como alguien se posaba en la ventana del hogar viendolo justo a el

Aquella persona dejó una pequeña caja en la puerta de entrada y después se fue, con una sonrisa suave como si nada estuviese pasando


Continuará..

¿Quién eras? ლcountryhumansლDonde viven las historias. Descúbrelo ahora